17 (Maratón 3/3)

294 28 11
                                    

¿Qué demonios le hice a Connor? ¿Qué hice para que dejara de hablarme? No le he dicho o hecho nada que pudiese herirlo, ¿pero por qué me importaba tanto el que no me hablara? Recapitulé. Lo último que aconteció entre él y yo fue aquella noche en la fiesta de su prima: cuando sus labios tocaron los míos y tomaron posesión de ellos. Después de ese mimo, ya no lo vi el resto de esa noche.

Desde ese momento él no me trataba igual que antes. Nos hemos topado frente a frente en la escuela y Connor no ha querido cruzar palabra alguna conmigo. Mentiría si dijera que no me duele. ¿Por qué me angustia tanto? Connor sólo es mi amigo.

Admití el hecho de que sí me dolía que el chico de los ojos verdes había tomado su distancia conmigo, como había dicho antes, desconocía la razón de ello. Quería hablarle, hace dos semanas que no lo hacíamos. Parecía que de la noche a la mañana habíamos dejado de ser amigos y habíamos pasado a ser unos totales desconocidos.

Miraba a Connor en el campo de entrenamiento de fútbol grabando como habitualmente lo hacía. Suspiré, saqué mi cuaderno de dibujo, mi lápiz y mi esfumino y, sentándome en una jardinera y teniendo a Connor a cinco metros de distancia, le observé y analicé cada rasgo de su perfecto perfil, y empecé a dibujar líneas que formaban su marcado mentón. Iba despacio, dibujaba lentamente y con paciencia para que me saliera bien; sin embargo, él, en algún momento sintió mi mirada, volteó. Oh no. Bajé mi mirada rápidamente con las mejillas a tono carmín, cerré mi libreta de golpe y guardé mi lápiz a la velocidad de la luz. Sí, algo que también me gustaba hacer era dibujar, pero ya no en estos momentos que me descubrió.

Sentía su mirada, yo no quería voltear. Cuando dejé de sentir ésta, volví a mirar adonde estaba él. Pero se había ido. Bufé. Su indiferencia comenzaba a hartarme y a la vez a herirme.

Me puse de pie y fui a buscarle, cuando lo encontré me llevé la sorpresa de que ahí estaba la chica con la que ha estado estos últimos días. Así no podía acercarme. En ese momento mi celular vibró en un mensaje, lo saqué y lo leí.

"¿Tienes algo por hacer hoy?"

Era Shawn.

(...)

Mis clases habían terminando. Dylan y yo caminábamos a la salida mientras platicábamos de lo que sea, al llegar a la salida miré hacia adelante y mis ojos se conectaron con unos avellana. ¿Qué demonios hacía Shawn aquí?

—Dylan, hay que irnos rápido.

—¿Por qué?

—Por favor, yo sé lo que te digo.

Luego él miró hacia adelante, Shawn estaba recargado en su auto con los brazos cruzados sin quitarme la mirada de encima. Dicha mirada era entre dulce y profunda, seria y tierna.

—Oh vamos, sólo porque Shawn está ahí...

—Dylan, tú conoces la situación entre Shawn y yo.

—Oh, viene hacia acá.

—¿Qué? —inquirí algo exaltada.

—Dile a Connor que lo espero en la casa.

Mi amigo empezó a andar más rápido, lo seguí y, al alcanzarlo, tomé su mano.

—Hey, Dylan, espera.

—Adiós.

Renegué en voz alta, giré a la izquierda y de repente Shawn estaba frente a mí. Y alcé mi mirada para conectarme con sus ojos otra vez. La diferencia de estatura no ayudaba mucho: yo no era ni muy alta ni muy bajita, era de estatura promedio. Pero él era enorme.

—Hola Harley.

—¿Qué haces aquí, Shawn? —pregunté borde.

—¿Cómo sigue tu muñeca?

Mi atención fue, por un segundo, al área mencionada y después regresó a él.

—Está mejorando mucho.

—Excelente...

—¿Por qué viniste, Shawn?

—No voy a andar con rodeos, vine por ti Harley. ¿Tú... quisieras salir conmigo?

—Estarás loco si crees que voy a decirte que sí.

—Por favor.

Negué con la cabeza repetida veces, caminé unos pasos y su voz me detuvo.

—Dijiste que en realidad me amabas y que nunca me harías a un lado, sin importar qué. ¿Fueron solamente palabras vacías? ¿O fueron palabras sinceras?

Como le estaba dando la espalda, volví a girarme. Lo que él había dicho llegó a mi corazón. Esa había sido mi promesa y prácticamente yo la estaba incumpliendo. Su mano acarició los mechones de cabello que caían en mi hombro izquierdo provocando que mi corazón se acelerara un poco.

—Ven conmigo.

—No —dije insegura, denotando inseguridad y temor en mi voz.

—¿Qué tengo que hacer para que me perdones?

—No sé si ya te había dicho esto antes: ya te perdoné Shawn. Desde hace mucho lo hice y fue precisamente por ese amor que te tenía.

—¿Y eso significa que no vas a regresar a mí? —ladeé la cabeza en señal de que prosiguiera—. Yo te extraño, nada es lo mismo si no estás tú y todo significa nada. Sin embargo, ya no estoy dispuesto a seguir soportando que estemos alejados el uno del otro; sí, fui un idiota y por eso estoy tratando de enmendar mi error. Por favor vuelve a mí.

—Nunca antes había sentido una disculpa tan sincera como la tuya, la acepto. No obstante, no podemos regresar.

—Por favor Harley, déjame intentarlo.

—Shawn...

—Dame otra oportunidad, sólo una. Y te demostraré que siempre has sido la única, que eres solamente tú y que no hay nadie más.

Miré discretamente hacia atrás: Connor aún estaba ahí; pero, una vez más, no estaba solo, lo acompañaba ella haciendo pedazos mi corazón, nuevamente. Mi alma se sintió desvanecida. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Que acaso mis sentimientos cambiaron? No, no quería que fuese así.

—Es...está bien, Shawn, pero sólo una.

—No la desaprovecharé —me sonrió envolviéndome en un abrazo sorpresa—. Ven conmigo.

—¿A dónde?

—No voy a desperdiciar ningún segundo para recuperarte; así que vamos, voy a invitarte a comer.

Tomé su mano y dejé que me llevara. Sin embargo, no podía dejar de mirar discretamente a Connor, hasta que entré al auto de Shawn. Unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de mí: yo quería ser esa chica, quería ser quién estuviera con Connor en ese momento, no ella.

Yo de verdad deseaba que Connor me mirara como la estaba mirando a ella; pero heme aquí, estoy en el auto de mi ex novio dándole otra oportunidad. No obstante, tenía que aceptar que quería estar con otra persona. Tenía que afrontar la cruda realidad de que esa persona ni siquiera quería acercarse mí. Lo que me dolía era que nunca supe, probablemente nunca sabré, si él quería estar conmigo también. Y tenía que aceptar, sí, tenía que aceptar aquello, así como también debía aceptar que mi corazón ya tenía dueño. Y ese dueño era él.

Acepté la verdad: me había enamorado de Connor.
—————————————————————————————
Sígueme en mi Instagram y Twitter: sammtzd
Gracias por leer, los quiero ❤️✌🏻

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora