Escocia, 1922
—Quiero que te marches. —Todo lo que quieras negociar sobre el acceso a tu terreno o al uso de mi casa, hazlo a través de un abogado.
Terry le dedicó una sonrisa que estaba lejos de ser amistosa.
—Estás siendo un poco melodramática, ¿no crees? —se supone que el actor fui yo y no tu —Estás reaccionando con mucha inmadurez. —Sólo porque no te gustó que dijese que proteges demasiado a tu hijo.
Candy se quedó boquiabierta. ¿Estaba hablando en serio? ¿De verdad la había llamado inmadura y sobreprotectora?
—Sólo soy sobreprotectora cuando se trata de mantenerlo lejos de ti —respondió —y para tu información, te diré que no me quedó más remedio que madurar antes de tiempo; es lo que tiene la maternidad —masculló apretando la mandíbula golpeando la mesa con los puños.
—Suele ocurrir cuando se tiene un hijo tan joven —dijo él cada una de las palabras en un tono burlón.
Candy sintió deseos de abofetearlo —Nunca hubiese pensado que pudiera a la misma vez querer y odiar tanto a una persona.
—Vete por donde viniste, Terruce —Vete y no vuelvas más, no permitiré que le hagas daño a Ian; y no se te ocurra pensar que puedes jugar a los papas después de todo este tiempo, no te necesitamos.
—¿Qué te hace pensar que quiero jugar a los papas? —exclamó enfurecido, echando chispas por los ojos—. Él ya tiene padre —respondió tras soltar un bufido.
—¡Eso es lo que tú crees! —espetó Candy furiosa señalándolo con un dedo acusador —Su padre se desentendió por completo de él antes incluso de que naciera.
—Se casó contigo, ¿no? Yo diría que eso prueba que quería ocuparse de él—respondió Terry con el ceño fruncido
Candy retrocedió, sintiendo como si Terry la hubiese abofeteado con una mano invisible.
—¿Es eso lo que te dices a ti mismo? —preguntó ella sacudiendo la cabeza roja de ira —. ¿Que Ian es hijo de otro hombre? —Eres un poco hombre Terruce Grantchester —dijo con temblando de ira.
—¿De qué demonios estás hablando, Candice? —preguntó él confundido ante las palabras de ella.
La tensión se respiraba en el ambiente. —Terry la miraba amenazador mientras ella temblaba por la ira y el resentimiento que llevaba años reprimiendo, unos toques repentinos en la puerta principal, hicieron que Candy diera un respingo, mientras Terry seguía mirándola con el ceño fruncido.
—Deben de ser los de la inmobiliaria.
—Muy bien, pues habla con ellos cuando salgas. —Diles que no hay ninguna necesidad de valorar la casa, porque no está a la venta —dijo ella comenzando a caminar en dirección a la biblioteca cuando Terry se interpuso en su camino, impidiéndole el paso. Agarrándola con fuerza por el brazo.
—¿Qué quieres decir con eso de que, es el hijo de otro hombre?
Candy lo miró fijamente sin tratar de disimular la rabia que sentía.
—No me importa lo que hayas querido creer para descargar tu conciencia, pero lo cierto es que renunciaste al derecho a ocuparte de Ian hace mucho tiempo, y aparecer de pronto para averiguar cómo está no va a solucionar nada. —Me he asegurado de que no tenga ni la más remota idea de quién eres. —Así que no te acerques a él, porque si le haces daño no respondo de mi, Terruce. —Te lo juro, que por mi hijo soy capaz de cualquier cosa.
—¿Me estás diciendo que Ian es hijo mío? —dijo él intensificando el apretón en el brazo de ella
—¡Suéltame, Terruce!
—¡Candice!
—Por supuesto que es tuyo, idiota —afirmó ella sacudiendo la cabeza, estupefacta—. ¿Cómo es posible que no lo sepas? En la carta que te deje te contaba absolutamente todo lo que...
—¿Qué carta?
Nota.
—Candy se sentía destrozada y sola; cuando dio a luz, agradeció a Dios por el regalo recibido, por esa razón no dudó en llamar a su hijo "Ian" que significa "Regalo de Dios"
—¿Con quien creerá Terry que Candy se caso? 😱😱
—¿Por qué Terry creyó que aquel hombre era el padre de Ian?😱😱😱.
Iré un poco despacio chic@s, espero su comprensión y apoyo.
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Recuperando El tiempo perdido
FanfictionDespués de la despedida en las escaleras del Hospital San José, Candy regresó a Chicago con el corazón destrozado, pero semanas más tarde, una noticia cambió su manera de pensar y regresó a New York para recuperar, lo que por su precipitada decisión...