"Ha sido un largo tiempo"
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※Camila
Me cruzo de brazos y frunzo el ceño. Con cuidado me siento y recuesto mi espalda en la cabecera de la cama.
Sofía me entregó un sobre cuando Lauren estaba distraída: Es de Shawn.
Como puedo, abro dicho sobre y me encuentro con dos hojas que tienen cosas escritas por ambas caras con una caligrafía perfecta.
Escucho que alguien se acerca, así que rápidamente guardo las hojas bajo la sábana que cubre mi cuerpo.
-Espero que te estés sintiendo mejor, si quieres puedo quedarme esta noche también.
-No, ya es mucho. Debes ir a estudiar, yo tengo que trabajar y tengo que adelantarme de las cosas de la universidad y pagar...
-¿Ves? Precisamente por estar tan estresada es que te pasa lo que te pasa, Camz. Debes calmarte un poco y aprender a anteponer tu salud a cualquier cosa.
Es inútil discutir con ella, entonces me limito a asentir con la cabeza y darle una sonrisa. Ella también lo hace y deja un vaso de agua con una pastilla efervescente en mi mesa de noche, donde descansa mi teléfono y otras cosas.
-Gracias por cuidarme, pero creo que dormiré un rato. Sal y haz algo por tu vida -le sonrío.
-Sofía me pidió un helado, así que la llevaré al parque y estaremos un rato allí. Te invitaría, pero afuera está haciendo mucho calor y no quiero que te desmayes frente a tu hermana.
-Esta niña... No tienes que llevar a Sofía ni comprarle nada, es suficiente con que me hayas ayudado estos dos días.
-Eh... Fue una semana -ríe-. No aceptaré más reproches, saldré en este momento y te dejaré dormir.
-Como digas... Gracias, Lauren.
Ella sonríe antes de cerrar la puerta. Allí es cuando doy un salto y empiezo a leer la carta con mucha ansiedad:
"Quisiera saber cómo empezar esta carta, pero soy un asco escribiendo, así que me limitaré a ir al punto porque no quiero que te enteres de ciertas cosas por personas que no conocen mi situación.
Mi nombre es Shawn. Shawn Mendes. Nací en Canadá, pero llevaba toda mi vida viviendo en Nueva York hasta hace un mes y medio, cuando todo se descontroló.
No conocí a mi madre, tampoco tengo hermanos (lo que te dije de mi supuesta hermana fue mentira, lo siento), crecí con una nana mientras mi padre hacía negocios junto al Mediterráneo. Tal vez has escuchado hablar de él, y más últimamente, no diré su nombre, pero tal vez si digo que es (o era, esto es un poco complicado) (disculpa por ese rayón, no fue a propósito) dueño de una de las petroleras más grandes del mundo y que falleció hace un mes y medio, tal vez te familiarices con el tema.
Cuando él murió empecé a huir, no sé si de mí, de esa antigua vida, o simplemente de la excusa que inventé para arriesgarme y empezar a recorrer este país: Empecé a huir de los reporteros que sólo me seguían para acusarme de asesinar a mi padre o que me asfixiaban con sus preguntas sobre la herencia. ¿Qué puedo decir? Soy desapegado a las cosas, crecí rodeado de lujos pero eso no vale nada si no tienes con quién compartirlos.
Estuve en varios lugares antes de venir a Miami, pasaba dos o tres días en pequeños pueblos o ciudades y volvía a irme. Para los medios tengo la imagen de un niño mimado, cuando en verdad sólo quiero ir con mi motocicleta hacia donde me lleve, porque la verdad no sentía que nada me atara a algún lugar... Sí, sentía. En pasado.
Nunca me imaginé que esto pasaría. Ha sido un largo tiempo desde que sentí algo así, que no sabría cómo describirlo, pero me mantienes aquí Camila, lo haces. Si no me he ido de Miami y huido a Texas o a Denver como el cobarde que soy, es por ti. Porque esta linda camarera a la que le gusta que le diga señorita me ha enseñado muchas cosas aunque haya pasado poco tiempo. No quiero perderte, pero no puedo hundirme en esto. No puedo hacerte más daño.
Lauren sabe de esto, y sé que es un cambio de tema algo drástico (lo siento, ya te dije que apesto para esto), pero si de algo tengo que estar seguro es de que no puedo partir sin que sepas la verdad. Tu amiga tarde o temprano puede que me venda a los medios (no te pido que dudes de ella, lo que menos quiero es que te pongas peor), pero tras una charla algo dura con Iva quise que contemplaras cualquier posibilidad. Si me voy es porque no quiero que me encuentren, pero quiero estar contigo, eres muy joven y tus sueños no pueden contenerse en ese departamento tamaño miniatura, y estoy seguro de que estás hecha para cosas más grandes que ser regañada por no hacerte una coleta en el trabajo.
¿Qué más puedo decirte? Esto es complejo... No tengo recuerdos divertidos de mi infancia, nada de la escuela o de la universidad, nada de festividades ni cumpleaños. Mi vida es un tanto aburrida, pero estar en Miami le ha traído un torbellino de emociones.
A lo que en realidad voy es que no quiero perderte por más que debo hacerlo. Quiero que te cuides y que si alguna vez necesitas de mi ayuda, cuentes con mi apoyo. Aún no me iré, pero he pasado mucho tiempo aquí y es posible que el rumor se haya esparcido, así que en cualquier momento sólo tendré que tomar mis maletas y huir.
Gracias por este maravilloso tiempo, me hubiera gustado conocerte más y pasar más tiempo contigo, porque te juro que aunque en algún momento te vi como cosa de una sola noche, luego quise que esa noche nunca acabara.
En fin... Diría que iré a visitarte, pero creo que esa no sería buena idea. Si quieres contactarme por alguna razón entonces sabes en dónde encontrarme, de lo contrario dile a Iva que te pase mi número de teléfono (el real, porque el que tienes es uno temporal). Me gustaría verte una última vez.
Gracias por todo, ha sido un largo tiempo desde que me sentía verdaderamente vivo.
-S.M"
No puedo creer lo que acabo de ver, releo y releo nuevamente fragmentos de aquella carta. Esto es como una película... No... Como una telenovela de esas que le gustaban a mi abuela.
No sé cómo debería reaccionar ante todo esto, por una parte me siento enojada y por otra aliviada de que me haya hablado. Maldita sea, ¿por qué todo debe ser tan complejo?
Si en algo estamos de acuerdo es en que deberíamos vernos así sea una última vez, si me va a decir cosas como que le cambié la vida o algo así, necesito escucharlo.
Aunque tal vez esto sea únicamente una aventura de verano y estoy dejando que me afecte más de lo que debería. Niego con la cabeza, guardo la carta en el cajón de mi mesa de noche y trato de no pensar más en esto.
Hago un ejercicio de respiración y me dirijo hacia la ventana con mucho cuidado, escucho que mis vecinos discuten por alguna razón y escucho una lejana melodía de una guitarra. Abro la ventana y siento la brisa que me refresca, suspiro y cierro los ojos, sintiendo cómo el aire entra a mis pulmones y me hace sentir menos encerrada.
¿Cuál es el punto de todo esto? No tiene sentido que esto sea un bucle repetitivo en el que encuentras a alguien, terminan, vuelven y el ciclo inicia nuevamente.
Tengo muchas dudas y pocas respuestas, así que decido llamar a Iva. Para mi mala suerte, no contesta, así que le dejo un mensaje.
Camino alrededor de mi pequeña habitación y sigo haciendo los ejercicios de respiración que mi médico me enseñó. Me entran unas ganas terribles de vomitar y me veo obligada a correr al baño para sentirme un poco mejor.
¿Qué me está pasando? Me estoy dejando consumir por todo esto que he olvidado vivir. Ni siquiera convivo con las personas a mi alrededor, soy como un zombie o un robot que ignora todo a su alrededor hasta que termina su trabajo, pero la verdad es que no me puedo dar el lujo de dejar de trabajar: No nací en una familia rica, no tengo a nadie que me ayude económicamente, debo responder por mí y por Sofía. Este trabajo es lo que paga nuestra comida, no puedo ser desagradecida, pero tampoco tiene sentido que pase toda mi vida trabajando cuando hay días en los que ni siquiera puedo levantarme.
Debo darme un respiro. Debo dejar el puesto en la cafetería.