12

346 23 2
                                    

Días después, seis con exactitud, ya era viernes. En la semana me senté a desayunar con Dylan (como era habitual), pero a un lado de su hermano. Con Connor salí otra vez el martes al terminar clases, fuimos a una cafetería, y ayer jueves también. Gracias a las citas nos hemos ido conociendo, él es un buen muchacho y un gran amigo.

Dylan y yo fuimos hacia las canchas deportivas de la escuela, teníamos libre y nos gustaba ir para allá. Al llegar nos sentamos en las gradas, los chicos del equipo de fútbol estaban practicando otra vez y pude notar ahí a Sam, Sebastian y a Connor. Emma, Daisy y las demás animadoras practicaban su porra. A diez minutos que se terminara nuestra hora libre, Dylan y yo nos pusimos de pie para ir a la cafetería a comprar una botella de agua y, cuando íbamos a dejar el campo, escuché mi nombre salir de los labios de alguien. Me giré y observé a Connor caminando hacia acá.

—Yo me adelanto, ¿te veo en el salón?

—Ah... sí, seguro —le di mi dinero para que me comprara una botella de agua y se fue.

El mayor de los Brashier estaba frente a mí, le sonreí y él lo hizo de vuelta.

—¿Qué ocurre, Connor?

—¿Sí irás mañana a la fiesta de mi prima?

—Claro que sí, no me lo podría perder.

—Perfecto. Ten esto —me entregó un cartoncillo, era una invitación—, ahí está la dirección y algunas indicaciones para llegar.

—Gracias —volví a sonreír.

—No, gracias a ti, también por haber salido conmigo el martes y el jueves.

—Ni lo menciones, me he divertido mucho contigo. Gracias por ello.

—¿Volverías a salir conmigo? Quiero decir, el miércoles de la próxima semana. ¿Y hacer como, no sé, una especie de tradición?

—Me parece maravilloso, considéralo un hecho.

—Excelente, gracias.

Le guiñé el ojo.

—Bueno, tengo clase, nos vemos, Cooper.

—Adiós, Hailey.

Con una sonrisa pintada en los labios y abrazando, fui hacia el aula donde sería mi próxima clase.

(...)

Al día siguiente, por la tarde, exactamente a las 16:30, después de terminar mi última tarea de investigación, estaba frente a mi armario escogiendo mis prendas para la fiesta de esta noche. No tenía idea de qué ponerme. Corrí los ganchos de ropa una y otra vez yéndome hasta el fondo, ¡genial! ¡Ya lo encontré! Coloqué las prendas en mi cama -asimismo la caja de zapatos-, agarré mi toalla y me metí al baño. Me quise demorar, no tenía prisa; además el agua me ayudaba a pensar y a aclarar mis ideas.

¿Por qué Shawn seguía en mi cabeza si había cerrado ciclos con él? Sus mensajes seguían llegándome, yo los seguía ignorando; no obstante, no podía evitar tener un mal presentimiento acerca de él.

Luego estaba mi papá, yo lo quería mucho; sin embargo, el hecho de que él viviese en Londres me rompía, estaba muy lejos de mí y no lo veía desde que mamá y él se divorciaron, salvo si era Navidad o vacaciones de Semana Santa. Lo extrañaba tanto como a los momentos que pasábamos juntos en familia, como aquella vez que fuimos a los parques de Orlando, Florida.

Por otro lado estaba el hermano de mi amigo: Connor, ¿por qué razón no dejaba de pensar en él? Seré honesta, no me gusta, es muy atractivo, sí; pero lo veo como a un hermano y de la misma forma veía a Dylan. Sí, he salido con él y la he pasado muy bien, me divierto mucho y me siento muy cómoda cuando estoy con el chico que ama las cámaras; pero no, aparte no quería dar espacio a un sentimiento más fuerte al amor que hay en una amistad. No me sentía lista. Además, Connor, en nuestra primera salida, dijo que le gustaba una chica. Así que no.

Cerré el grifo de agua, me envolví en mi toalla de baño y cepillé mis dientes. Salí del baño, coloqué crema en todo mi cuerpo y miré mi ropa. Espero no equivocarme con mi outfit: una blusa dorada con lentejuelas, unos skinny jeans negros a juego con unos aretes en forma de rombo; un brazalete del mismo color con toques y detalles dorados y un par de zapatillas que combinaban a la perfección con mi blusa.

Tomé las pinzas y comencé a rizar mi cabello. La verdad es que nunca me había esmerado tanto en una vestimenta y en un peinado como ahora. ¿Será porque he cambiado? ¿O porque Connor estaría en esa fiesta? Oh vamos, claro que no, ¿arreglarme por él?

—Qué tontería —me reí mirándome al espejo. Escuché el maullido de mi gato, el cual se subió a mi tocador—. Sí, es una tontería, ¿verdad? ¿Verdad, corazón? —hablé con voz delgada y tierna y le di un besito.

Agarré mi maquillaje: coloqué en mis ojos sombra café no muy obscura dando toques ahumados, un delineado muy delgado con un toque de dorado en cada lagrimal y pinté mis labios de color nude. Me miré en el espejo, estaba lista. Inhalé, exhalé y bajé las escaleras.

—¿Mamá?—la llamé al verla sentada en el sofá y, cuando me miró, suspiró denotando sorpresa.

—Mírate. Te ves hermosa, mi amor.

—Gracias, madre —le regalé una sonrisa.

—Más tarde me dirás quién es ese tal Connor que tanto te hace andar en las nubes.

—¿Qué? Mamá, Connor no me gusta. Sólo es mi amigo.

—Has salido con él.

—Pero no quiere decir que ande en las nubes por él —me miró con un poco de recelo, como si no me creyera, ¿por qué si le decía la verdad?

—Te invitó a su fiesta.

—La fiesta de su prima. Y no fue él, fue su hermano. No le hablaba a Connor en ese momento. Y no, tampoco le gusto a su hermano y él no me gusta a mí.

—Vamos, hasta él es un buen chico, ¿cómo se llamaba? ¿Daniel? ¿Dylan? ¿Era Dylan su nombre?

—Sí mamá, se llama Dylan —reí bajo—. Sí es un buen chico, pero no lo veo con la intención de querer algo más que una amistad. Sólo somos amigos, también. Y, bueno, yo no busco un novio, no por ahora; aún no supero lo de Shawn, así que... sí, aún no es tiempo —mencionarlo, aunque sea su nombre, me ponía mal.

—Mi amor...

Bajé la cabeza, luego la miré con ojos llorosos y hablé para deshacer la tensión.

—Está bien, mamá. ¿Ya... podemos irnos?

—Sí, corazón.

Subimos al auto, ella condujo hacia la casa de Sam, donde sería la fiesta, y, al llegar, estacionó afuera de ella.

—De acuerdo, mi amor, mándame mensaje o llámame cuando quieras que venga por ti.

—¿Me das hora límite?

—Son las 20:00, sólo no te excedas mucho; quiero decir, que no te esperes hasta que sea la 1:00 o 1:30.

—De acuerdo mamá.

—Y... luego invitas a Dylan y Connor a comer a casa.

—Mamá —alargué sintiendo las mejillas arder—. Está bien, les comentaré. Te amo, adiós.

—Adiós.

Salí del auto, mamá dio marcha a este y se fue. Me quedé a media calle, las luces de otro vehículo me hicieron reaccionar y me moví. Miré la gran casa, wow, acogedor. En realidad, una cuadra atrás podía escucharse la fuerte música, mis oídos reventarían.

Caminé hacia la puerta, antes de entrar vi a varios chicos y chicas en el jardín de la cochera gritando y bailando. Hm, no soy mucho de estos ambientes, mi ex novio sí era un poco, o a veces muy fiestero; pero nunca me acostumbré. La verdad es que a mí me gustaba bailar, aunque a él no, me divertía siempre en las fiestas a las que me invitaba. Porque sino bailaba con él, lo hacía con sus amigos sin que hubiera problemas; sólo en una o dos ocasiones Shawn sí se peleó con un tipo desconocido que quiso pasarse de listo conmigo.

Sacudí mi mente para alejar esos recuerdos y me metí a aquella casa.
—————————————
Sígueme en Instagram y Twitter: sammtzd
Muchas gracias por leer ✌🏻

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora