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Al siguiente día, después de salir de clases, fui a darle relevo a Karen. Ella necesitaba descansar. Me senté a esperar el autobús, jugaba con las puntas rojizas de mi cabello y en ese momento sentí una mano en mi hombro. Volteé y vi a Connor.

—¿A dónde vas?

—Al hospital, iré a ver a Shawn —me regaló una mirada neutra, asintió y bajó su mano—. ¿Hay algún problema con eso?

—Ninguno, sólo era una pregunta —ay, ¡pero qué borde! Rodé los ojos y dejé de mirarlo—. Yo también voy para allá, ¿vamos juntos? —me enseñó las llaves de su auto.

—No, gracias.

—¿Por qué no?

—Prefiero ir en autobús.

—Bueno, como tú quieras. Deberías mostrarte más agradecida porque yo salvé a mi mejor amigo, quien curiosamente es tu ex novio.

Connor se giró y caminó hacia su vehículo. Sentí como si me pinchasen el estómago. Fui tras él, vi que metió su mochila al auto, dio unos pasos y, frente al cofre, tomé su mano para detenerlo.

—¿Salvarlo? Connor, ¿a qué te refieres?

—Esa sangre que la enfermera consiguió es mía.

—¿Tú... eres el donante? —inquirí sorprendida.

—Así es.

—Pero... creí que...

—Sé lo importante que Shawn es para ti, también sé lo muy feliz que te hizo y te hace. Por eso doné mi sangre, además él es mi amigo.

—Connor, no sabes cuán...

—Es mi amigo, Harley, tú también lo eres; si no hubiera hecho aquello Shawn pudo morir, tú y yo nos hubiésemos puesto mal, y no quisiera verte llorar otra vez.

¿Qué? O sea, no sólo lo hizo por su amigo, ¿lo hizo por mí, también? No tenía sentido alguno que fuese por mí.

—Anda —abrió la puerta del copiloto—, sube.

—Gracias.

Entré al vehículo, Connor rodeó el auto y, después de que se sentó en su puesto, condujo hacia la clínica.

(...)

Connor y yo estábamos en la habitación de Shawn. El chico de los ojos verdes estaba sentado frente a la camilla, yo estaba sentada a un lado de ésta a un lado del muchacho de rulos jugando con sus manos mientras él platicaba con Connor. Luego llegó la enfermera con una bandeja de comida, la puso en la mesita y habló.

—Provecho, señor Mendes.

—Gracias.

Manifestó Shawn con una sonrisa y la enfermera se fue. Tomé el tazón de sopa caliente antes de que él lo hiciera y me le acerqué un poco más.

—Yo lo haré por ti.

—No Harley, ya te molesté bastante.

—No, claro que no. Vamos, di: "ah" —alargué y él soltó una risa mientras se sentaba con cuidado.

—Ah —canturreó.

Sonreí llevando con cuidado la cuchara a sus labios, miré de reojo a Connor y él estaba usando su celular mientras fruncía su ceño. Seguí alimentando a Shawn. Agarré el sándwich, corté un trozo pequeño y él comió; pero, por accidente, manché su comisura de sus labios. El chico de ojos avellana iba a limpiarse, sin embargo, lo impedí.

—No, yo te limpió

Tomé la servilleta, me acerqué aun más y removí la mancha de la esquina de su boca. Él soltó una risa contagiándome de ella, dejé un beso en su mejilla y luego volví a mi lugar.

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora