Dio estaba en medio de una pelea consigo misma.
¿porqué había huido de Erina y Jonathan?
No había ninguna razón, ella simplemente de quedó paralizada al ver que su regalo era el mismo que Erina estaba dándole a Jojo, ¿qué tenía eso de malo? Era tan simple cómo insultar a Erina por copiarse el regalo y darle las rosas a Jonathan... pero aún así, se paralizó.
¿porqué?
Mierda, deseaba una respuesta, pero quizás su personalidad no le dejaba ver la evidente verdad.Pasó al menos una hora, y mientras más tiempo pasaba, más estúpida se sentía Dio por su decisión. ¿había algo de sentido en lo que había hecho?
Le caía bien, si, Jonathan Joestar era su único amigo y a la vez su hermano, el peliazul se había introducido en su corazón como un intruso, y a pesar de eso, no le importó, le dejó seguir ahí.
—¿qué está pasando?
¿qué me está... sucediendo?Cuándo estaba pensando en más posibilidades, un toque en su puerta trajo de vuelta a Dio a la realidad.
—¿quién toca?
Dijo secamente, después de lo que había pasado no quería ver a nadie.
—No importa lo que digas, voy a pasar, Dio.
Aquella voz era inconfundible, la rubia trató de ponerse de pie y asegurar la puerta, pero el joven la abrió de golpe, justo después de decir esa frase.
—¿qué demonios es lo que quieres, Jonathan? ¿quieres que te rompa...?
De repente, Dio vió lo que Jojo tenía en sus manos, la carta y las flores que ella juraba había tirado en el incinerador, ¿cómo demonios los había encontrado?
—Encontré esto, supongo que reconoces estos objetos, y ni te atrevas a negarlo, tu nombre está en esta carta como el remitente.
—Yo... iba a hacerte una broma, pero al final me ganaron con lo de las flores y ya no tenía sentido.
Dio entró en su faceta de 'enemistad' con Jonathan para evadir lo máximo posible el tema, pero mientras ella hablaba, Jojo ponía los objetos en su escritorio, ignorando lo que decía.
—No tengo idea de cómo encontraste dichos objetos, pero eso no tiene importancia...
El peliazul se fue acercando a la chica, mientras ella estaba haciéndose una historia en su cabeza.
Entonces, Jonathan la tomó por los brazos y un rápido pero firme movimiento, abrazando a Dio, sin más.—Te quiero, Dio Brando.
Hubo silencio por parte de la rubia.
Su corazón no estaba feliz, era algo más allá de eso, un sentimiento cálido y único se formó en su alma al esuchar aquellas palabras de la única persona que le importaba al menos un poco.—No tenías que lanzar el regalo, tu carta... realmente me conmovió.
—No creí que fuera algo importante, por eso tiré eso a la basura.
Dio finalmente pudo hablar, pero no demostraría lo que de verdad estaba sintiendo, así no era ella, sería cómo siempre, lo más que pudiera.
—Pues lo es para mí, rubia tonta.
Dio estaba por pegarle un rodillazo al chico, pero de hecho...
—me gustó cómo me insultó—
"¿qué?
¿qué mierda estoy pensando?
Yo... Jonathan es una persona extraña.
Pero supongo que yo soy más rara.
¿cómo demonios hizo para cambiarme en menos de un mes?
¿cómo demonios hizo para que me llegara a importar una persona?¿cómo fue que me...?
¿es esto amor?"En ese momento, todo tuvo sentido.
En medio del abrazo de su hermano adoptivo, se dió cuenta que sus sentimientos iban más allá de un compañero o amigo... todos sus extraños comportamientos iban tomando sentido, porque Dio Brando se había enamorado de Jonathan Joestar.—¿Dio? ¿todo bien?
La cara de la rubia era un poema, no pudo evitar sonrojarse a niveles estratosféricos tras haber llegado a la conclusión final.
—Yo... n-no me siento muy bien...
Dio trataba de cubrirse el rostro, pero realmente no servía de mucho.
Jonathan le ayudó a sentarse en su cama, de la nada había perdido el equilibrio.
—¿todo bien, Dio?
Si quieres te traigo algo de agua, ¿si?—N-no te molestes, inútil... yo sólo necesito dormir un poco...
El ojiazul asintió, débilmente.
Le alegraba ver que su hermana estuviese bien, aunque estuviera algo enferma, era mejor a que le hubiera sucedido algo. Y ahora que sabía que le importaba a la rubia, se sentía feliz por haber logrado mejorar su relación en tan poco tiempo.—Descansa, Dio.
—Gracias, Jojo...
"Mierda.
¿y ahora que se supone que haga con lo que siento? Dio... calma, eres una diosa, eres capaz de todo, sólo piensa un poco.Creo que ya sé que haré.
Yo, Dio, conseguiré el amor de Jonathan Joestar"Con ese pensamiento, se quedó dormida con una pequeña sonrisa en su rostro, demostrando que le hacía muy feliz pensar de esa forma.
Mientras tanto, George Joestar se preguntaba en dónde había dejado una particular máscara.
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La Mansión Joestar.
FanficDio Brando, una chica de 16 años con una personalidad algo conflictiva llega a su nuevo hogar, la mansión Joestar, gracias a un favor que le debían a su padre. Ahí conoce a Jonathan Joestar, quién sería su nuevo hermano adoptivo, y al principio lo t...