-¿secuestrada?

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Capítulo 11

El día había sido agotador, mi conciencia no iba más allá del remordimiento después de haberle hecho eso con ese pobre animal. No cabía en mi mente como había hecho semejante acto. Sin mencionar el agotamiento físico por intentar  salvar mi vida. Las heridas ardían pero no tanto como al principio, sanaban con rapidez, ahora solo tenía las marcas de rasguños.

Me dirigí a la ducha y tome una toalla de baño, la sumergí en agua caliente mientras el resto del baño comenzaba a llenarse por el vapor, la  exprimí fuerte y me dirigí a mi cama. Cerré la puerta y me puse ropa cómoda. Me recosté en la cama y me puse la toalla en los ojos.

Quería soñar, descansar después de tantos días con insomnio. Aspiré hondo mientras mi pulso se regulaba lentamente, empecé a perder la noción del tiempo, mi mente calló en un sueño profundo. Al fin.

***********************sueño******************************

Me encontraba en un vacío, oscuro, sentía que flotaba, más sin embargo mi posición era firme, estaba erguida, mirando asía los lados, en busca de no sé qué, algo, cualquier cosa.

—Te he extrañado—escuché una voz, grave, busqué de dónde provenía, yo conocía esa voz. Giré mi cabeza a todos los ángulos, pero él no estaba por ningún lado. —Caroline, MI Caroline.

Di media vuelta y ahí estaba el, con una sonrisa hermosa, como antes, y esos ojos grises tan profundos en los cuales me perdía y su halo rubio que destacaba con el sol, junto con esa piel dorada que tenía. Como no extrañarlo y esbozar una gran sonrisa, anhelaba su compañía

—Sebastián—mis ojos se iluminaban al igual que una sonrisa salía de mis labios —tengo tantas preguntas que hacerte, cosas que no entiendo. Si tan solo…

La imagen de Nicolás apareció a un metro y medio de distancia de el de Sebastián.

—te mintió por más de una década, ¿porque habría de decirte la verdad ahora? —Dijo Nicolás con recelo en su voz. No sabía que creer o en que pensar. Y me confundía más el hecho de que el apareciera aquí.

—Mírame a los ojos Caroline, sabrás que digo lo que siento y será con sinceridad—sus ojos estaban clavados en los míos, al igual que los de Nicolás.

—tuviste el tiempo necesario para demostrarlo y defenderla, y no lo lograste. Ne vengas escupiendo aquí falsas pretensiones.

—yo no decidí que las cosas fueran así, yo la amaba, e hice todo lo que estuvo a mi alcance para no lastimarla.

Ahora eran ellos los que se veían mientras discutían, yo era como el tema principal pero al mismo tiempo un cero a la izquierda, puesto que ahora era algo más personal que por mí

—ella ni siquiera sabe quién eras realmente. Nunca le dijiste la verdad.

—ella nunca necesito saber de mi pasado, sino de quien era realmente.

—no te excuses, paso tu oportunidad, le fallaste, acéptalo y quédate con tu dignidad.

—Ni siquiera la conoces, no sabes NADA de ella.

Comenzaron a interrumpirse, mientras gritaban sus “argumentos". Deje de saber que decía quien puesto que comenzaron a interrumpirse y elevar el tono de sus voces. De un segundo a otro me miraron los dos pero discutiendo. Como preguntándome a quien era el que prefería. Estuve a un segundo de volverme loca, cuando un olor a alcohol muy fuerte apareció invadiendo todo y ellos empezaron a desvanecerse al igual que yo, todo volvió a ponerse negro hasta que perdí la conciencia por completo

**************fin del sueño***********************

No supe donde me encontraba, o cuanto había pasado, pero estaba en una sala en una casa con paredes de cristal, la cual parecía estar a mitad del bosque, ya que se podían apreciar muchos pinos a través de ellas. Estaba anocheciendo y la puesta de sol se encontraba en su deleite.

Me senté en cuanto sentí que mi fuerza volvía, aun me encontraba mareada y algo atontada, los sillones eran negros y el piso era de mármol blanco, había una mesa de noche de madera antigua frente a mí de caoba.

Puse mi mando en mi cabeza, todo estaba dándome vueltas. Así que era esto a lo que los humanos sentían cuando se embriagaban? El problema está en que yo no he tomado ni una gota de esa bebida. Y tenía entendido que no hacia efecto en seres inmortales.

—Me alegra que ya hallas despertado— dijo un niño de unos 8 años, de cabello blanco y ojos azules, como los de Sebastián. No pude evitar que me pasara un fugas recuerdo de él. Comenzó a acercarse a mí, parece que hubiese estado recargado junto a la pared observándome hasta que volviera en sí. —no te asustes, quiero explicarte el motivo de tu secuestro. Después de que te cuente mis motivos tendrás derecho que me des tu opinión y veré si decido tomarla en cuenta o hacer lo que crea que es mejor. Soy el oráculo universal. Por favor sígueme— ¿QUE? ¿SECUESTRADA? ¿POR “EL”? miles de preguntas comenzaron a invadir mis pensamientos, como: “como una cosa como él pudo haberme “secuestrado” o sacado del apartamento sin que Alex y Adrián lo notaran o como su cara emanaba dulzura cuando estoy casi segura que no tenía ni una pizca de ello, pero no quería ser descortés. Me tendió su mano muy gentilmente como todo un caballero, lo cual era muy gracioso tomando en cuenta que solo parecía tener 8 años, decidí guardar silencio como lo propuso y seguirlo.

                            Narrador

Adrián sintió que algo no andaba como debería andar. Eran las 11 de la noche y el silencio era absoluto, algo le incomodaba, se dirigió a la habitación de Caroline, la ventana estaba abierta y ella no se encontraba por ningún lado. Se dirigió a la habitación de Alex en busca de alguna respuesta. Tal ves el sabia donde se encontraba.

—Hey — dijo al irrumpir en su habitación mientras Alex se quitaba los auriculares de sus oídos— ¿sabes dónde se encuentra Caroline? No está en su habitación

—Estás jugando cierto?

— ¿te parece que soy un hombre de bromas?

MALDICIÓN, SE LO ADVERTI, SE LO DIJE, SABIA QUE SE HABIA IDO CON EL, AHORA PUEDE ESTAR MUERTA, LO SABIA, LO SABIA. —dijo alterado mientras se paraba de golpe y salía por la puerta.

—hay algo de lo que me perdí o no me contaron? Porque no entiendo una mierda.

—Ella se a estado viendo con Nicolás todas las madrugadas, sabía que era peligroso, se lo recordé esta mañana y no le importo un carajo.

—y no me dijiste nada? Pude haber hablado con ella y decidiste ocultármelo?

—no empieces de marica, vamos a buscarla antes de que Jack lo note, porque si no está muerta él se encargara de hacerlo.

Salieron rápidamente del edificio y se dividieron la ciudad en 2 parten, para abarcar el doble en la mitad del tiempo posible. Alex se dirigió al Norte y Adrián al Sur. No paso más de media hora cuando Alex se topó con Nicolás por un callejón mientras le robaba un alma a alguna pobre criatura, pero ese no era asunto de Alex al igual que no le importaba, al menos no en ese momento. Mantuvo su distancia de al menos unos cinco metros pero sin ocultarse en las paredes. Por el contrario. Quería hacer notar su presencia.

— ¿dónde está ella?

—mira amigo, no es mi problema que pierdas tus novias, ahora lárgate.

Un segundo después Alex lo había aparecido a su lado y había tomado por los hombros y estampado contra la pared. Sus puños estaban tan cerrados que sus nudillos se comenzaban a poner blancos. Claro que Nicolás no se inmuto lo mas mínimo ante esto.

—lo preguntare una vez más, ¿Dónde está ella?

El ultimo ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora