Antes de la llamada, ya fanteseaba un poco contigo. Le había contado a mis amigas y a Azul de tu existencia; te saludaba de vez en cuando cuando nos topábamos.
Sin embargo, entre intentando encontarte, lo ví. Vi a Azul con aquella chica a la que ambos habíamos dicho que estaba bonita. No sé el porqué lo hice, pero me alegré. Tal vez, ya me estaba deshaciendo de él. Estaba en una burbuja.
Pero entonces, fue sábado por la noche y lo llamé por el sin sabor que me dejó enterarme que iba a salir con ella, que ya no le importaba responderme los mensajes y que tampoco le molestaba lastimarme. Lloré, sintiendo mi alma drenarse en mis mejillas. Ya no me quería y yo no sabía como volar sin él.
Mi mamá me consoló todas aquellas noches y sugerió en un intento de aliviarme volver con Jueves. El dolor se apoderaba de mí. El lunes, no asististe y aproveché para contarle que había roto con él. ¿Su respuesta? Me besó. Quizá todo sí iba a mejorar y ésa era la solución; después de todo seguía amándolo.
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Dos buses y un cuento de Hitler.
Short StoryPara el muchacho del paradero que siempre me sacó una sonrisa con sus ocurrencias. Espero poder leer alguna vez esa tarea de literatura de la que tanto fantaseabas y jamás entregaste.