Una mirada al pasado (prt. 1)

282 20 3
                                    

Un joven pálido se encontraba en su pequeña habitación alistando su mochila para el gran campamento al que estaría a punto de ir.

Metía apresuradamente un repelente para mosquitos, medicina para el mareo, vendas, curitas, antibióticos, entre otras cosas que el muchacho de dieciséis años creía que podría utilizar, nunca se sabía qué pasaría si Namjoon era parte del viaje.

― ¡Yoongi ya es hora! ― gritó una mujer desde el piso de abajo.

― ¡Ya voy mamá! ― contestó el chico cerrando la mochila y metiendo unos audífonos en el bolsillo de su sudadera.

El chico bajaba corriendo las escaleras con mochila al hombro.

― Desayuna rápido que se hace tarde ― pidió la mujer sirviéndole un plato con unos huevos estrellados junto a una taza de café.

― ¿Enserio tengo que ir? ― Se quejó el chico mientras ponía una cucharada de azúcar a su café.

― Sí, ya lo pagamos así que tienes que ir ― contestó la madre autoritariamente mientras cortaba una manzana y recibía una mueca del pelinegro.

― ¿Ya tienes hambre? ― habló un joven de apariencia mayor hacia un pequeño niño que llevaba de la mano.

El pequeño asintió enérgicamente mientras extendía las manos para ser cargado.

― Ven acá ― diciendo esto el muchacho tomó al niño para subirlo a la periquera de madera cerca de la mesa ― ¿A qué hora te vas a ir Yoongi?

― Solo estoy esperando a que venga Namjoon ― contestó el pelinegro mientras le daba un sorbo a su café.

― ¿Yoongi hyung se va a ir? ― cuestionó el pequeño mientras la mujer se acercaba con un poco de fruta picada en diminutos cubos.

― Solo son tres días ― el pálido respondió observando al infante.

― No quiero ― reprochó el niño haciendo un puchero ― quiero jugar con hyung.

― Tranquilo cariño, tu hermano regresará antes de lo que crees ― tranquilizó la madre dedicando una dulce sonrisa al pequeño.

― Yo puedo jugar contigo, me voy a quedar una semana más ― aseguró el joven mayor mientras se servía una taza de café.

― ¿No te ibas a ir mañana? ― preguntó la madre.

― Mi jefe dijo que podía quedarme más tiempo, sirve que les ayudo con este niño mientras Yoongi no está ― reveló el joven mientras acariciaba los cabellos negros del pequeño.

― Eso sería de mucha ayuda, el restaurante ha estado a reventar, tu padre y yo no nos damos a basto.

En ese instante el timbre de la puerta sonó e instantáneamente el mayor fue a atender el llamado.

Al abrir la puerta se encontró con un chico de castaña cabellera y torpe apariencia

― ¡Hola Nam! ― saludó el joven alegremente.

― ¡Hyung!... Ho-hola ― saludó el muchacho con evidente nerviosismo y titubeo ― no sabía que había regresado ― habló el chico en un tono bajo mientras miraba al piso.

― Sí regresé hace tres días, pero pasa, Yoongi apenas está desayunando ― indicó haciéndose a un lado para que pasara.

El joven agradeció con una ligera reverencia para entrar a la casa quitándose los zapatos.

― Yoongi, Namjoon ya llegó ― anunció el joven mientras era acompañado por el moreno.

― Buenos días señora Min ― saludó el joven respetuosamente.

¡Muy ruidoso! [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora