.Nota 1: Nuevamente muchas gracias señorita Mile_Faraday por corregir este capítulo.
Nota 2: Por temas personales he tenido que borrar la historieta anterior, los siento. Sin embargo, sus comentarios, sus bellos comentarios los aprecio mucho babys <3 no saben lo feliz que ustedes me hacen :""3
Nota 3: Recomiendo un poco de prudencia con este capítulo y escuchen la canción, fue elegida especialmente para el personaje de este capítulo.
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Tic-Tac, era un ruido métrico que decían los crueles engranajes. Tic-Tac.
Algo viscoso y húmedo descendía desde su camisa blanca. En sus pálidos y delgados brazos, se deslizó aquel espeso rojizo intenso que llegaba hasta la punta de sus heridos dedos. Las gotas de sangre continuaron formando pétalos de camelias encima de la superficie pulcra. Continuaron descendiendo ante la mirada de sus ojos verdosos.
¿Cuándo?
Afuera de la pequeña habitación, el señor Smith conversaba con el hombre de traje blanco. El señor Smith mordía su labio, sus manos sudaban y de vez en cuando se movilizaba de un lado a otro; parecía un perro desamparado y confundido. Y el minutero continuaba circulando sin piedad.
Palabras que al azar revoloteaban como monótonos ecos que golpeaban las blancas paredes del cuarto, los pasillos encuadrados de loza y bancas alargadas. Todo era un blanco asquerosamente tranquilo.
Sangre, ambulancia, emergencia, intento de suicidio.
Ella miró sin interés el escarlata que se derramaba; por algún motivo le intrigaba más entender por qué su puño sostenía aquella cinta blanca.
¿Cuándo mi voz dejó de ser la luz que te llevaba a casa?
El océano verdoso de su mirada se encontraba fija detrás de la ventana superior de la puerta, ahí las personas corrían o estaban sentadas en largos bancos pegados a la pared del hospital. El señor Smith ocultaba su rostro con sus manos; amargas lágrimas se derramaban de sus orbes café y el hombre de la bata intentaba tranquilizarlo con sabias palabras.
¿Cuándo un beso en la frente dejó de sanar tus pequeñas heridas?
—Mamá.
El goteo se detuvo, pues alguien había tocado su hombro.
Alzó la mirada encontrándose con un rostro bello y jovial. Era un muchacho de veinte años, ojos de un misterioso verde pétreo y despeinados cabellos rojizos. Tan hermoso como el carmín que seguía derramándose en el piso. Sin embargo, ante los ojos de Aila, no observaba a un joven adulto, sino al niño de diez años que la llamó desde el teléfono de la vecina Carriedo, debido a que Hervé se fue de sus vidas, para siempre.
—Allistor. —Con suave dulzura, ella lo llamó. Como si hubiera estado hundida en una horrible oscuridad y su única luz fuera la voz de su hijo. Acarició su mejilla, la cual sintió helada. Allistor agachó la cabeza, aceptando la caricia a pesar de que la mano de su madre lo ensuciaba con sangre—. Allistor...
La mujer apretó sus labios y miró el piso, suspirando.
El goteo había vuelto.
Un goteo que escuchó hace pocas horas atrás.

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Bupropión (CANCELADO)
FanfictionNo hay nada. Solo la infinita oscuridad y una pistola contra su cabeza. Él mismo se la apunta y jala el gatillo. Disparó. Pero solo es un sueño.