Capitulo II

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Londres, Inglaterra

Después de recibir una de las mejores noticias de su vida, Richard Grantchester partió a Inglaterra, muy temprano la mañana siguiente; tenia que conseguir una licencia especial y quien mejor para otorgársela que su primo su majestad George Frederick Ernest Albert mejor conocido como Jorge V.

Tan pronto como llegó, el rey Jorge V lo recibió y se alegró en gran manera al escuchar y ver a su primo tan feliz después de tantos años

Desde antes que Eleonor llegará, Richard le había manifestado su deseo de hacer su esposa a la bella actriz de Broadway; el rey Jorge V conocía la historia de su primo, pues antes de ascender al trono, fue su padre quien junto a su tío Gregory Grantchester, padre de Richard, habían separado a su primo de la mujer a quien él verdaderamente amaba.

Para aquellos años, Richard y él eran más que primos, eran casi hermanos y los mejores amigos, viajaban juntos e hicieron juntos muchas locuras, entre ellas, Jorge fue uno de los testigos de Richard en su enlace matrimonial con Eleonor, e incluso fue él quien propuso que viajaran a Gretna Green.

—Jorge, ahora que tengo la licencia especial firmando por ti, tengo un pequeño problema.

—¿A que te refieres?

Mientras Richard le contaba a detalle a lo que se refería, su majestad el rey Jorge V, se dejó envolver por los recuerdos.

Flash Back.

—Jorge, amo a Eleonor y no quiero alejarme de ella.

—Richard, yo te entiendo, pero sabes perfectamente que mi tío jamás te dará el permiso para que te cases con ella.

—No necesito el permiso de mi padre para casarme con la mujer que amo, soy mayor de edad y puedo hacer con mi vida lo que me plazca.

—En eso te equivocas Richard, tu, al igual que yo, sabes que para este paso si necesitamos el consentimiento de nuestros padres, que debido a la preservación de nuestro linaje debemos casarnos con las mujeres que han sido elegidas para nosotros.

—Por Dios Jorge! No somos una manada de ganado para que se nos hable de preservar nuestro linaje, odio todo esto y si tengo que dejar todas las comodidades que mi apellido y el estatus social que gozo en este momento y me toca vivir una vida de plebeyo y trabajar como lo hace cualquier hombre, pues lo haré, no tengo ningún problema en ello, sabes que tengo estudios y hablo varios idiomas, no será difícil para mi conseguir algo digno para salir adelante junto a la mujer que amo.

—Te comprendo, pero recuerda que nuestras familias ya ha arreglado nuestros matrimonios y no hay nada que nosotros podamos hacer.

—Tu lo dices tan tranquilamente porque tu futura esposa es Mary, en cambio, mi padre no sé en que estaba pensando cuando aceptó ese absurdo contrato prenupcial con los  Gordon, tu mismo me has dicho que lo fea que es Margot Gordon.

Jorge hizo una mueca de asco al recordar a la regordeta Margot Gordon

—Bien! En eso tienes razón y veo que no podré persuadirte que cambies de idea —dijo mirando fijamente a Richard —este negó con la cabeza —está bien, en ese caso, te ayudaré, viajaremos mañana por la madrugada a Gretna Green.

—¿A Gretna Green? Y porque debemos ir hasta allá si puedo casarme aquí.

Jorge rodó los ojos —Richard, tal parece que el amor ha desgastado tu cerebro y en vista que has olvidado ciertos detalle, te refrescaré la memoria con parte de la historia Inglesa.

Recuperando El tiempo perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora