El Club

2.2K 164 16
                                    

Abrí los ojos con pesar al escuchar unos pasos, me gire de la cama para coger un cigarrillo al hacerlo me recoste posandomelo en los labios, necesitaba quitarme su horrible sabor de mi boca.

-Bueno, ha estado muy bien muchacho.-Dijo aquel hombre obeso abrochandose la camisa.
Se acerco a mi para tocar mi muslo desnudo, con tan solo su tacto volvían mis nauseas.
-Que suave son... - volvió a poner esa mirada de lujuria sobre mi mientras se relamia los labios. - Adoro tu pálida piel parece porcelana- Sumergió aún más su mano por debajo de las sábanas llegando a mi culo, lo manoseava a su antojo mientras le daba otra calada a mi cigarro solo deseaba que acabará este día.

-¡Sanji, abre la puerta! - Pegue un pequeño salto en la cama al escuchar a alguien pegar en la puerta, me había vuelto a quedar dormido después de que aquel hombre quisiera un segundo asalto. Me levante de la cama poniéndome una camisa blanca de botones y unos calzoncillos azules.
Al abrir la puerta no me extraño ver a ese pelinegro.
-Deja de pegar así en la puerta Luffy o la echaras abajo. - Le regañe mientras le señalaba con la mano que pasará.
-Es que son las diez de la mañana y aquel hombre no me gustaba su aspecto...
-¿Acaso alguno tiene buen aspecto? - Le pregunté al pequeño pelinegro que estaba sentado en la silla mientras me desabrochaba la camisa, necesitaba quitarme la esencia de ese hombre.
-Bueno... - Tartumudeo el pequeño mientras jugaba con sus pies. - Estaba preocupado por ti... - Luffy agachó la cabeza con lágrimas en los ojos. Íbamos otra ves que hablar de ello.
Pero antes de que pudiera consolarlo entro una peli naranja con uniforme de limpiadora por la puerta.
-¿Se puede pasar?
-Claro que puede mi bella dama- Salí de la ducha con una sonrisa para mi señorita.
- Este ha tardado. - Soltó mientras se ponía a quitar las sábanas colocándolo en su carro.
-Quiso repetir. - Me empecé a vestir con unos vaqueros negros y otra camisa blanca limpia mientras observaba de reojo que el pelinegro dejó de llorar.
-Me lo imaginaba por el montón de dinero que hay en la mesilla. - Señaló con la mano el fajo de billetes de la mesilla, me acerque a guardarlos en mi bolsillo. - Os recuerdo que el señor Cocodrilo esta abajo esperando su dinero. - Dijo Nami - San con pesar, a ella le gustaba tan poco estar aquí como a nosotros pero lo bueno que ella solo trabaja de limpiadora, no tiene clientes, no le debe nada a nadie, ella es libre.

Bajando las escaleras con el pequeño Luffy le pase mi brazo por detrás de su hombro.
-¿En que piensas, pequeño? - Luffy levantó la cabeza y su mirada era una mezcla de tristeza y miedo.
-Sanji... Ya mismo voy a cumplir 18 años... - Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas y lo abrace fuerte. Es verdad ya mismo empieza su condena en este horrible lugar, donde nos tratan como a objetos.
El señor Cocodrile le gustaba el tráfico de personas, empezó a comprarlas para su uso y disfruto pero llegó un momento de su asquerosa vida donde se aburrió, entonces ahí es cuando se le ocurrió abrir un club para que hombres llenos de dinero pudieran gastarlo en sexo con "sus esclavos". Nos lo ha quitado todo, respeto, dignidad, libertad y nuestra virginidad. Por eso el pequeño Luffy no quiere que llegue su mayoría de edad, lo único que respeta ese sucio de Cocodrile es la edad, cuando compro a Luffy no se percato de su edad entonces lo ha mantenido aquí dentro para hacerle sufrir, haciendo que viera lo que le esperaría cuando tuviera sus 18 años. Pero siempre que he podido he intentado sacarle una sonrisa a este pequeño para que olvidara las cosas que veía o escuchaba y eso a mi también me ayuda a desconectar de todo.

Me separe de Luffy cuando empezo a venirme el olor a puro, Cocodrile estaba cerca.
-Muchachos ¿cómo están? - Sonrió con arrogancia al ver el fajo de dinero que llevaba. - Mira cuanto dinerito me está consiguiendo mi chico favorito. - Estiró la mano para quitármelo todo de golpe y me mordí el labio de ira, ni un 2% me deja, después de todo lo que tenido que hacer, bueno siempre he tenido. Por mi aspecto y color de piel he sufrido varias humillaciones por parte de Cocodrile, cuando perdí mi virginidad aquí fui disfrazado de mujer ese cliché les ponía mucho a sus clientes y estuve dos años vistiendome así durante todo el día no solo dentro del cuarto.

-Bueno mañana es el gran día. - Grito eufórico Cocodrile mientras Luffy y yo lo mirábamos a desconcertados.
Cocodrile se acerco al rostro de Luffy echándole el humo en la cara.
-Mañana, es tu noche especial renacuajo.
Abri los ojos de par en par, su cumpleaños no era hasta el mes que viene.
-P-pero mi cumpleaños es..
-¡Lo se! Pero esta ves haré una excepción ya que mañana hay una reunión de unos empresarios muy importantes y no desaprovechare esta oportunidad para subastarte. ¡Imagina cuánto dinero serían capaces de pagar por esa carita! - Esclamo mientra reía a carcajadas. Era una rata asquerosa.
Se dio la media vuelta dispuesto para irse pero antes susurro unas palabras que hizo que se nos paralizará el cuerpo. - De aquí nadie se ira.

Todo esto lo tenía él planeado, de alguna forma a descubierto que tenía pensado sacar a Luffy de aquí antes de su mayoría de edad, ese hombre tenía oido hasta en las paredes.
Las piernas del pequeño no aguanto ese cúmulo de sensaciones y se agachó al suelo llorando desconsoladamente, verlo así me rompía el alma.
-S-Sanji... - Luffy levanto su mirada del suelo para mirarme a los ojos. - ¿Me va a doler mucho? - Me mordí el labio casi haciéndolo sangrar de la ira que sentía, no sabía que hacer no sabía que decirle.
Así que me resigne a mirar al suelo, no era capaz de mirarlo a la cara.
-Si.
Fueron mis últimas palabras y fue suficiente para que el pelinegro comenzará a llorar desconsoladamente.

El clubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora