La Mansión Joestar.

Capítulo 17

Pasaron los días, y Jojo parecía pasar más tiempo con Erina cuándo terminaban de entrenar con William, algo que le molestaba demasiado a la rubia.

—¿saldrás de nuevo?
Debe ser tu marca personal...
¿a dónde irás?

—Iré con Erina...

—Maldita sea, Maldita perra puerca sea, ¿qué demonios tiene ese chica que no tenga yo?
¡soy Dio Brando, por favor!—

Súbitamente, un recuerdo despertó en la mente de la chica, haciéndola sonreir inevitablemente.

—Detente ahí, Jonathan Joestar.

Sentenció la rubia, haciendo que el peliazul se detuviera por instinto y se girara.

—¿qué pasa Dio?
¿sucede algo? ¿tal vez Zepelli?

Dio tenía una sonrisa que anunciaba su victoria.

—Me debes un favor Jojo, tienes que hacer lo que yo quiera.

—¿justo ahora?
pero...

Dio sonrió aún más, hasta que no pudo mantener su expresión y soltó una carcajada. La cara de Jojo era bastante graciosa, era imposible no reírse.

—Está bien, hermanita, ¿qué quieres que haga por ti?

La rubia le tendió la mano, y el joven la tomó sin pensarlo demasiado.

—Quiero que te quedes conmigo, Jojo.

Jonathan no logró entender a que se refería, pero siguió sosteniendo su mano.

—¿que me quede contigo?

—Sí, este día, quédate conmigo todo el día.

Jojo sonrió, algo en cómo le dijo eso la rubia hizo que su corazón se acelerara sin ninguna razón.

—Por supuesto, un caballero cumple su palabra.

Dio lo jaló suavemente y lo llevó su habitación, dónde le obligó a acostarse a su lado, para hablar.
Los dos se sentían felices.
Aunque Dio lo estaba aún más.

—Hey, Dio.

Habló Jojo, llamando la atención de la chica.

—¿qué pasa?

—¿crees que todo salga bien con lo de la máscara? Por lo que dice Zeppeli parece que será difícil... no te miento, estoy algo asustado.

—Tranquilo, si estamos juntos todo estará bien, tenlo por seguro, Jojo.

Jojo sonrió con algo de tristeza en su rostro, hablar era más difícil de lo que parecía.

—Espero me perdones si llego a mori-

La de ojos carmesí tomó la mano de del peliazul, interrumpiendo su charla de golpe.

—No vuelvas a decir eso en tu vida, estúpido Jojo... jamás permitiría que murieses.

—Qué linda es mi herma...
Qué linda es Dio Brando—

Dio no permitió que Jonathan le soltara la mano, aunque a él no le molestaba en lo absoluto... y así se quedaron juntos todo ese día, Dio evitando sonrojarse y Jojo siendo lindo sin querer.

Mientras tanto, Zeppeli parecía haber encontrado pistas sobre el paradero de la máscara.

El pelinegro encontró un charco de sangre a más de 1200 metros del hogar de los Joestar, y un cadáver desmembrado un poco más lejos.

Al girarse, alcanzó a vislumbrar un pueblo a la distancia, y rápidamente se dió cuenta que algo andaba mal con ese sitio, por lo que se dispuso a hechar un rápido vistazo, para ver si ya era la hora de llamar a los jóvenes y pelear.

Y de hecho, el pueblo parecía estar desierto, lo que alertó más al viejo Zeppeli. Mientras investigaba, vió una figura de reojo, lo cuál le hizo activar su hamon y preparse para algún ataque, y acertó.

Alguien, o algo, se le lanzó sobre la espalda, cadi tirando al viejo al suelo, pero con ayuda del hamon logró tomar a aquella forma de vida al suelo, desfigurando su rostro y las partes que tocó debido al hamon, confirmando que era uno de esos zombies o vampiros.

—Pff, tenía muchísimo tiempo sin ver a un vampiro en persona... pero aquí estás.

Dicho eso bebió de una copa con vino -la cuál siempre cargaba por si acaso-
y aplicó hamon en ella.

—¡Hamon Cutter!

Aplicando su técnica especial, destruyó a aquel vampiro y regresó a por Dio y Jojo, tal vez podría hacerlo solo, pero decidió que necesitaría ayuda.