2

516 29 0
                                    

Tenía la vista del cielo nocturno y estrellado. Shawn estaba a mi izquierda y los dos yacíamos recostados en el césped junto a la fuente. Mi cabeza yacía recargada en su pecho, mis manos brindaban caricias en él y, en ocasiones, mis dedos iban a los rulos de su cabello y también los acariciaba. Sus grandes manos otorgaban caricias a mi cabello y a mi espalda; y por algún instante creí que caería dormida.

—¿Cuándo te vas, Shawn? —inquirí con un hilo de voz.

Shawn soltó un suspiro y dos segundos después me respondió con cierta tristeza.

—En tres días.

—¿Qué? ¿Tres días? —repetí y me senté de golpe en el césped.

—Sí, Harley, yo... —imitó mi acción y sus palabras fueron interrumpidas por mí.

—Sólo dime una cosa, ¿desde cuándo lo sabías?

—Harley...

—Dime la verdad. Por favor, Shawnie.

—Desde hace un mes.

En ese momento mi corazón se rompió. Quería estrangularlo. ¿Un mes? ¿Por qué Aaliyah, su hermana, o Karen, su madre, no me habrán dicho nada?

—Dime que estás bromeando, Shawn.

—Quisiera hacerlo, creéme.

—Es que... un mes ¿en serio? ¿Y apenas me lo dices? ¿Tienes idea de cómo me siento ahora?

—Yo lo sé, pero no sabía cómo decírtelo. Temía a cómo fueses a reaccionar.

—¿No sabías cómo decírmelo? ¿Cómo fuese a reaccionar? ¿Cómo es posible que me mientas de esa manera?

—No te estoy mintiendo, cariño.

—Me ocultaste algo como eso.

—Creí que estaba protegiéndote.

—Creíste mal —lo corregí y sentí cómo poco a poco comenzaba a alterarme—. ¿Cómo pensabas que reaccionaría cuando te fueras? ¿Cómo creíste que reaccionaría cuando de repente me dijeras adiós? ¿Cómo creíste que me sentiría cuando te viese en el aeropuerto yéndote?

—Estás en tu derecho de molestarte, no lo discuto. Sé que hice mal al ocultarte algo así, pero no quiere decir que el nosotros haya terminado.

Me puse de pie mirando a todos lados, sin embargo no quería tener que verlo a él. La verdad era que quería estar más tiempo con Shawn. Yo por quedar en la misma universidad prestigiosa que él, pensé que sería una idea maravillosa. Me parecía emocionante saber que estaríamos juntos y que hubiésemos pasado más tiempo el uno con el otro; no obstante no fue así, no obtuve el resultado que yo esperaba. Las cosas que nosotros queremos no siempre salen a la manera que nos gustaría y es porque todo ya está escrito. No podemos forzar a que nuestros deseos se cumplan cuando no hay posibilidades. Sólo por eso, y por pensar en la felicidad y progreso de mi novio -porque se iría a estudiar y vería a su familia y amigos otra vez-, le dejaría ir. Si lo amaba tenía que hacerlo.

—No dejemos que esto muera, Harley —pidió y se puso de pie, también.

Sus manos tomaron las mías, entrelazó nuestros dedos y sus pulgares acariciaron mis nudillos, luego los llevó a sus labios para dejar un beso en ellos. Tres días. Tenía solamente 72 horas con él y no las iba a desaprovechar. Nuestras miradas se conectaron, sus ojos avellanas volvieron a tener ese brillo que tanto le caracterizaba y me sonrió hermosamente mostrándome su perfecta dentadura blanca y alineada. Un mechón de cabello se coló en mi frente, lo tomó en sus dedos y lo llevó detrás de mi oreja atorándolo ahí. Sus manos fueron a mi cintura y me acercó más a él. Mis brazos rodearon su cuello, sentí cómo poco a poco Shawn cortaba los centímetros que nos separaban, su respiración y la mía se hicieron una mezcla y nuestras narices se rozaron al mismo tiempo que nuestras frentes se juntaron.

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora