Capítulo 11.- La dolorosa marcha del puto Chris Dee

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Fueron tres días agotadores de no parar. No podría haberme imaginado nunca que rodar un videoclip sería tan duro. Y, para colmo, el director del rodaje parecía encantado con Liv y ella obsesionada con repetir planos y tomas. Casi parecía que ella mandaba, lo que hacía mucha gracia a Chris, que se había reído de mí cuando le pedí que la apartase del director.

Así que el viernes y el sábado decidí quedarme en casa para descansar y superar mi depresión por la separación con Chris Dee. Además, estaba muy ocupada ignorando a Carroll, que se había puesto pesadísimo con que hablásemos. Y si yo tenía pocas ganas de verle antes, ahora me parecía que tenía una excusa perfecta para no hacerlo.

Sin embargo, el sábado por la mañana, cuando estaba planteándome si debía ir a ver a mi tío Abram para que me quitase la escayola, o fingir un atentado en el aeropuerto para que Chris no se pudiera ir, el ruido del timbre me hizo saltar en la cama.

No iba a ir a abrir, mis padres se habían ido a pasar el día con mis tíos o algo y yo no esperaba a nadie. Sin embargo, insistieron hasta que temí que fueran a quemarme el timbre y empecé a sospechar que, como mínimo, el edificio debía estar en llamas. Así que me levanté sin ninguna gana de la cama y fui a abrir, olisqueándome la camiseta por el camino.

Llevaba dos días en la cama y en mi habitación no había aire acondicionado, hacía mucho calor, pero aún olía aceptable. Sin embargo, cuando abrí la puerta de un tirón, dispuesta a mandar al vendedor pesado de turno a la mierda, y me encontré a Chris Dee de frente, me di cuenta de que nunca olería suficientemente bien para ello.

—Irene no está —le dije, como una idiota.

—Ya. Viene de camino, ya he hablado con ella. Quita. —Me empujó un poco para entrar, aunque oí su risa divertida de camino al salón.

Olivia entró con un poco más de discreción detrás y yo me pasé la lengua por los dientes. Me había hinchado a chocolate, ¿cuándo me había lavado los dientes por última vez? ¡Se suponía que Chris ya se había ido!

—¿Qué hacéis aquí? —pregunté, tras cerrar la puerta y seguirlos al salón.

—Previsualizar el videoclip —explicó moviendo un pendrive delante de mí—. Aún no está bien montado y hay muchos cromas, pero es para que nos hagamos una idea. Si queréis cambiar algo, es el momento de decirlo, después será tarde.

—¿Y por qué en mi casa? —dudé.

—Tu hermana ha dicho que podíamos verlo aquí... Creo que no quería que la viéramos en casa de su novio o lo que sea.

—Ya.

No había podido volver a hablar con Ne sobre lo que tenía con el bajista del grupo, básicamente, porque no se había separado de él, y tal como había prometido no había vuelto por casa. Los periodistas seguían apostados en el portal, pese a que mi padre había mandado a sus policías un par de veces a intentar desalojarlos.

—¿Cómo habéis entrado? ¿No os han frito a preguntas?

—Sí, les he dicho que íbamos a montarnos un trío.

—Más quisieras —resoplé.

—Yo me apunto —aseguró Liv, con tono bromista.

Aún no entendía porque esa buena chica no me había dado un puñetazo también, pero no iba a quejarme. En cualquier caso, les dije que tenía que ir a mear y corrí al baño para adecentarme.

A ver, que sabía que lo del trio era coña y siempre había considerado que tres eran multitud. Yo me quedaría con Chris encantada, pero Liv me sobraba, mi cama no era tan grande. Sin embargo, es como cuando de pequeña mi madre decía que llevase siempre la ropa interior limpia, por si acaso. Me puse un kilo de desodorante y me froté los dientes hasta que estuvieron suaves.

Casi en sintonía - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora