Los trillizos mexicanos son conocidos no solo por su buena comida y su talento para las artes, si no que también por ser extremadamente coquetos.
El albur y los coqueteos que forman parte de su día a día llegaban a meterlos en problemas, y esa tarde no iba a ser la excepción para el pequeño Sur, tal vez debía comenzar a ignorar los retos de sus hermanos, pero no podía, no cuando usaron un hechizo simple, pero inquebrantable.
–Culo si no– decían ambos en una sincronía perfecta al oído de su hermano, Centro a la derecha y Norte a la izquierda, sentados lo más juntos que podían en el gran sofá de la sala, mirando detenidamente la pantalla del teléfono de un levemente ruborizado Sur.
–Saben que siempre jalo a estas cosas pero ¿Coquetearle a Rusia por mensajes? Es demasiado– se intentaba excusar, aunque sabía que eso a sus hermanos no los pararía.
–Vamos, te la pasas joteando con casi literalmente todo el mundo ¿Cómo no vas a poder con quién te gusta?– le recordó Centro, intentando no reír por la ahora cara roja de su hermano.
–Si, ahora no seas culo y dile algo– dijo Norte conteniendo la risa al igual que su hermana, eso sería divertido.
Sur, con un suspiro y, aún lleno dudas, aceptó.
–Bien, le mandaré un mensaje, pero ¿Qué le voy a decir?– miró rendido a sus hermanos, quienes tomaron un poco de aire y comenzaron a dar opciones por turnos.
–Si así esta el conejo ¿Cómo estará la zanahoria?– Empezó Norte, golpeando suavemente a su hermana con el codo.
Al entender a qué se refería, Centro le siguió el juego.
–A ti si te dejo ahorcarme aunque no sea viernes.–Entre espadazos no hay chamacos– Sur se apenó en esa, sobretodo porque se lo había imaginado.
–Quiero que me dejes la cara como kínder, llena de niños. –Centro rió al escuchar esa para después decir una al mismo nivel.
–Contigo hasta hacer un bebé o un queso, lo que cuaje primero.
–Tanta carne y yo sin dientes.
–Tanta curva y yo sin frenos.
Y hubieran seguido, si no fuera por el grito de un Sur con la cara convertida en tomate –¡SUFICIENTE! ¡No le mandaré nada!– Estaba convencido, era mala idea.
Además, era Rusia, un país potencia y además era alguien serio. Era demasiado obvio que no entendería el albur, y si lo hacía, seguramente lo tomaría como un insulto.Finalmente, después de unos segundos de silencio, las burlas de sus hermanos no tardaron en comenzar, terminando a los minutos con risas por parte de los tres, Sur uniéndose por la contagiosa risa de Norte, quienes después se miraron entre sí sin saber aún que escribir.
–¿Te regaló una pluma en la ultima reunión no?– preguntó Norte, recordando lo emocionado que su hermano se había puesto, incluso había comenzado a sospechar que la había puesto en un altar dedicado solamente al ruso, con otras cosas que pertenecían a este.
Un pelo de ushanka, una foto y seguramente también algún tipo de basura que se le había caído.Estaba loco el pobre Sur.
Al ver a su hermano asentir, Norte sonrió orgulloso, si no fuera por que tiene que hacerse cargo de sus habitantes trabajaría de doctor corazón uniendo parejas y dando consejos de amor.
–¿Por qué preguntas eso?– lo cuestionó Centro, mirando con curiosidad como su hermano se levantaba del sofá y comenzaba a caminar con ambos brazos en la espalda, como si estuviera pensando seriamente en elegir las palabras correctas.
–Comienza a escribir– ordenó a Sur y este le obedeció algo extrañado –"Hey, ya no pude agradecerte el otro día por la pluma que me regalaste, está bien chula. Escribe muy bonito y realmente me gustaría agradecerte en persona. ¿Qué tal si salimos un día de estos antes de la próxima reunión?"–
Los otros dos hermanos lo vieron asombrados, ¿Ese era realmente su hermano? ¿Dónde estaba el norteño vulgar al que le gustaban sus primas?, de alguna manera ese era el mismo que estaba parado frente a ellos, mirándolos con una sonrisa llena de orgullo.
–¿Tu que dices Centro?– preguntó Sur a su hermana, saliendo del asombro y terminando de escribir lo que le habían dictado.
–Bueno, casi suena a algo que tu dirías– resaltó mientras repetía lo que su hermano mayor había dicho, su mente estaba a mil por hora, ¿hace cuanto que Norte era bueno con eso? Pero algo si le quedó claro; no sabía que un mensaje iba a ser tan difícil de escribir, además de tener un hermano especializado en eso. –Por mi queda aprobado–.
Se escuchó un "A huevo" de un Norte emocionado, mientras Sur mandaba el mensaje temblando, si algo nadie sabía de ese trío de hermanos es que se les hace casi imposible decirle algún piropo o coquetearle a la persona que les gusta, poniéndose inmediatamente nerviosos y con un gran rubor en sus mejillas. Todos tenían una anécdota no muy alegre con ese tema, así que cuando algo así sucedía, se sentaban los tres a ver películas tristes... mientras comían taquitos al pastor.
–Lo hice...– dijo en un susurro, viendo la conversación una y otra vez comprobando lo que había hecho, comenzando a entrar en pánico. –No, no, no, ¿Por qué lo hice? ¡Tengo que borrarlo antes de que lo vea!–.
–¡Norte, sujétalo!– gritó Centro bloqueando el celular de su hermano e intentando arrebatárselo. El mayor de estatura asintió tomando a Sur para que dejara de luchar.
–¡Suéltame, tengo que evitar que Rusia lo lea!– gritó intentando librarse del agarre de su hermano y cuando finalmente lo consiguió fue interrumpido por Centro, quien sonreía emocionada.
–Ya lo vio...– dijo sentándose en el sofá y saliendo de la conversación, no quería que su hermano pareciera un acosador o desesperado por una respuesta, aunque así lo era y estaba muriendo por saber lo que pasaba.
Los otros dos volvieron a poner su atención en el teléfono, sentándose con su hermana y esperando una respuesta que llegó minutos después.
Rusia había aceptado verse antes de la reunión... de hecho lo había invitado a quedarse en Moscú algunos días antes de la junta que sería ahí mismo.
Gritos muy masculinos y llenos de emoción sonaron por toda la casa, incluso algunos vecinos habían logrado escucharlos, pero no les importaban las posibles quejas de estos; les importaba más la invitación que Sur no tardó mucho en aceptar y comenzar a organizarse con el ruso.
Minutos después dejó el teléfono a un lado y miró a sus hermanos ruborizado, mientras estos esperaban una respuesta impacientes.
–Iré a Moscú en unos días...– dijo con una tonta sonrisa, mientras se cubría su rostro con sus manos y se acostaba en el sofá, totalmente emocionado.
–Mi pequeño bebé ya es todo un niño grande– habló Centro, limpiando una lágrima falsa con orgullo, mientras abrazaba a Norte emocionada.
–¿De que tamaño debería comprarle los condones?– Preguntó Norte, rompiendo por completo la atmosfera, haciendo reír a carcajadas a sus hermanos, quienes no dudaron en comenzar a golpearlo y lanzarle cosas jugando.
Los tres estaban realmente emocionados, no sabían que pasaría en ese viaje pero seguro que sería interesante.
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¿Qué decían? ¿Esta ya se murió otra vez? UwU
Perdón por no actualizar, la escuela absorbió mi tiempo y lo hará aún más los próximos meses :'c, pero aprovechando el puente les dejo esto uwu
P.D: el preguntas y respuestas si se va a hacer, por si quieren hacer sus preguntas :3
P.D2: ya somon más de 4k de lecturas, nomamen los amo un chingo 💖💖 nunca creí llegar tan lejos :0
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Misión: Rusia [♡RusMex♡]
FanfictionCuando México Sur se enamora le cuenta a sus hermanos y amigos con esperanza de que alguno le ayude. Oh pobre chico, le contó a las personas menos indicadas, pero la intención es lo que cuenta... ...¿Verdad?... \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\...