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Emilio.

Había pasado ya un mes desde mi ruptura con María. Nuevamente los días fueron difíciles, pero está vez, no necesite de mucho tiempo para sanar.

Por fortuna tenía bastante trabajo, esto me ayudaba a mantener mi mente ocupada. Pensaba solamente en mi público, no ocupaba ahora más.

Mi vida está diferente, convivir con mis amigos y mi familia era increíble. Pensar que no los había valorado como debía, me hacía quererlos aún más tiempo cerca de mi. Tal vez, podría recompensar todo el tiempo que tuvieron mi ausencia.

...

 Había rumores sobre Joaquín y una visita express a México con su novio. Mis amigos fueron quien lo confirmaron:

—¿Vieron que Joaquín estuvo en México?— Diego nuevamente manteniéndose informado. 

—Solo fueron rumores Diego— habló Emmanuel.

—No, miren— sacó su celular y mostró la foto.

Fue en ese momento, que mi mente volvió a estallar en recuerdos

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Fue en ese momento, que mi mente volvió a estallar en recuerdos. Lo tuve tan cerca.

Volví a extrañar el helado, volví a extrañar hacer el amor con él… volví a recordar aquella canción escrita para él, que ya ni siquiera me atrevía a cantar más. Volví a recordar la lluvia mojando su rostro y  la alegría que eso le provocaba. 

Volvía recordar a mi pequeño y deseé tanto volver a escuchar aquel «Quédate conmigo»…

Pero todos estos recuerdos, provocaron una sonrisa. Ya no había lágrimas. Yo era feliz, sus alas...esas que con tanto esfuerzo reconstruyó, estaban volando como nunca. 

Joaquín.

Aquí me encontraba un mes después de aquel abrazo lleno de lágrimas,  con ese hombre de labios preciosos y grandes ojos.

Habíamos pasado muchas cosas ya en poco tiempo. Cómo aquel par de días que volvimos a México tan sólo para que mi madre y mi hermana lo conocieran.  

No te voy a mentir Emilio, pensaba que mi regreso a México vendría con noticias tuyas. No fue así. En aquella ciudad, esos dos días, solo existió Eduardo, mi madre y mi hermana. No necesite más. Ni siquiera tu recuerdo

Desafortunadamente ese mes fue fugaz para mí. Y en mi cabeza no dejaba de pensar...

¿Realmente estaba preparado para vivir algo así?

Nunca estamos preparados para perder a quienes queremos. Nunca. Pero había algo hermoso en esa historia con Eduardo y agradezco haberlo sabido ver. Parte de mí se iría con él. Y él se llevaría lo mejor de mí; la mejor versión que me enseñó a ser. 

Fueron unos días duros y, a la vez, los más bonitos. Durante el mes anterior, él no dejaba de compartir mensajes positivos a las personas… era un ser admirable. 

Quédate conmigo para siempre / Emiliaco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora