Extraño Amor [TERMINADA]

11. La Puerta del Visionario

Debo admitir que es divertido todo lo que ocurre. Aunque sea solo por un tiempo... Emma es difícil de domar pero yo lo estoy logrando a la perfección.

Tuve que salir a la entrada de la ciudad, todo el mundo despedía a Gerald y eso impresionaba mucho.
No era un dios como Odín, era justo y tan bien un buen señor... pero lo que lo diferenciaba de Odín era que este sí iba a pelear y a combatir en las batallas, cosa que el Padre de Todo ya no hacía, empezaba a envejecer y muy rápido.
Pero Gerald se mantenía joven, ¿cómo? Me gustaría saberlo.

-Creo que ahora pasarás tus días conquistando mujeres- dijo Peter detrás de mí, yo me gire para verlo y estaba de brazos cruzados mirando como su tío se marchaba-. Ten cuidado con Emeraude.

-¿De que hablas?- le pregunté confundido.

-Solo te estoy diciendo que seas precavido. Emma no es tonta y es una maestra de las mentiras. Durante trescientos años oculto sus dones y no dijo nada a nadie... Cuidado, te estarán vigilando.

Peter se alejó y fue con su hermana quién me miraba de la misma forma, ceño fruncido y no apartaba la vista ni siquiera pestañeaba.
Algo anda mal, lo sé y lo siento en el aire... Nunca había sentido escalofríos, este día fue diferente porque el clima cambio su temperatura y fue disminuyendo.

Caminé por los pasillos buscando el ala sur, la encontré para mí suerte...
Abrí las grandes puertas de madera, estás tenían talladas cabezas de dragones con fauces feroces y ojos que te quemaban por dentro, no es literal pero sientes un calor de lo más intenso dentro de ti y llegó te recorre un escalofrío haciendo que sudez frío y se te erice la piel.
La biblioteca era enorme, más que la de Asgard con tres plantas, en el primer nivel estaba en el centro de la habitación una gran mesa, cinco sillas estaban alrededor de esta, del otro lado del cuarto les puedo jurar que había una pequeña escalera que te daba acceso a una compuerta redonda con un lenguaje extraño, igual que los pilares que había a mi alrededor.
Para subir a la segunda planta ibas por unas escaleras de caracol, las estanterías estaban al rededor  y te daban una vista hacia abajo, era lo mismo con la tercera planta.
Ya el techo tenía alguno que otro orificio cubierto por cristal que te daba una pequeña vista del cielo, solo que se podía ver mejor desde el tercer nivel.