si tan solo fuese un sueño

663 29 0
                                    

NOOO- me despierto gritando por una incontable vez más de mis pesadillas, volteo a todos lados buscando a mi hermana mayor, a Katniss, la necesito. Sin embargo ella no está en casa, hace un mes que no sabemos de mi hermana, está más que claro que al fin sucedió ese día que tanto nos temíamos mamá y yo. Miro mis rodillas para encontrarme con buttercup resguardándome de lo que sea que he soñado esta vez, y es mejor así, dejarlo en el olvido, no recordar ni por un poco lo que he soñado, pues a final de cuentas si intento recordar, lo único que lograré será asustarme más, sobre todo hoy que es mi primer año en la cosecha.

Como ha pasado ya un mes desde que estamos solas en casa, mamá se ha encargado más que nunca en hacer todo lo posible por que estemos cómodas, creo que más que nada se debe a que solo le quedo yo y para este punto, solo la tengo a ella.

He alimentado tanto como puedo a mi cabra para que me de toda la leche posible para vender quesos en el quemador.

Intenté salir a cazar como mi hermana me había intentado enseñar una vez, sin embargo no logré encontrar el arco ni sus flechas en dónde yo recordaba ella los sacaba, busqué más en cuantos troncos huecos me encontraba en el bosque, sabiendo que papá había ocultado más, tal fue mi sorpresa al encontrar nada más que un cuchillo debajo de una piedra con moho, y eso fue un milagro sorprendente ya que no esperaba encontrarla siquiera en un lugar así. Sin lugar a dudas nuestro padre si que tenía ingenio para las cosas. Recuerdo mi primer y única lección de caza con Katniss:

habíamos obtenido un conejo y en cuanto lo vi herido corrí a casa haciendo lo posible por rescatarlo, estaba segura de que sufría, mientras que mi hermana lo veía como nuestra cena para los próximos dos días en casa.

No tenía idea de cuanto necesitaría haber continuado con sus clases. Quizá su intención era enseñarme para poder irse sin ningún remordimiento sobre nosotras y asegurándose de que no moriríamos de hambre.

Ahora, saliendo de la cama y poniéndome lo más parecido que tengo como ropa de caza, me dirijo a la puerta de la casa para conseguir algo en el bosque para nosotras e intentar vender en el quemador, los primeros días tratando de vender lo poco que conseguía fueron un suplicio, solo había llegado con una ardilla y la única persona que me la había aceptado en todo el Distrito 12 fue el señor Panadero, no me culpen, por favor, así le digo en mi mente ya que no sé su nombre y Katniss nunca lo menciona en casa. Caigo en cuenta que ahora los verbos con mi hermana deben ser aplicados en pasado, no más en presente. Me corrijo, ella no solía hablar ni de sus ventas con nosotros, solo traía lo necesario y nosotras hacíamos el resto.

Tomo el cuchillo que ahora se ha convertido en mi mejor amigo, una vez dentro del bosque sigo los pasos de cada día y marco los arboles con una -M- para saber por dónde volver una vez que tenga mi pequeño botín, acomodo el saco que tanto me costó conseguir en el quemador y me dirijo a donde bien recuerdo haber visto unos conejos, me da sentimiento el solo pensar lo que les espera una vez llegue con ellos, pero no debo dejarme llevar por mis sentimientos o no comeremos tal como la primera vez que salí de caza sola, el pobre conejo no tenía la culpa de mi hambre, ni las ardillas que saltaban por aquí y por allá, recuerdo que intenté lanzar el cuchillo a uno de ellos, sin embargo fallé horriblemente por mi miedo, la sangre de sanadora corre por mis venas y era más fuerte que la de un cazador nato como lo eran mi padre y mi hermana, ese día regresé a casa con las manos vacías y más triste a como había salido de casa, mi mamá solo me cobijo en sus brazos, consolándome, estaba claro que no servía para esto. Sin embargo nosotras no vivimos solo de queso de cabra y las pequeñas plantas que crecen en el patio de la casa, necesitamos carne, pan y vestido, quisiera decir que nos alcanza con lo que ganamos de sanar a los enfermos y heridos, pero esa no da para nada más que menos de lo básico.

PAN CON  QUESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora