CAPÍTULO 2

19 2 0
                                    

Las 14:10 y por fin llego a casa. Lo primero que hago es ir a calentar la comida, aunque viendo lo que es prefiero tirarla por el retrete, aunque no lo hago ya que me muero de hambre y no hay nada más para comer asique me sirvo un poco y caliento las lentejas.

A las 15:30 se oye la puerta principal abrirse y sé con seguridad que es mi madre, la recibo con un beso en la mejilla y ella hace lo mismo conmigo; cuando me dispongo a ir a mi cuarto me para - ha llamado tu profesora de biología, ¿Cómo es eso de que has llegado tarde? - pregunta con notable enfado en la voz, cuando me giro tiene los brazos cruzados sobre su pecho y las piernas y espalda totalmente rectas.

-Solo han sido cinco minutos - replico - además ni si quiera había empezado la clase - añado para intentar defenderme, lo que no sirve de nada ya que mi madre me mira aún más enfadada.

-Ni cinco, ni un minuto tarde tenías que haber llegado, y que esté empezada o no la clase no es excusa Elena - se cruza de brazos - ah y me ha dicho que el lunes tenéis examen asique ni se te ocurra pensar que vas a salir hoy, ni mañana, ni pasado; vas estudiar todo el fin de semana - sentencia con seguridad.

- Pero mamá...- me corta.

- Ni peros, ni peras, ¿prefieres estar castigada todo el mes? - pregunta con seguridad. Me muerdo la lengua un segundo para no decir algo de lo que me arrepienta.

- No - alargo.

- Bien. Busca a tu hermano y dile que quiero hablar con él. Yrecoge tu cuarto está hecho un desastre- ordena.

- Vale - digo contralondome.

Me dirijo al cuarto de mi hermano que está en frente del mío, pero antes de abrir la puerta voy a por una botella de agua fría y le despierto echándosela en la cara, sabía que estaría dormido porque siempre es así, se va de fiesta, vuelve a las siete de la mañana y duerme todo el día, hasta que le despiertan o se despierta para volver a irse de aquí.

-Tú eres gilipollas o se te ha caído un pino encima - dice enfadado levantándose de la cama. Is presentó a mi querido hermano, Liam, mide 1,80 más o menos, es moreno, ojos castaños claro, está en forma, va tres veces a la semana al gimnasio y es idiota.

- No, yo soy Lena, tu hermana, y mamá dice que quiere hablar contigo sobre algo importante, la has cagado hermanito - le digo con una sonrisa burlona.

- Vale, ahora voy - dice mientras se quita los pantalones del pijama para ponerse ropa de calle - ah, y de esta no te libras mocosa - dice mientras me echa de su apestosa habitación.

Me dirijo a mi cuarto para hacer la cama, ya que por la mañana me da mucha pereza hacerla, recojo un poco lo que hay por el suelo y me dispongo a echarme una siesta. A las siete de la tarde me despierto por culpa de los gritos de mi madre llamándome.

- ¡LENA! - grita como la loca que es.

- ¿QUÉ? - grito yo imitándola, mientras me dirijo al salón.

-Vamos a salir tu padre y yo, tienes la cena en la nevera, no salgas te estaré vigilando y cuando volvamos más vale que estés dormida- ordena.

- Si, mamá- digo estirandome.

Una vez que ya se han ido y mi hermano se va al gimnasio decido llamar a Laura y Sara para que vengan a casa ya que mi madre me ha dicho que no puedo salir, pero no que alguien no pueda venir a casa. Después de 15 minutos Laura, rubia con ojos grises, alta y con buena proporción de cuerpo aparece en la puerta de mi casa acompañada de una Sara pelinegra, con ojos azules claros, un poco más alta que yo y con proporciones normales de una chica de 15 años.

- ¡Hola fea! - saluda Sara.

- ¡Hola zorra! - le respondo yo - claro Laura sírvete - digo con ironía a la rubia ya que ha pasado, sin saludar, directamente a la nevera a coger uno de los yogures con frutas del bosque preferido de mi hermano, que, por cierto, era el último, que pena.

~SIMPLEMENTE TÚ~  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora