13

351 26 24
                                    

Demonios, ¡mis oídos sí que explotarían! La música era muy fuerte, la gente estaba tan aglomerada que apenas y podía pasar caminando entre ellos. Busqué a Dylan con mi mirada, pero no lo veía por ninguna parte. Bufé, no quería estar sola en una fiesta en la que no conocía a nadie más que a cuatro personas. Me recargué en la isla de la cocina cruzando mis brazos, tomé una fresa con chocolate del bol que contenía los bocadillos y le di un mordisco.

—Hey bonita.

Me giré y vi a Sam abrazando por los hombros a una chica morena muy hermosa que tenía labios gruesos color pálido.

—Hola Sam.

—Te ves hermosa. ¿Qué? Quieres matar a Connor, ¿cierto?

—¿Qué? No, claro que no. Sólo tomé lo mejor y más apropiado para esta ocasión. Además, no le gusto a Connor, sólo somos amigos. Ya he hablado con ustedes de eso.

Sí tú lo dices.

—Sam –me quejé.

—Bueno ya, me callo —el rubio rio bajito.

—¿Has visto a Dylan o a Sebastian? —inquirí.

—Sebastian fue a comprar más frituras, me mandó un mensaje diciéndome que estaba a dos cuadras. Y Dylan... no sé, probablemente esté con Connor.

—Muy bien, iré a buscarlos. Y gracias.

Bueno, iré a buscarlos si es que las personas me dejan pasar. Caminé hacia afuera donde creí que era la terraza. Sí era como una terraza y había ahí una piscina que te daba vista de la ciudad. Me acerqué al borde y pude notar que había cristal resistente en lugar de cemento, o ladrillo, o azulejo –o algo por el estilo–. Mordí mi labio al mirar abajo. ¿Por qué lo hice si le temía a la altura? Retrocedí con cuidado hasta que topé con alguien, me giré y vi a Connor.

—Oh, no te vi, lo siento.

—No te preocupes, no pasa nada.

—Creo que deberíamos dejar de encontrarnos así —bromeé haciéndolo reír.

Me sonrió y le miré. Se veía tan guapo con lo que traía puesto: pantalón negro algo flojo del cual colgaba una cadena no tan grande, también Connor usaba una camisa blanca con letras mayúsculas que decía RHUDE SON OF A BEACH', una chaqueta negra y sus típicos Converse negros. Ok, me recordaba al atuendo que él traía en nuestra primera cita, sólo que la camisa era diferente y el pantalón de aquella ocasión tenía bolsas, y el de esta ocasión sólo tenía una.

—Te ves muy bonita.

A pesar de que era de noche, y que aquí afuera había poca luz, podía notar cómo sus mejillas iban adoptando un tono carmesí, tal y como las mías comenzaban a hacerlo. Al escucharlo decir aquello miré mi atuendo y sonreí ampliamente.

—Gracias.

Cuando Connor iba a decirme algo más, una chica le llegó por detrás y le abrazó.

—Primo, sí viniste —dijo ella denotando mucha que traía mucha energía con solo escucharla hablar.

—Hola Clarie.

Respondió él sonriendo mientras mostraba su perfecta dentadura blanca y colocando sus manos encima de las de ella entrelazando sus dedos. ¡Pero qué tierno!

—Qué bueno que estás aquí.

—Obvio que no iba a faltar.

—Claro que no lo ibas a hacer porque te conozco, me alegra que hayas venido y con una novia —me miró.

The Decision (Shawn Mendes, Connor Brashier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora