–Quítate.
Un sonido infantil de negación. Gruñe por lo bajo y se remueve.
–¿Me acabas de gruñir? –lo mira con asombro.
Su seño fruncido evidencia su clara molestia, el otro sólo estalla en risas.
–No seas así, déjate querer –lo estrecha más entre sus brazos.
–Hoseok tu complejo de garrapata sólo esta haciéndome molestar, no entiendo cuál es la necesidad.
–Sé que te gusta a pesar de que me gruñas, sólo no quieres admitirlo.
–Quiero leer tranquilo pero tú no te quedas quieto y estas aplastándome –Yoongi lo empuja con la fuerza de sus piernas.
No sabe como su parabatai terminó acostado y enredado en medio de sus piernas. Y todo su torso estaba aplastándole el estómago, su cabeza al menos le servía para colocar el libro.
–Ah no se te va lo limón agrio. Al menos valora que te doy amor y cariño. Tu aura depresiva esta traspasando hasta mí, es tanto así que creo lo pasas por el vínculo parabatai.
Yoongi arroja el libro lejos y se deja caer entre las almohadas que colocó a sus espaldas. Observa el techo en silencio.
–Lo siento. Ni siquiera yo entiendo qué pasa conmigo. Creo que estoy enfermo, aunque no tengo síntomas, sólo es un malestar en general.
–Mal de amores le dicen...Ni siquiera es una enfermedad real.
–Basta con eso –el malestar golpea de vuelta para el mayor.
Un estruendo en el salón.
Un grito de furia que se convierte en algo profundamente lastimero.
Ambos parabatai se sientan de golpe.
Se miran y al mismo tiempo salen corriendo de la habitación para bajar hasta el salón.
El corazón de Yoongi se encoje al ver la desgarradora imagen al frente.
Jimin esta en el suelo, en medio del salón, rodeado de decoración echa trizas que al parecer él mismo ha roto, se mantiene de rodillas y llorando desconsoladamente.
Min no lo piensa dos veces y corre hasta él, se arrodilla para quedar a su altura y acerca sus temblorosas manos para tomar las del contrario. Jimin levanta la cabeza y posa su mirada en el rostro ajeno, ya no caían lágrimas pero apenas se miraron unos minutos y Jimin comenzó a llorar tan fuerte como hace unos instantes.
El mayor sintió sus ojos picar y extendió sus brazos para envolver en un fuerte abrazo al otro. Jimin temblaba y sollozaba, estuvo de esa manera unos minutos.
Hoseok caminó hasta ellos y miró con pena a su parabatai, no sabía qué hacer, esto era muy extraño, por lo general un Nefilim no tendía a demostrar emociones descontroladas. Yoongi lo observo y su parabatai asintió con entendimiento.
Subía los escalones y se topó con un desarreglado Seokjin, muy desorientado y sorprendido, seguro que fue por el estruendo.
–Sólo déjalos un momento.
Seokjin asintió, observo a los dos jóvenes abrazados, era una vista desgarradora, apartó la mirada y decidió darles privacidad.
Luego de varios minutos Jimin consiguió calmarse, inhalaba y exhalaba audiblemente, como intentando controlar sus temblores.
Separó su rostro del hombro del otro y nuevas ganas de llorar nacieron cuando unas manos cálidas sostenían suavemente su rostro y limpiaban sus lágrimas. No tenía la fuerza suficiente para levantar la mirada.
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Cazadores de demonios
FanfictionEntre el mundo que conocemos y glamour mágico, viven los cazadores de demonios. Pero no son sólo ellos. Los antiguos cuentos y mitos no existen por ninguna razón. Brujos, vampiros, licántropos, hadas... Ocultos a ojos humanos, tienen sólo una mis...