Capitulo III

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Buenos hermos@s , aquí descubriéramos la razón que orilló a Terry, ir a la guerra.

Londres, Inglaterra
Febrero de 1921

Seis meses habían pasado desde que Stair y Terry fueron llevados Escocia, a casa de los Grantchester, seis meses en donde Terry había recuperado sus recuerdos, pero se negaba a hablar del pasado, seis meses en donde Stair finalmente se había recuperado por completo, seis meses en donde la felicidad reinaba en la Villa Grantchester.

—Eleonor donde quieres que pongamos estos baúles —preguntó Xenia.

—¿Que baúles? —preguntó la bella ex-actriz ahora Duquesa de Grantchester.

—Los que trajiste de America en donde guardas las pertenencias de Terry.

Eleonor suspiró —le preguntaré a Terry que quiere hacer con ellas.

—En ese caso —comenzó a decir Xenia —iré por él, creo que está en el cuarto de música con Charlotte.

En cuanto Xenia se marchó, Eleonor abrió el baúl, sabía que era una indiscreción hacerlo sin la autorización de Terry, pero sin saber el por qué, se aventuró a hacerlo.

El corazón de Eleonor se estremeció al encontrar entre las cosas un ramillete de Cartas de Candy, una pequeña armónica con las iniciales C.W.A y un sobre sellado con las mismas iniciales.

Tomó el sobre entre sus manos y estaba a punto de cometer la peor indiscreción cuando escuchó la voz de Terry junto a Charlotte acercándose a la estancia en donde ella se encontraba.

—Madre, me mandaste llamar.

—Oh Terry, cariño —saludó ella con una cálida sonrisa —Que quieres que hagamos con tus pertenencias de New York.

—Creí haber sido claro contigo antes de partir al frente —dijo el castaño con el ceño fruncido —te dije que recogieras todas mis pertenencias de departamento y te deshicieras de ellas, que no me interesa nada de lo que había allí.

—Pero Terry hijo, aquí hay unas cartas, una armónica de Candy.

—Cuantas veces tengo que repetirte que no menciones más ese nombre en mi presencia, tu y el inventor ya están acabando con mi paciencia.

—Pero Terry..

—¡Basta! No más—gritó el castaño.

—¿Candy? Es acaso la misma chica del colegio San Pablo —preguntó Charlotte con inocencia.

Terry cerró los ojos y apretó la mandíbula—¡Si!—fue su seca respuesta.

—Por que no quieres saber de ella Terruce, hasta donde sé renunciaste a todo por ella —preguntó confundida.

—Charlotte, pequeña —dijo Terry conteniendo su rabia —hay cosas que simplemente pasan y cuando lo hacen te das cuenta que las personas no son lo que parecen ser.

—¿Que quieres decir con eso?

—Olvídalo—respondió el castaño revolviendo ligeramente su cabellera castaña de su hermana menor.

—Terry, aquí hay una misiva de —Eleonor se detuvo para ver la reacción de su hijo —ya sabes de quién—dijo sin mencionar el nombre —está sellada aun, creo que debes leerla —extendió la mano entregándosela.

Terry se rehusó a tomarla —Quémala junto con todo eso —dijo señalando el baúl, para luego darse la vuelta y marcharse del lugar.

—¿Lo quemarás? —Preguntó una sorprendida Charlotte ante la reacción de su hermano mayor.

Recuperando El tiempo perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora