Capítulo 19.- La verdad siempre sale a la luz

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En cuanto acabamos el último concierto de Las Vegas, me sentí realmente aliviada. Salva no había averiguado nada de quién me había dejado el tulipán y la amenaza. Así que, aunque no había recibido nada más, no logré estar a gusto del todo. Por eso, tras el último concierto, cuando el grupo volvió al camerino, yo me fui directa a la habitación, escaqueándome de Aaron, mi seguridad personal, en cuanto se despistó para tratar de detener a las fans que trataban de llegar hasta Chris. Parecía que un grupo de crías se habían colado en el hotel y querían tocar al músico a cualquier precio.

Yo subí con un suspiro, peinándome un poco usando el espejo del ascensor. Probé a ponerme el flequillo delante de los ojos, como lo solía llevar antes. Pero lo tenía demasiado largo, así que lo devolví a su lugar y me desenredé las suaves ondulaciones con los dedos.

Delante de la suite había otro par de seguridad, que parecieron extrañados porque yo fuera sola, pero por suerte me dejaron entrar sin preguntas. Ya me echaría la bronca Salva luego, que parecía muy preocupado por mí. Supuse que Chris se lo había pedido.

La verdad es que esperaba estar sola en la habitación y meterme en el jacuzzi con un vodka, pero supe que no habría alcohol para mí esa noche. Olivia estaba allí, con la camiseta levantada hasta el pecho casi y pasándose la mano una y otra vez sobre el vientre abultado. Muy abultado.

—Dios mío, ¡estás embarazada! —la acusé.

Ella se tapó a toda prisa y me miró sonrojada, moviendo el pelo para que cubriese un poco su cara, como si fuera un escudo. Y yo me sentí peor que nunca. Tuve que sentarme incluso, porque me estaba mareando. ¡Le estaba intentado levantar el novio a una mujer embarazada! ¡Peor! No dejaba de besarle, y ella lo sabía y lo permitía, estando embarazada... Yo era una persona horrible.

—Cora, yo... —Intentó decir algo, sentándose a mi lado, pero se quedó callada y se mordió el labio, como si no supiera cómo seguir.

—Lo siento mucho, Liv. Te juro que no volveré a acercarme a Chris, ni a dirigirle la palabra... ¿Él sabe que va a ser padre? Dios, soy lo peor, pero él también, ¿eh? ¿Cómo puede liarse conmigo estando contigo y encima embarazada...? Deberías matarle o denunciarle para que mantenga a tu hijo...

—Cora, tranquila, Chris no es el padre de mi bebé, y él aún no sabe que estoy embarazada —explicó con suavidad.

—¿Por eso le permites que se líe conmigo? ¿Tú también te lías con otros? ¿Tenéis una relación abierta?

—No, joder, le dije que te lo contase... Se lo he dicho mil veces. Es incómodo, yo no quiero hablar —suspiró, poniéndose de pie y paseando de un lado al otro.

—¿De qué hablas, Liv? Sé que no me lo merezco, pero quiero saber que pasa entre vosotros. Me estoy volviendo loca, porque me gusta mucho, pero tú me caes muy bien y no soporto hacerte daño, pero tampoco alejarme de él —confesé, levantándome para sujetar sus manos y sonrojándome también.

—Chris y yo salimos hace unos años —reconoció—. Pero lo dejamos dos semanas después, Cora. Yo me di cuenta de que me gustan las mujeres y Chris lo entendió cuando se lo conté. Creo que siempre lo supo, quizá mejor que yo —se rio un poco.

—¿Y por qué me dijisteis que erais novios? —me quejé, apartándome de ella molesta.

—Chris ha tenido malas experiencias con chicas que solos se acercan a él por quién es, Cora. Creo que consideró que así podría conocerte mejor... O simplemente es un poco capullo. Pero que conste que le he dicho mil veces que te cuente la verdad. Y cuando vine hace unos días y supe que aún pensabas que estábamos juntos, le dije que, si no te lo contaba él, lo haría yo. Y no me iba a ir sin decírtelo.

Casi en sintonía - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora