choi san

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[Soy consciente que hace muchísimo que no actualizo. Realmente no he tenido ni la motivación, inspiración ni las ganas de hacerlo. Probablemente este imagina no es el mejor que he escrito hasta el momento pero estoy segura que no puedo hacer un mejor trabajo y quiero cerrar ya este conjunto de imaginas (la continuación del de YeoSang). Aún así, he intentado hacer lo máximo que he podido. Intentaré actualizar más seguido. Quiero volver a repetir que me sabe muy mal y, de verdad, muchísimas gracias por todos las visitas, estrellas y comentarios, aunque tarde en contestar los leo todos y me alegran la vida. Os lo agradezco mucho, es que no me lo merezco.]


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Los dos humanos se quedaron viendo al chico castaño que estaba tirado en el suelo. Su respiración era bastante entrecortada.

―San, como te hayas cargado al chico te juro que de aquí no sales vivo ―MiJeong, su compañera, lo miró amenazantemente.

―Mi, está respirando ―San no la miró en ningún momento.

La chica suspiró y se levantó de su sitio, estirando las piernas y los brazos. Mirando al horizonte se empezaba a arrepentir de todas las decisiones que habían tomado desde el minuto en que Noche despertó. Bufó antes de dirigirse a San.

―Repíteme por qué estamos haciendo todo esto.

San suspiró fuertemente.

―Por tercera vez: porque mi jefe me prometió subirme de cargo si conseguía parar al bicho raro ese.

―¿Y por qué estoy yo involucrada?

―Porque necesito que alguien se cuele en la torre para conseguir pistas y saber dónde atacar ―se giró por fin para mirarla directamente― y quién mejor que elegirte a ti que te puedes hacer invisible. ―sonrió inocentemente.

Ella se lo quedó mirando, arrepintiéndose de la primera vez que se conocieron. Antes de poderle responder se escuchó un jadeo del chico inconsciente y este rápidamente se levantó, mirando a sus alrededores desconcertado.

San sacó una pistola y apuntó justo en la frente del chico castaño, quedándose este paralizado.

―¿Quiénes sois y dónde estoy? ―preguntó asustado.

―Primero responde tú ―le dijo San―, eres un guardia, ¿verdad? Estabas vigilando la torre.

El chico empezó a entender las cosas.

―¿Qué? No, no ―se frotó los ojos para despertarse―. Estaba esperando a que Lum saliera de la torre para darme la señal en la torre. Estamos en el ejército.

―¿Sois del ejército? ―MiJeong se quedó sorprendida.

San se quedó desconcertado, preguntando qué quería decir eso.

𝐀𝐓𝐄𝐄𝐙 𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora