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Las clases siguieron, Iida había seguido la idea de tomar el camino directo a Hosü, pensando que podría encontrar al Asesino de Héroes, y resolver lo que había hecho con su familia.

Aunque unos días antes, había visitado a Ziva para darle sus ánimos de aliento para que despertara, pero si bien, los médicos habían dicho que le tomaría tiempo despertar, las heridas no sanarían tan rápido, pero sus ganas por despertar se notaban ya que llegados un cierto tiempo en la madrugada sus ritmos cardiacos se elevaban como si estuviera luchando pero sus gestos faciales demostraban el cansancio y dolor que padecía.

Te amo, mi princesa... Recupérate... Volveré pronto.

Esas fueron las palabras que le había dedicado, Iida Tenya antes de marcharse a cumplir con la semana de la pasantía con los profesionales, su grupo de compañeros se habían acercado a él, pero no deseaba más preocupación por los demás. Por lo que solo había dicho cortésmente a Midoriya que estaba bien, y se había retirado a su encuentro con el héroe profesional, que también era en la misma sección donde su hermano trabajaba.

Aunque los periódicos de la zona estaban con el chisme, de la prodigiosa Ivanov Ziva estaba en estado crítico hace semanas y que todos deseaban saber qué ocurriría con la seguridad de Hosü y sus empresas. El caos se iba amontonando para su novia. Los chismes siempre seguirían, ese el precio de ser alguien importante en el mundo social, no entendía como lo soportaba, pero si ella podía, él también lo haría, solo deseaba terminar rápido y responder a sus dudas al estar en Hosü.

[...]

Sin embargo, Iida Tenya no había considerado la posibilidad de que para sus compañeros el saber que la radiante rubia y clon de Bakugo estuviera en ese estado, no pudieron negarse a visitarla antes de seguir con sus pasantías, y extrañamente Aizawa Shouta lo había permitido porque casi la mitad de su alumnado había ido a parar hacia la habitación de Ziva. Solo de a tres personas dejarían entrar, solo por el delicado hecho de que aún no sanaba, ya había pasado una semana y media, e Ivanov Ziva seguía en la sala cuidados intensivos.

La ventana dejaba verla en ese deplorable estado, con los caños y cables dándole el aliento de vida, gotas que le llegaban por medio de una vía en el brazo. Su piel pálida, cabello despeinado y su respiración pausada había dejado estático a más de uno.

—Ziva-san... —susurró Uraraka tapándose la boca por la horrible sensación de verla así, con la expresión preocupada.

—Entiendo a Iida-kun en estos momentos, chicos... Diablos, ¿porque ella? —preguntó Kirishima con preocupación y una mano empuñada por la impotencia de la situación.

—Le debió doler mucho a Iida-kun que su prometida explosiva estuviera en ese estado... Ahora comprendo su reacción —dijo Denki Kaminari, mordiéndose los nudillos con dolor al haber notado todas las agujas que le entraban en la piel.

—Shh... Chicos, no podemos estar así. D-debemos mejorar la situación no quedarnos en esto. Ivanov-san no querría esto. —dijo Midoriya mientras observaba la situación con tristeza.

—¡Hasta que al fin dices algo interesante, maldito Deku! —dijo Bakugo con una cara de mal humor increíble, se encontraba recostado por una pared, cruzado de brazos.

Midoriya tembló con nerviosismo, y pidió disculpas. Sin embargo, el doctor se acercó y los había apresurado para que se alistaran los que querían hablarle. Que esto le hacía bien.

Bakugo al ver que nadie se decidía, agarró descortésmente la vestimenta que ofrecía el doctor y se lo colocó.

—Váyanse a la mierda con sus inseguridades, tks...

Aquello fue lo que dijo antes de entrar por la puerta y cerrarla, una enfermera se encontraba dentro, cuidando el bienestar de la explosiva, los demás se quedaron estáticos al ver que Bakugo lo había hecho al estar a pasos de ella.

—¿Por qué tiene que ser tan impulsivo hasta por ir en esto? ¿Que no era que no le interesaba ella? —pregunta Denki Kaminari.

—A-acaso no sabías que...

— Bakugo es el pupilo o prodigio de Ziva, ella es su maestra. Lo sobreexplota y bueno, ambos se entienden a su manera, Denki... —explica Kirishima mientras se rasca la nuca de manera nerviosa, pero al final suspirando. El humor de ambos al entrenar era del demonio, pero eran tan iguales y diferentes que en un punto se entendían perfectamente.

Denki Kaminari como Uraraka se habían sorprendido por ello, por eso ahora comprendían vagamente la situación. Pero justo cuando vieron la decisión de Bakugo al pedir algo a la enfermera sin explotarle la cara, ya habían percibido algo que les hizo sentir el escalofrío a lo desconocido, ya que esta cerró la cortina al salir de la habitación. Y poco después se escuchó una explosión, alarmando a todos. Pero nadie pudo entrar.

Bakugo la había atacado, sí, pero Ziva con cierto esfuerzo lo había detenido, haciendo que lo mirase con un destello de fastidio.

—Tks... Maldito seas... Cof... —la voz de la rubia de ojos celestes había salido con pesadez y dolor en la voz, porque el estómago le había dado una punzada ante el reflejo hecho de golpe.

—Maldita seas tú... Joder...

Sin embargo, los ojos de la misma se habían abierto absorta ante tales gotas que caían y resbalaban por su brazo, haciendo que su malhumor disminuyera un poco.

—Bakugo...

—Cállate...

Fue allí donde el rubio explosivo sintió el golpe de calor, un abrazo duro pero frío y agotador lo cubrió, mientras unas palabras lo hicieron temblar.

—Katsu nunca morirá... Porque no hay granada digna. Sigues bajo mi tutoría... No puedo morir si aún no explotaste lo mejor de ti... Nadie...

La misión en la vida de Ivanov Ziva era verlos crecer y explotando sus límites. Porque sabía que nadie llegaría al nivel de ella, porque solo ella podía terminar consigo misma. Ella era su propio arte efímero. 


























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Hola! Perdonen por haber tardado tanto en actualizar, estoy volviendo del jet-lag que dejó Argentina en mi, xD

¿Que parte les gustó mas?

¿Qué creen que pasará en el próximo cap?

Gracias por su espera y paciencia, los quiero mucho.
¡nos leemos pronto!

Katsu -BNHA. [Iida Tenya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora