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–Bien Rose, nos vemos.

Había dicho su mejor amiga al separarse en aquella solitaria calle de noche, más precisamente las 12:07.

Caminaba tranquila, con pasos lentos y ligeros hacia el final de la calle donde se encontraba su hogar, sin embargo llevaba rato sintiendo escalofríos y la incómoda sensación de que alguien la seguía. Apresuró el paso más a dos casas de estar segura todo se volvió borroso y segundos después ya era totalmente negro.

Para cuando despertó, estaba en una habitación fría y oscura, lo único que alumbraba era una lámpara de gas en una mesa de metal en el centro de la habitación.

Un poco más consciente notó que ella estaba recostada en otra cama, atada de pies y manos tanto que casi le cortaba la circulación. Ya no llevaba el vestido floreado que había usado para ir de compras con JiSoo, en su lugar estaba solamente una bata de hospital, ni siquiera tenia sus medias o los accesorios que usa.

–Al fin despiertas, creí que tardarías menos.

Dice una voz que poco reconocía al tiempo que una puerta se abría y volvía a cerrar. Cuando estuvo el chico frente a ella, pudo reconocer esas mejillas abultadas y cabello ahora rubio.

–¿Ji-JiMin? ¿Qué hago aquí? ¡No te hice nada!

La risa sarcástica y tétrica sonó en el pequeño espacio haciendo eco, lo que le erizo la piel a la joven sobre la cama.

–Bien, tenemos que aclarar un par de cosas antes de empezar. Primero, no soy JiMin, el niño jamás haría algo como esto, ¿no crees?

Dijo sonriendo, no se comparaba con la dulce y contagiosa sonrisa que regalaba por las tardes mientras paseaba por el parque o las calles alegres e iluminadas. No, no se podía comparar, esta era una sonrisa tétrica que mostraba demencia. Una sonrisa que podría causarle escalofríos hasta a la persona más valiente del mundo. Empezó a temblar notoriamente cuando el joven se acercaba a ella, colocándose junto a la cama.

–¿Segura que no le hiciste nada a Minie? Vamos, piensa un poco Rose, ¿no recuerdas aquellos recesos, cuando todos se reunían para golpearlo y burlarse de él? ¿No recuerdas como tú misma, lo clasificaste como feo por su peso? Vamos muñeca, lo recuerdas y sabes que fue tu culpa.

La sonrisa se fue borrando poco a poco para dar paso a una expresión seria y amenazadora.

–No m-me llam-es así.

Dijo en un hilo de voz, hubiera querido sonar firme y segura, sin embargo estaba completamente aterrada.

–¿Cómo? ¿Muñeca? Pero si apenas en la tarde JungKook te llamó así, ¿recuerdas? Oh y eso lastimó mucho al pobre Minie, ¿recuerdas lo que sentía por JungKookie? Pero claro, la increíble Rose no se iba a quedar de brazos cruzados y prefirió robarle a su amor platónico. Y es por eso mismo que salí finalmente.

La sonrisa tétrica y demente había vuelto a decorar el rostro que muchos describirían como angelical.

–Minie es muy inocente para tomar su dolor y convertirlo en deseo de venganza, por eso nací yo, ¿te cuento algo? Nací hace exactamente 10 años, 10 largos años donde he estado escondido y analizando cada movimiento de quienes se atreven a lastimarlo. Y adivina, tú eres la primera en pagar y la siguiente tu querida amiga JiSoo, después de todo son inseparables, y ambas son tan falsas como las muñecas. No te preocupes, morirás siendo una.

Doll's Killer [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora