Estrelladas - Camren G!P

Señores Cabello.

Siete años después.

—Lo quiero.

Camila frotó sus sienes un poco más que irritada.

¿Porqué las gemelas habían salido exactamente iguales a Lauren?

Cuando decía exactamente iguales hablaba de todo.

Podrían parecerse a ella físicamente pero eran tan caprichosas y exigentes cómo su esposa y como el carajo que las adoraba pero esas niñas iban a ser su perdición, ni siquiera podía imaginar cuando fueran mayores los chicos que tendría que alejar.

Lara era quien más se parecía a ella, tez morena, cabello castaño, ojos marrones pero esa niña, esa niña no le daba descanso ningún día, Lara obtenía siempre lo que quería, ¿Cómo le hacía? Ella sólo tenía que poner ojos de cachorro y listo, Camila estaba acostándose en el suelo para que la pequeña princesa pasara encima de ella.

—Ya tienes uno, Lara - La pequeña niña de siete años apretó su mandíbula mientras ponía la misma cara de orto que su madre ojiverde cuando estaba inconforme con algo —No me veas así - Retó Camila. Lara se cruzó  de brazos.

—Le diré a mi abuela lo que me haces - Soltó con lágrimas en sus ojos. Camila reviró los suyos. No había duda de quién había sacado los dotes de actriz de Lauren Jauregui.

—No estés haciendo una escena mini Lauren - Trató de acercarse pero la pequeña se alejó —Dile a tu abuela lo que quieras y camina, ahora - Lara relajó un poco su rostro y camino con seriedad detrás de su mamá morena.

Estaban en una tienda de comestibles tratando de conseguir los ingredientes para el pastel del cumpleaños número cuatro de las gemelas Sofía y Michelle, Lara se había aferrado a ir con su mamá mientras Larissa y Raven se quedaban en casa decorando el patio trasero y los abuelos se habían encargado de consentir a las gemelas festejadas por la mañana. Ahora Camila tenía problema con un pequeño drama llamado Lara Cabello Jauregui, la pequeña quería otro balón de fútbol justo cómo el que le había comprado la semana pasada que era igual a los tres que ya tenía en casa.

Adoraba a esa niña pero ya era hora de ponerle un alto a sus caprichos antes de que fuese más tarde de lo que ya era.

—¿Merengue morado o rosa? - Preguntó Camila a la pequeña berrinches quien sólo se digno a ignorarla justo cómo Lauren y Raven lo hacían para obtener lo que querían —Bien - Susurró para sí misma.

Llevándose los dos continuaron consiguiendo las cosas llevando dos de todo lo que no estaba segura pues no quería a otra dramática molesta con ella, era suficiente con la incomodidad que Lara le estaba provocando.

Lara sonrió cuando vio cómo su mami estaba a punto de caer.

—Escucha amor... - Camila se colocó a su altura justo cuando iban a pagar —Eres mi hija y te conozco por completo evidentemente... estás esperando a hacerme sentir culpable lo que estás por supuesto logrando pero no como piensas, estás haciéndome sentir culpable por que no estoy siendo una buena mamá mostrándote cómo no siempre sólo con levantar un dedo puedes conseguir lo que quieres - Lara la veía con atención —Debes saber que tienes que luchar por lo que quieres, nada va a caerte del cielo, caerán personas del cielo cómo ángeles para ayudarte - Habló recordando a Ariana —Pero no significa que por eso todo estará resuelto, ¿Entiendes? - Lara asintió cediendo ante la ternura de Camila, así cómo las niñas eran su debilidad, Camila lo era para ellas.

—Te amo mamá  - Camila sonrió para después tomarla en sus brazos llenando su pequeño rostro de besos.

—¡Yo también te amo terremoto! - Reían cómo pequeñas haciendo sonreír a las personas de la tienda, a una persona más en especial.