[quiero dejar claro de antemano que estos imaginas son pura ficción, es decir, la personalidad que les pongo a los chicos no tiene porqué ser la de ellos realmente, muchas veces las modifico para moldearlos en la trama]
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Para la mayoría de gente aquella noche era como otra cualquiera, oscura, tranquila y sin ningún acontecimiento extraño.
No para Byeol.
Byeol caminaba por las tranquilas calles de Seúl. Toda la ciudad estaba despierta a pesar de ser de madrugada. Por su alrededor pasaban grupos de adolescentes riéndose, otros borrachos; gente mayor sentada en los bancos mientras bebían lo que parecía ser Soju. Casas de apuestas incitando a la gente, convirtiéndola en ludópata. Bares ajetreados. Discotecas que vibraban por el volumen de la música. Pero dentro de la desorganización había un orden que podía llegar a ser satisfactorio de ver.
Byeol no dejó de caminar hasta llegar al mar. Se sentó en la fina arena de este y miró a lo lejos, observando cómo las olas se rompían al llegar a la orilla. El sonido acompasado de estas olas entraban por los tímpanos de ella, mientras se iba relajado e iba cerrando los ojos, dejando fluir todos los pensamientos a flor de piel.
Hacía casi 48 horas de los acontecimientos que la habían dejado rota.
48 horas antes
La música sonaba por todos los huecos de la casa repleta de adolescentes con las hormonas a flor de piel. No hacía mucho que las clases habían acabado y había que celebrarlo por todo lo alto.
Byeol bailaba como si la vida fuera a acabar el día siguiente. Saltaba y bailaba con un compás ligero, mientras sus amigas, también animadas, se unían a ella.
Era su noche y no quería que nada lo estropeara.
Fue a la cocina a buscar algo para beber. Tuvo que esquivar a varias personas, varias parejas comiéndose la boca mientras ella intentaba no molestar. Cuando llegó a la cocina vio a una pareja dándose cariño efusivamente. Los ignoró por completo y cogió su vaso, mientras se quedaba descansando en la encimera de la cocina. Vio a toda la gente pero no vio a su novio.
YeoSang hacía rato que se había ido de su lado con la excusa de estar con sus amigos haciendo quién sabe qué. No lo volvió a ver más en toda la noche. Se extrañó un poco pero tampoco quería preocuparse, al fin y al cabo entendía que quisiera estar con sus amigos igual que ella estaba con YeJi y MiNa. Pero en un hueco de su corazón sentía que algo iba mal.
Bajó de la encimera y se fue con sus amigas a seguir bailando pero por su lado pasó todo el grupo de YeoSang. Pudo llegar a escuchar como uno de ellos, WooYoung, el mejor amigo de YeoSang, hablaba:
―No sé, chicos, me da pena, no se merece esto.
Su corazón se encogió un poco más.
No era que desconfiara en YeoSang, confiaba con él con toda su alma y cuerpo, pero era muy insegura y ya había sufrido mucho en relaciones anteriores. Sabía que YeoSang era diferente pero cuando escuchó eso de WooYoung no pudo evitar hacer caso a su instinto e ir a buscarlo.
