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Los dos chicos salían de la facultad de danza mientras Hoseok se despedía de todos los que se encontraba alegremente.

― Eres muy popular Hoseok ― evidenció el joven de nívea tez.

― Jaja claro que no hyung ― el alegre joven le dedicó una tímida sonrisa.

Al ir caminando por los jardines de la universidad hacia el aparcamiento, el cielo comenzó a tornarse gris, amenazando con soltar gruesas gotas de agua sobre la ajetreada ciudad.

― ¡Vamos hyung! ― Hoseok tomó la mano del mayor y comenzó a apresurar el paso ― si no nos apuramos comenzará a llover.

― ¡Tranquilo niño! tengo piernas cortas ― se quejó Yoongi siendo arrastrado.

El más alto soltó una discreta risa al escuchar las réplicas del mayor ― Hyung gruñón ― pensó disimulando la boba sonrisa que había formado en su rostro.

Al llegar al estacionamiento se dirigieron a la bicicleta para proseguir su viaje, después de aquella primera vez en la que el menor le había ofrecido llevarlo al hospital, Yoongi siempre podía contar con el alegre joven si se le hacía tarde o Namjoon se negaba a llevarlo a algún lado.

― Hyung, ya le dije que se agarre fuerte, siempre lo tengo que obligar ― el bailarín dirigió la manos del mayor hacia su cintura, haciendo que el mencionado se sintiera nervioso.

― Cállate, ya te dije que no me gusta ― renegó quitando las manos de sus costados

― Si quiere que lo lleve, tendrá que respetar mis reglas.

Y el malhumorado joven tuvo que aceptar el contacto con el menor el cual sonreía victorioso.

― Algún día aprenderé a manejar ― murmuró el mayor.

― ¿qué dijo hyung?

― ¡Na-nada!

― Es tan tierno ― se dijo Hoseok a sí mismo al ver el leve tono rosado de las mejillas del mayor.

Sin decir más el viaje inició, un extraño silencio abundaba el ambiente, el viento frío se comenzaba a sentir, el cual pegaba en la cara de los dos chicos, surtiendo más efecto en el friolento pálido que en aquella ocasión no llevaba un suéter, a diferencia de Hoseok el cual llevaba una enorme sudadera color verde chillante, que a pesar de que estuviera bailando y sudando no se la había quitado desde que Yoongi lo vio por la mañana en la cafetería.

Y como Hoseok lo había predicho, gotas comenzaron a caer del cielo, al principio no era nada que no pudieran soportar pero al pasar los minutos estas se volvían cada vez más gruesas y el pavimento se comenzaba a encharcar.

― Mierda tenemos que llegar rápido a casa ― maldijo el pálido mientras entrecerraba los ojos al contacto de la lluvia.

Al escuchar estas palabras el más joven intensificó sus pedaleadas, esquivando los coches y todo aquello que alargara su estadía bajo la lluvia.

Yoongi al sentir el repentino acelere se enganchó con más fuerza al torso del menor, sacándole una extraña mueca de dolor, el cual la reprimió, haciéndola imperceptible para el pálido.

― Hyung no se preocupe, pronto llegaremos.

Y en unos pocos minutos los chicos ya estaban corriendo hacia el edificio después de asegurar la bicicleta, Yoongi le había casi ordenado al bailarín que se quedará hasta que la lluvia pasara.

― Hoseok vamos arriba ― indicó el pálido accionando el botón del elevador ― perdón por hacer que me trajeras, ahora estás empapado ― se disculpó el mayor desviando la mirada hacia los botones del elevador para indicar el piso al que irían.

¡Muy ruidoso! [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora