Capítulo 3

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Han no es feliz. No consigue captar la atención de su queridísima Leia. Nada más llegar a casa tira la mochila al suelo y se sienta en la mesa a llorar.

- No le gusto... ¡Nunca le voy a gustar! ¡No voy a poder hacer nada para que le guste! ¡No me quiere! Espera, ahora que lo pienso... ¿Y si la obedezco?

Han llama corriendo.

- ¿Sí?
- Leia, yo... ¡Dame una oportunidad!
- ¿Para qué? No gracias.
- ¡Haré lo que quieras!
- ¿Lo que quiera? Hmm... ¿Alguna vez has fumado?
- No, pero... Puedo aprender.
- Genial, porque si quieres ser mi novio tienes que hacer muchas cosas.
- ¿Eh?...
- Empezaremos por fumar. ¿Estás solo en casa?- Pregunta muy intrigada.
- Eh... Sí, ¿por qué?
- ¿Dónde vives?
- **** ***** ********.
- Bien, muy lejos ¿no?
- Mi padre no es muy amigo de la realeza que digamos.
- ¿En qué trabaja?
- Es contrabandista.
- ¿Y tu madre?
- Médico.
- Oh, vale.
- Leia, ¿podrías no venir ahora? Esque me voy a duchar.
- ¿Duchar? ¿Ahora?
- No he tenido tiempo a la mañana, jeje...
- Vale, bien, dúchate. Adiós.
- ¡Adiós!

Leia cuelga y empieza a pensar.

- ¿Ducharse? ¿Será guapo? ¡Quién sabe! ¡Igual está cuadrado!
- ¡LEIA!
- Oh, ¡hola mamá!
- ¿¡QUÉ DICES DE ESTAR CUADRADO!?
- Eh... Ah no, estaba diciendo si es π×r elevado al cuadrado.
- ¿Y tú desde cuándo sabes eso?...
- Me gusta estudiar.

Su madre la abraza fuertemente.

- ¡Muy bien cielo!
- Mamá, me voy a ir a ver a un amigo.
- Oh, bien. ¿Con el que has hablado?
- Sí.
- ¿Te gusta? ¿Es guapo?- Pregunta cotilla.
- ¡No! No me gusta.
- Venga hija, puedes decírmelo.
- ¡No me gusta! ¡Es horrendo!
- ¡OYE! ¡UN POCO DE RESPETO! ¿A ti te gustaría que te dijeran eso?
- No...
- Pues eso, y encima si es tu amigo trátalo como tal.
- Perdón...

Su madre la mira y sonríe.

- Vale cielo, vete.
- ¡Adiós mami!

La abraza y se va. Intenta abrir la puerta pero no lo consigue. Ve una llave.

- Qué listos son, la llave encima de la puerta. Ay... Bueno, pues voy a cogerla.

Leia la coge, abre y entra a la casa. Oye la ducha y decide abrir la puerta. No hay nadie. Le tocan la espalda y se da la vuelta.

- Qué haces aquí.
- Oh Han, verás, he podido sa
- No me cuentes tu vida, ¿qué te he dicho? Que no vinieses todavía. Muy bien, no has hecho ni caso.
- Yo...
- ¿Qué? ¿Querías verme? Tenemos siete años por favor, es muy perturbador.
- Yo...
- Bueno... Déjalo. Total nadie me hace ni caso, no eres la única.
- Perdón...
- No me vale. Casi me pillas sin toalla, ¿te crees que es normal?
- ¿Estás?...
- ¡QUÉ TE IMPORTA!
- No no, perdón, no he dicho nada.
- Bien. Voy a cambiarme, NI SE TE OCURRA ENTRAR.
- Bien, lo siento...
- Vale.

Han la mira sospechoso y se va a su cuarto a cambiarse.

- Ah, una cosa...
- ¡NO ENTRES!
- No, pero... Quiero decirte una cosa.
- Qué.
- ¿Mis deberes?
- Los tiene Luke.
- ¿¡QUÉ!?- Responde Leia muy enfadada, tanto que abre la puerta.

Leia le ve, Han está pasmado y avergonzado, sobretodo avergonzado. Traga fuerte y consigue decir...

- Cierra la puerta...
- S... Sí... Perdón...
- Vale...

Leia cierra la puerta.

- ¡ESTÁ CAÑÓN!- Grita susurrando.- Dios... Necesito a este niño... Si le enseño a fumar, a drogarse, a saber plantar cara a la gente, y cómo no para cuando seamos mayores le enseño a ponerse un preservativo, ¡y me caso con él! ¡Dios!
- ¿Qué?...

Leia le mira.

- ¿Me has oído?
- Sí, y muy bien... Estás fatal, no quiero nada contigo...
- ¿Cómo que no?...
- ¿Me quieres por... Dios... ¡LARGO!
- ¡NO! ¡TE QUIERO DE VERDAD!
- No te creo. Lo siento. No pue

Leia le besa y le empieza a quitar la ropa. Han le da un bofetón en la cara.

- ¡DÉJAME EN PAZ! ¡LÁRGATE! ¡FUERA! ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER! ¡FUERA YA!
- ¡PERDÓNAME! ¡CONTIGO NO LO PIENSO!
- ¡NO PIENSO SER PADRE CON SIETE AÑOS! ¡LARGO! ¡LARGO!
- Pero Han...
- ¡LARGO!
- Yo... Me... Me gustas de verdad...

Han se queda mudo.

- ¿Ah sí?...
- Sí... ¡TE QUIERO HAN!
- ¿En serio?...
- ¡EN SERIO!
- ¡Y YO! ¡YO TAMBIÉN TE QUIERO!

Los dos empiezan a saltar de alegría.

- Han, eres un amor.
- ¡TÚ SÍ QUE ERES UN AMOR!
- ¿Te enseño a fumar?
- ¡SÍ SÍ! ¡LO QUE SEA POR TI!
- Bien, hecho.

Leia le da un cigarro y se lo pone en la boca. Han coge el mechero y lo fuma perfectamente.

- Pero...
- Papá.
- Ah, vale...

Al acabar el cigarrillo, Han empieza a marearse.

- Cae... Cae...
- Leia... Me encuentro mal...
- Duerme Han, duerme.

Han se tumba encima de ella y se duerme.

- No sabes lo que te acabas de fumar. ¡Jajajajajajajajajajajaja!

Leia lo lleva a la cama para quitarle la ropa y sacarle fotos, pero de pronto empieza a acurrucarse, le duele el estómago.

- ¿Han? ¿Han? ¡Han!
- Ah... Me duele...- Empieza a llorar.
- ¿Han?
- Mamá... Llama a mamá... Mamá...
- Sí, tranquilo. ¿No dirás qué
- No... No diré nada... Por mi novia...

Leia sonríe y Han le acaricia la cara. Va bajando la mano lentamente y Leia llama a su madre.

- ¿¡QUÉ!? ¡YA VOY CIELO! ¡TRANQUILA!
- ¿Qué pasa señora?- Pregunta la sirvienta.
- El niño con el que estaba mi hija está enfermo.
- ¡Mi madre es médico! ¡Puedo llevarle!
- Vamos.
- ¿Mamá?...
- ¡AHORA VOY CIELO!

Cuelga.

Te amo, no lo olvides- HanLeiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora