Sin Defensas

Capítulo 15. "Shazta"

Íbamos rumbo a casa de Lucas, los chicos me daban "ánimos" diciéndome: Oh, Emily, no es tan malo, solo puede que te castigue sin ver a Caleb. O Vamos Ems, que son dos siglos en tu habitación. Sí, me había ido sin avisarle, lo lamentaba, y tenía razones para estar enfadado, pero no era para tanto ¿Verdad?

-Agh. -Grite. -Basta chicos, ya me quedo claro el concepto. -Dije cuando aparcábamos en la casa de Lucas.

-Yo creo que sí. -Dijo James señalando a mi hermano que estaba parado en la puerta.

Tenía ojeras bajo sus hermosos ojos miel, usaba unos pantalones viejos y una camiseta, dios parecía un zombi, ahora si me sentía mal.

Baje del auto, y me acerque a él. De inmediato me salto encima y me abrazo como nunca.

-Emi, pensé que te había pasado algo, considere secuestradores, narcotraficantes, vampiros, chupa cabras, marcianos con pensamientos de abducción. -Soltó un suspiro. -Estaba a punto de ir a ver a Caleb, te lo juro su vuelves a hacer algo así....

-No. Tom, eso no va a pasar, perdóname, por favor. -Dije mientras toma su cara entre mis manos.

Mi hermano beso mi mejilla, y entramos a la casa. Lucas estaba parado en la sala con las manos en los costados, parecía enfadado, tenía ojeras al igual que Tom, o dios, sí que los había preocupado.

-Te juro, -Me dijo. -Que, si te vuelves a escapar como chamaca de 13 años, no habrá poder humano, es más, ni siquiera tus padrinos mágicos, harán que te salves de la tortura china. -Me envolvió en sus brazos, por dios, quería mucho a este chico.

-No fue mi intención asustar a nadie, lo lamento chicos. -Dije cabizbaja.

-Hey. -Dijo Tom abrazándome de nuevo. -Solo, no vuelvas a asustarnos así. -Yo asentí.

-Oigan. -Dije captando la atención de los cuatro, mientras caminábamos a la cocina. -¿Dónde están Charlie y Wen?

-Umm... -Dijo Lucas con una sonrisa. -Digamos que... anoche les dije una pequeña mentirilla piadosa.

-¿Cuál? -Pregunte, mientras servía cereal para todos.

-Les dije que ya no habían habitaciones... Y pues, Charlie, como buen novio, le dio asilo en su cuarto a Wen.

Todos reímos, no podía creer que esos dos zopencos se habían tragado el cuento de Lucas.

Esto era un mansión, a mí se me hacía que na 'más fue pretexto para estar juntos.

La mañana paso normal, después de que los bellos durmientes despertaran los chicos habían decidido meterse a la piscina, mientras que yo está sentada en un cómodo sofá-columpio, y leía Divergente, un libro que me había regalado Lucas, dijo que él no leía, así que me lo regalo.

El teléfono de Tom sonó, él salió del agua, leyó el mensaje y respondió con una enorme sonrisa. ¿Qué? O ¿De quién habrá sido el texto?

Ya me había aburrido, así que me quede dormida.

***

Desperté como 15 minutos después... Oh bueno... A mí me pareció eso. Pero estaba equivocada, pues en lugar del sol estaba la luna, hijos de la grandísima puta, me dejaron aquí afuera. El motivo de mi despertar, sentía que algo se movía encima de mí. Abrí los ojos lentamente, esperando no encontrarme con algo asqueroso, si resultaba extraño pero le tenía un miedo profundo a los insectos, si no pregúntele a mis excompañeros, del día que entro una mariposa a mi salón, y a la hija de la chingada se le ocurrió que el mejor lugar para quedarse era mi lugar, en conclusión, nunca juzguen a una bestia por su tamaño, o a mis gritos.

Fui abriendo mis ojos poco a poco, hasta que me encontré con un hermoso cachorro Alaska, de tonos grisáceos y con los ojos muy azules, además de llevar un listón rojo en su cuello.

-Wow, eres la bola de pelo más adorable que he visto en toda mi existencia. -Dije mientras acariciaba la pancita del cachorrito.

El pequeño cachorrito comenzó a dar de vueltas, y yo lo sujete para quitarle el lazo.

-Quédate quieto pequeño. -Le pedí. - ¿Que no viste esa película en la el perro muere asfixiado?

Al parecer comprendió y se quedó quieto, al des aflojar el amarre del listón, me encontré con un papel doblado en cuatro, lo abrí con mucho cuidado.

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Hola:

Estarás pensado. De quién es ese pequeño perro, la respuesta es:

Ese pequeño perro es de Emily Blake, así que si le quieres reclamar algo, ve con ella. ;)

Cuando pase junto a la veterinaria y lo vi, no hice más que pensar en ti,=* y sin pensarlo dos veces...

¡Pum! Ahora es tuyo. Espero que te guste. =)

P.D.

No tiene nombre, puedes bautizarlo como quieras. *-*

TE QUIERO.

Caleb. =D

Una sonrisa invadió mi cara sin consultarlo, centre mi mirada en el pequeño animal que jugaba cerca de la alberca.

-Hey, bola de pelo, el perro de la peli, también muere por ahogamiento. -Sonreí, y ante mi llamado el perrito corrió a mí. -Muy bien, ¿Cómo te pondré? -El perrito volteo la cabeza. -Ya se te llamare Shazta. -El perrito empezó a ladrar, supuse que le gusto.

¡Gracias Caleb! -Pensé.

Entre a la casa con el pequeño cachorro entre mis brazos, para encontrarme con los chicos comiendo pizza, agg, encima no me despiertan, ni para entrar, ni para comer, groseros. Vi que Caleb apenas se estaba sirviendo, Ósea estaba claro que acababa de llegar, y tampoco me despertó. Le enseñe la lengua mentalmente.

-Hey. -Me dijo Wen. -Así... -Se volteó a Caleb. -Que, eso era lo que traías en la caja. -Pude ver como las mejillas de Caleb se tornaban rojas. O dios, se veía lindo, y... y sexy.

-Oye Emilia. -Me regaño Lucas. -Que nunca tuviste un cachorro, así no se cargan. -Lo arrebato de mis manos, y todos se acercaron a verlo.

Me acerque a Caleb, que aún estaba en la isla comiendo.

-Gracias. -Le susurre, en el oído. Me dedico una sonrisa, y se inclinó a mí.

-No es nada, que bueno que te gusto, princesa. -Dicho esto beso mi mejilla.

Nos quedamos mirando por dos segundos hasta que escuche la voz de Tom.

-Hey, Grey. -Vio a Caleb. -Cuidadito con las manos, o por lo menos no seas descarado, que estoy aquí, y no me has pedido permiso para ser novio de mi hermana.

-Es porque no lo somos. -Respondí. Todos se voltearon y nos vieron con los ojos muy abiertos.

-¿De verdad? -Pregunto Wen, solo asentimos. -No, pues ustedes si son raros, ósea, se gustan pero no se hacen novios no lo entiendo. -Caleb me vio, en su expresión podía leer un Yo tampoco.

-Ya Wen. -La regaño Charlie. -Sus motivos tendrán. -Me dedico una pequeña sonrisa antes de seguir viendo al cachorro.

Si, era extraño, pero no podía, yo no quería lastimarlo. Tenía miedo de que me juzgara, por huir, por ser una cobarde.

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Gracias por leer...

P.D.

Shazta en multimedia.