"Volvería por ti"
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※Shawn
Escucho únicamente el incesante ruido que proviene de mi teléfono. Al parecer uno de los abogados recordó que tengo este número y ahora está molestandome.
-¿Podrías apagar eso? -ella gruñe algo molesta.
-¿Qué crees que trato de hacer, Camila? -volteo a verla y evidencio el grave error que cometí-. Digo... Angela, es que ¿sabes un dato curioso sobre los neoyorquinos? Cuando encontramos una mujer linda la describimos como una Camila, ¿sí? Es como eh... lenguaje de la calle.
-Como digas, Francisco... Ah no, espera, ese nombre lo usamos en Argentina para referirnos a idiotas. Aunque... No te queda del todo mal -me da una sonrisa cínica y se levanta de la cama. Recoge sus cosas y se viste, pero es precisamente por esto es que no me gusta pasar la noche completa con alguien. ¿Para qué más ataduras? ¿Cuál es la necesidad de complicarse? Todo es más sencillo sin ningún tipo de vínculo.
-Espera.
-¿Sí? -voltea, veo un poco de esperanza en su mirada.
-Procura cerrar bien la puerta cuando salgas -le lanzo un beso y ella me lanza una almohada que hay en el suelo.
-Te odio, Peter.
Suelto una carcajada y la chica sale. Obviamente no le iba a decir mi primer nombre ni otros datos sobre mí, esto es cosa de una sola noche y ella lo sabía.
Si sigo aquí probablemente me van a descubrir, no sé de qué huyo, pero lo hago continuamente. Tal vez le tengo miedo a afrontar la realidad que me persigue.
Paso uno de mis brazos sobre mi cara, dejando mi codo en el aire. Resoplo.
Escucho que algo se desliza por la puerta, captando mi atención. Me incorporo y camino hacia la puerta. Hay un sobre de manila en el suelo.
Extrañado, recojo el sobre y rasgo la parte de arriba con mis dientes. Escupo el trozo y me lanzo sobre mi cama, dispuesto a leer. La carta está escrita con una linda letra cursiva.
" 'No sabía qué era sentirme viva hasta que te conocí.'
Hola, Shawn. Decidí plasmar esto en papel porque siento que es menos impersonal (no digo que tu mensaje lo haya sido). Simplemente sentí que debía escribirte así pierda parte de mi orgullo por ello.
¿Sabes? Me gusta cantar, siempre me ha gustado hacerlo. Te lo cuento porque he tomado una decisión: Renuncié en el restaurante, estudiaré en el día y de noche estaré cantando en un bar con mi amigo Pepe y unos de sus amigos. Tal vez te escriba una canción jaja. De hecho podría ser algo tan raro como 'Amo cuando me llamas señorita', tú entiendes.
En fin, ¿qué otra cosa puedo decirte? Me gustaría contarte muchas cosas, pero no sé por dónde empezar, además las cosas entre ambos no han sido fáciles. Me hiciste sentir muchas cosas buenas que no sabía que podía sentir, y creo que siempre habrá un espacio para ti en mi corazón.
Todo este tiempo he estado obsesionada con obtener dinero para pagar algunas cosas, pero principalmente porque quiero que Sofía tenga mejores oportunidades que yo y que nunca le falte nada, en verdad ella es todo para mí. Parte de ese dinero también quiero que vaya destinado a un tratamiento del que he estado averiguando, no quiero hablar de mi enfermedad porque no influye en nada aquí. Lo importante es que ya estoy mejor y en este momento estoy escribiendo esto en un parque, hace una semana que no salía.
Conocí a Iva cuando llegué a Miami, ella solía ayudarle a mi abuela a asear el lugar. Mi abuela murió y quien estuvo siempre para mí era Iva. Ella pertenece a ese reducido grupo de personas en el que puedo confiar hasta con los ojos cerrados. La cuestión con Lauren es un poco... Complicada.
Lauren llegó a mi vida cuando empecé a estudiar. Ella siempre fue la chica de la que todos querían ser amigos, y no te mentiré, empecé a sentirme atraída por ella. Y ese era un sentimiento que no me podía explicar, aunque eso no es tan relevante aquí. De hecho nada de esto lo es, pero en verdad quería contarte cualquier cosa.
Sé que cabe la posibilidad de que te vayas y no volvamos a vernos, de que no quieras saber nada más de mí y simplemente desaparezcas. Soy consciente de eso, pero sin embargo te agradezco por estas semanas, porque me sacaste de ese bucle infinito que vivía en algo que ni siquiera podría ser llamado vida. Gracias a ti estoy tomando riesgos, y no sé qué tan bueno sea eso. De hecho, se me hace raro, porque nunca estuve dependiendo de nadie hasta que llegaste tú, y ahora siento que no puedo estar sin ti. Sé que si me llamas siempre volvería a cualquier cosa por ti, pero lo que me deja con dudas es si tú harías eso.
No tengo un propósito en concreto con esta carta, como te dije, quería escribirte (así fuera una estupidez).
Espero que estés bien, y si fuera posible que habláramos o nos viéramos una última vez.
Eres muy especial para mí, Shawn. Lo eres.
-Camila"
Lo que me faltaba. Más remordimiento. ¿Por qué los seres humanos tenemos que sentir? Siempre es mejor ignorar lo que sientes y dejar que todo pase. Odio admitirlo, pero Camila genera sentimientos lindos dentro de mí, y eso no debería ser así, porque he luchado toda mi vida por que nadie lo haga.
Necesito despejarme.
Recojo el desorden del suelo y me obligo a dejar todo de una manera medianamente decente. Tomo mi chaqueta de cuero y paso una mano por mi cabello, para ordenarlo. También guardo el teléfono que no deja de sonar en mi bolsillo y procuro salir de la habitación. Paso por la ordinaria piscina que ofrece esta pocilga y lanzo el teléfono allí. Me pongo la chaqueta de cuero y saco del otro bolsillo las llaves de la moto. Luego vendré y tomaré una larga ducha, empacaré lo poco que traje y me largaré de aquí finalmente.
-Shawn -su voz hace que me quede helado. No volteo y sigo caminando-. Mendes -me tenso de inmediato al escuchar mi apellido, el real-. No seas grosero, sólo quiero tener una charla contigo.
-¿Qué quieres? -me doy la vuelta, frustrado.
-Me alegra saber que tienes modales -sonríe mostrando sus dientes.
-Es en serio, tengo prisa. ¿Qué quieres?
-Tener una charla contigo. ¿Quieres que te invite una cerveza?
-No quiero nada que provenga de ti.
-Ay Mendes, no te conviene tratarme mal.
Ruedo los ojos. Mantiene su sonrisa.
-Habla, Lauren.
-Me alegra que estés dispuesto a esto -me da un beso en la mejilla y empieza a caminar, con el propósito de que la siga.