C U A T R O

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Te llamé, te llamé y te llamé.

Te esperé, te esperé y te esperé.

Estaba tan preocupada que hice la cosa más estúpida que se me ocurrió, fui al hospital a buscar a tu padre.
Sé que no tenía el derecho de hacerlo pero tenía más de dos semanas sin saber nada sobre ti, la desesperacion me estaba enloqueciendo.

El buen doctor Cullen.
Me pidieron que esperará, me senté y durante unos diez minutos estuve observando el color blanco de las paredes, debatiéndome si fue una buena idea venir, probablemente no, pero ya estaba ahí.

Tu padre salió por la puerta de emergencias, cabello rubio, bata blanca y los mismos ojos que tú, era innegable que son familia, solo que su cara parece más amable, más redonda, como si fuera pediatra.

Di un salto de mi silla y caminé hacia él.
—Buenos días, sé que no me conoce pero soy amiga de su hijo, Edward.
Y me preguntaba si ¿él se  encuentra enfermo o algo así?
Ya que lleva dos semanas sin asistir a la escuela y no contesta su celular.— traté de ser clara y rápida, tu padre parecía realmente  agotado.

Su boca se contrajo en una ligera mueca y me dijo lo único que no esperaba escuchar.

— Me temo que mi hijo no está enfermero, pero no va a volver.
Él se fuera vivir con sus hermanas.
No sé si puedas comunicarte con él, su teléfono se quebró y todavía no compra uno nuevo, pero no dudes de que le diré que lo buscaste.— la sonrisa de tu padre no podría convencer ni al más crédulo, pero asentí con la cabeza y le pedí que te dijera que me llamarás.

Salí del hospital con el corazón hecho trizas, ni siquiera te despediste de mí, simplemente te fuiste, incluso si era una mudanza, que la verdad me parece improbable.
¿Te irías sin despedirte?
Ya estábamos mejorando, escondías tu auto en el bosque cuando dormías en mi casa para ir juntos en el a la escuela por la mañana.
Me pasabas el brazo por los hombros, incluso me comprabas el almuerzo, siempre te quejabas de lo mal que cocinan en la escuela así que terminaba comiéndolo todo yo, pero te preocupabas por mi.

Salíamos a pasear por la ciudad, jugábamos en la nieve.

¿De verdad me dejarías sin siquiera despedirte?

𝙂 𝙊 𝙇 𝘿 𝙀 𝙉     𝙀 𝙔 𝙀 𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora