Intenté acelerar todo lo que pude de una manera prudente para alcanzarte en el semáforo, pero no lo logré. Caminé cabizbaja a unos ocho metros tuyos y vi como la psicokinesis hizo que giraras. Seguiste caminando y cerca a los árboles te detuviste a observar la carretera por si se te pasaba tu bus; me gustó pensar que en realidad me esperabas a mí y lo camuflabas.
Entonces, te alcancé y me dijiste que valorara que me habías esperado, y sentía que tal vez si podía lograr que te gustara. Había reflexionado todo el día de la manera en que podía preguntar tu nombre, pero ninguna me parecía adecuada; te pregunté finalmente qué carrera ibas a hacer y dijiste "Mediana"; me reí al reconocer que no tuve que hacer mayor esfuerzo.
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Dos buses y un cuento de Hitler.
Short StoryPara el muchacho del paradero que siempre me sacó una sonrisa con sus ocurrencias. Espero poder leer alguna vez esa tarea de literatura de la que tanto fantaseabas y jamás entregaste.