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Salí del salón y volví a estar sola: Dylan se había alejado de mí, yo de Connor, y Shawn de mí; pero porque él tuvo que regresar a Pickering después de que salió del hospital. Afortunadamente todo había salido bien con él. Sam y Sebastian eran los únicos a los que aún les hablaba y me hablaban de vuelta.

Hoy era Halloween y todos los alumnos habíamos tenido la oportunidad de venir disfrazados. Yo no lo hice, sólo delineé mis ojos con negro y pinté unas cuantas cortadas en mis mejillas y en mi frente.

—Hey, Harley —escuché a Sam hablarme.

—Hola Sam —saludé después de que di una media vuelta en mi lugar.

—¿Sí vendrás a la fiesta de Halloween que planeamos desde hace tiempo?

—Hm... no creo.

—¿Por qué no? Va a estar increíble; además muchas de las ideas que pusimos son gracias a ti, tienes que venir sí o sí.

—No es lo mejor, Connor y yo hemos tenido muchas diferencias.

—Pero... simplemente no le hables.

Pensé mucho, y rápido, en tan pocos segundos. Vaya magia que Sam tenía para convencerme.

—Está bien.

(...)

Cuando llegué a la casa de Sam andé por el camino de calabazas que fueron colocadas en su cochera, las cuales me guiaban a la puerta. Al llegar a ésta, noté que había una araña gigante de juguete colgando de la puerta, quité las telarañas que habían a mi paso y entré a la casa. En las paredes habían murciélagos, más arañas y telarañas; una que otra máscara y entre otras cosas.

—Harley —volteé y vi a la prima de Connor.

—Hola.

—Te ves muy bonita.

—Gracias, igual tú, Clarie.

—¿Rindiéndole honor a tu nombre?

—Algo así —dibujé una sonrisa—. A mí me encanta el tuyo de bruja.

Me devolvió la sonrisa, cuando ella iba a responder sentí que alguien llegó a mi lado, al voltear veo a una persona disfrazada de muñeca aterradora y me sacudió de los hombros sacándome un grito del susto; y, como si se pusiera una cereza al pastel, veo una máscara de un muñeco terrorífico al girar mi cara al lado contrario. ¿Qué ocurrió? Terminé en el suelo gritando fuerte. Cubrí mi cara con mis manos, escuché risas e identifiqué éstas; por consiguiente, limpié las pocas lágrimas que habían salido de mis ojos azules.

—Olivia, Sam, esto no es divertido —me quejé.

La máscara cayó y efectivamente: era Sam, quien chocaba la palma de su mano con su novia mientras aún se reían de mí, a sus risas se unieron Sebastian, Clarie y los hermanos Brashier. Connor tenía su cámara en sus manos, dándome a entender que había grabado todo.

—Ay, no empieces, sólo fue un pequeño susto —contradijo Sam.

Connor se acercó a mí, dejó de reír y me tendió una mano para levantarme, la cual tomé. Me ayudó a ponerme de pie, me sacudí y lo miré. Connor traía una camisa rosa de rayas blancas pequeñas con manchas de sangre, un saco negro encima y un pantalón del mismo color, el cual se ceñía a sus piernas; su cabello estaba perfectamente peinado, sombras oscuras habían en sus ojos, y sangre falsa pintaba las comisuras de sus rosados y gruesos labios. Inmediatamente deduje que él personificaba a un vampiro, se veía increíblemente guapo.

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora