Doll's Killer [YM]

#3

El joven peliazul iba escuchando música al lado de su pelirrojo amigo, el cual solo bufaba de vez en cuando llamando la atención de varios en el transporte.

–¿No quitarás esa cara? Vamos, apuesto que no habías escuchado algo así.

–Literalmente lo único que sé es que mató a una chica. No me quisiste dar detalles porque estabas tan emocionado que te fuiste corriendo.

–Ah, lo siento. Toma.

Le extendió un sobre color paja en el cual se encontraban fotografías del cuerpo de la joven pelinaranja, así como la información que se sabía de ella y detalles sobre las heridas que mostraba.

Park Rosseane, 19 años.
Causa de muerte: Paro cardíaco.
Múltiples heridas en antebrazos, cuello, rodillas, muñecas y tobillos.
Sin signos de violacion y/o cualquier abuso.

El pelirrojo arruga la nariz al ver la poca información y las fotografías de la joven recostada en su cama, usaba un vestido blanco sin ninguna arruga y completamente pulcro. Su cabello parecía especialmente acomodado de tal forma que se viera relativamente perfecto, estaba maquillada con sombras rosas y labial del mismo color, así como una cantidad mínima de rubor.

Pasando a otras fotos vio las heridas a las que se referían en el reporte, estaban ubicadas en las articulaciones de la joven, las hicieron tan rectas y perfectas, como si se tratara de una...

–Muñeca...

–¿Qué?

–¿No lo ves, Yoon? La vistió y arregló cual muñeca, las heridas en sus brazos y piernas son las articulaciones que ves en una muñeca para una niña de 5 años, literalmente la convirtió en una Barbie. No es que tuviera una relación sentimental con esta chica y por eso la arregló tan bien, está de cierta manera obsesionado con las muñecas.

–¿Cómo sabes que es hombre? Dice que no hay violencia sexual, pudo ser una mujer.

–Las mujeres tienden a ser rencorosas y despiadadas cuando son asesinas, mientras peor se vea su víctima mejor, en todo caso si fuera mujer, mataría a un hombre, ¿no crees? Además, hay una misma razón por la que no hay tantas mujeres doctoras, muchas veces se necesita precisión y concentración para cortes y esas cosas y ellas se distraen fácilmente, y no tienen tan buen pulso como quisieran, debe ser un hombre que estudió medicina o bien, una mujer especializada y completamente centrada en lo que hacia.

–No encuentro lógica a eso, pero supongamos que tienes razón. ¿Por qué un hombre quisiera matar a una mujer y arreglarla de muñeca? Normalmente se le dan las muñecas a las niñas, ¿crees que fuera un trauma de infancia?

HoSeok simplemente suspira y acaricia sus sienes con los dedos índice de sus manos.

–No estoy seguro, puede ser que si, quizá sea un trauma que tiene con las muñecas y ahora lo refleja. Posiblemente sea una referencia a algo que pasó hace años o fuera una simple venganza contra ella y la palabra muñeca tenía algún significado en esto.

–Ahora no lo vas a dejar, ¿cierto? Conozco esa mirada, pediras ser parte del caso.

–¿Cómo puedo dejarlo sin mas? Se nota a kilómetros que era apenas una niña, quizá hizo algo malo, pero tampoco merecía morir tan pronto.

El peliazul chasquea la lengua y lo que restó del camino se mantuvieron en silencio. Uno pensaba en las palabras de su amigo y el otro trataba de recordar como hacia MimHyuk para crear un perfil más acertado para el asesino.

Para cuando llegaron a su destino, había un hombre alto y de hombros anchos, así como una radiante sonrisa totalmente fingida en el rostro.

–Supongo que son Min YoonGi y Jung HoSeok. Bienvenidos a la provincia de Jageun Jeongwon.*

Ambos hacen una venia y saludan con un apretón de manos al joven azabache frente a ellos.

–Bien, me presento. Soy Kim SeokJin, hijo único del alcalde del lugar. Como deben suponer, mi padre está tratando de calmar la situación con la gente, ya saben, para que no cunda el pánico y esto se vuelva un caos.

–¿Cuantas personas habitan aquí?

–Realmente no sé decirte, a pesar de ser reconocidos con un sólo nombre estamos divididos en pequeñas provincias. Esta por ejemplo, tiene nada más y nada menos que 301 personas, contando niños, adultos y ancianos, la única excepción son los bebés en camino.

–O sea que antes de la muerte de la joven Park, eran 302, ¿no?

El azabache no se esforzó más en sonreír y sólo asintió con una expresión neutral, se mostró molesto y se dió la media vuelta, con una seña de dedos les indicó que lo siguieran. Ambos amigos se miraron entre sí y con una pregunta silenciosa.

¿Crees que sea él?
No lo sé, quizá.

Jageun Jeongwon: Pequeño jardín.