Capítulo 18

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Fecha:
26 de Abril de 1889

—¡oigan, ustedes dos!

Dio estaba adormilada, pero logró escuchar una voz algo conocida, por lo que abrió los ojos y se levantó un poco para ver quién estaba molestando.

—¿Zeppeli? ¿cómo... demonios entraste?

El pelinegro vió la escena y no pudo evitar sonreír un poco al verlos tan juntos.

—El día llegó, rápido, suelta la mano de tu novio y despiértalo, he encontrado la ubicación casi exacta de la máscara.

Dio se sonrojó y le dió un codazo a Jonathan, quién se despertó de golpe preguntando la hora.

—¿qué sucede...?
Oh, ¿Zeppeli? ¿qué estás haciendo aquí?

—Es hora, jóvenes aprendices.
He encontrado la ubicación de la máscara... no tengan miedo, yo les guiaré.

Ambos asintieron y se alistaron lo más rápido posible, sin hacer mucho escándalo para no alertar a nadie en la casa Joestar, ya era muy tarde y la luna estaba ya en lo más alto.

—Recuerden lo que les he dicho, siempre tienen que estar en alerta, pero no se precipiten, a la hora de pelear tiene que mantener la calma.

—Está bien, Zeppeli, seremos lo más útiles posible, le aseguro que podrá confiar en nosotros.

Jojo se veía bastante serio, por lo que dio no dijo nada y asintió, dándole apoyo a su compañero y enamorado.
Zepelli sonrió y les hizo señas para salir.

—Tardaremos un poco en llegar, pero no importa, nuestra prioridad es destruir la máscara piedra y acabar con todos los vampiros para asegurar la paz.

—Mientras Jojo y yo estemos juntos, nada podrá detenernos, así que no te preocupes viejo, hay esperanza.

El peliazul y pelinegro le miraron con sonrisas enormes en sus caras, provocando el sonrojo de la chica explosiva.

—¡dejen de verme así! Cualquiera puede cambiar en un mes, hasta yo... él es mi amigo, y le estimo... s-sigamos, con un demonio.

El camino fue silencioso, los tres debían tener el mayor cuidado posible y por eso se mantenían muy alerta, por si los descubrían y tenían que pelear.

—La verdad, es un honor que confiara en nosotros, Zeppeli, y nos enseñara el hamon, aunque es un poco extraño que haya cedido tan fácilmente.

Mencionó Dio, quién se veía algo nerviosa, hablando sus dudas para poder distraerse de todo el ambiente tan pesado.

—En eso tienes razón.
Le confié una técnica muy poderosa a dos jóvenes inexpertos, pero hay una razón para ello, y esto se debe al corazón de Jojo... si tú estás aquí, es debido a la insistencia de ambos.

Zeppeli era un hombre amable, pero muy serio si se trataba de la maldición.

—Tsk, ya verá.
Si soy mejor que este inútil.

Tras un largo rato, llegaron al pueblo, el cuál incluso se veía más vacío que antes. Dio, por instinto, activó su hamon, siendo seguida por sus compañeros.

—Creo que todos estamos de acuerdo en no separarnos, realmente este sitio me da mala espina, vamos, Zeppeli, te seguimos.

El pelinegro asintió y continuaron, inspeccionando cada casa, sin encontrar nada sospechoso, aunque, eso lo era aún más.

Mientras buscaban algún tipo de respuesta, Dio pensaba en sus sentimientos, sí, poco le importaba lo que sucedía, si estaba ahí era por Jojo.

—¡Mierda, cuidado, Dio!

Gritó el viejo William, una figura ensombrecida había pasado por detrás de la rubia, Jojo, por instinto, la tomó por la muñeca y la atrajo hacia su persona.

—¿Estás bien?
Tal vez fuí algo brusco.

Dio pudo sentir, un momento, la respiración del peliazul en su cuello, antes de liberarse bruscamente de su amigo.

—T-Tsk, no hagas eso, Jojo...

Tsk, no hagas eso, Jojo, se
sintió bien

Pensó Dio, pensó lo que en realidad quizo decir.

Tras eso, el italiano vió una torre bastante extraña y escondida, ubicada a las afueras del pueblo.

—Ahí debe de estar la máscara.
Siento un aura extraña... creo que los habitantes están allá, bueno... lo que eran los habitantes.

Desde las sombras, distintas figuras comenzaron a correr hacia ellos, obligando al trío a defenderse con su hamon.

—Muy bien, jóvenes, recuerden lo que les enseñé, manténgase tranquilos y no duden en pelear, ¿entienden? Esto es de vida o muerte.

—Entendido Zeppeli, estoy seguro de que saldremos de esta.

Dio simplemente asintió mientras mantenía su hamon activo, contando a los enemigos.

—Tsk, esta será una larga noche.

—Será larga, sí, pero si nos mantenemos juntos, podremos vencer, hermana.

—No me me digas así, Jojo.

Esto sorprendió al ojiazul, ¿en serio quería discutir sobre eso en un momento así? Pero era Dio Brando, una chica muy extraña de por sí.

—¿eh? pero si es lo que eres, ¿no?

—Tal vez es lo que soy, pero no lo que quiero ser, idiota.

Jojo era una persona muy especial, era bueno para resolver problemas e improvisar, pero cuándo se trataba de Dio, todo se le complicaba sin ninguna razón, y eso le molestaba.

No era momento de discutir algo tan tonto, por lo que el ojiazul dejó de la lado su confusión y se centró en mandar a sus enemigos al infierno.

—Veamos si pueden pelear contra el hamon, inútiles.

Dio se abalanzó sin pensarlo, realmente sería una larga noche.

La Mansión Joestar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora