𝐀𝐓𝐄𝐄𝐙 𝐈𝐌𝐀𝐆𝐈𝐍𝐀𝐒

choi jongho

[Soy plenamente consciente que ahora tocaría un imagina de WooYoung, pero la verdad es que estoy teniendo problemas con la idea que se me ocurrió y me está costando escribirlo, pero el de JongHo ha sido muy fácil así que me apetecía subirlo antes. El próximo ya será de WooYoung]

Como si de un día normal se tratase, JongHo iba caminando por la tranquila calle, disfrutando del amanecer que se asomaba por el horizonte, pintando el cielo con suaves trazos rosáceos y dorados. JongHo se quedó hipnotizado, esas luces siempre le provocaban cierta serenidad. Siempre intentaba recordar y memorizar cada aspecto del cielo con la esperanza de pasar a otro día y ser capaz de comparar los cielos. Era la única cosa en aquel momento que le mantenía la mente suficientemente ocupada para no pensar en lo que se venía avecinando.

JongHo llevaba ya demasiado tiempo allí. ¿20 años? ¿30, tal vez? Ya no se acordaba, había perdido la cuenta. Nunca antes nadie había estado tanto tiempo, lo máximo podía ser 10 años, pero la gran mayoría se iba a los pocos meses o hasta tres años. Cuando apareció ahí por primera vez, no tenía miedo. No se ahogaba con la sensación de volver a irse y empezar una historia de nuevo. Simplemente, sabía que era cuestión de tiempo. Pero los meses iban pasando, él empezó a actuar como si de nada se tratara, intentó llevar una normalidad dentro de lo que cabía. Y el miedo empezó a surgir. Se estaba acostumbrando demasiado a ese lugar, le estaba pillando cierto aprecio y esperaba con ganas el siguiente día. Cuantos más años añadía, la sensación de ahogo se apoderaba de él. La misma sensación que llegó a sentir cuando estaba en el otro lado y contaba los días para irse.

No tenía un rumbo fijo, simplemente iba caminando disfrutando de las vistas. Fue cuando llegó a un lago rodeado de abundante vegetación que todo se empezó a nublar y ennegrecer. Las piernas le fallaron y sintió un cansancio repentino. No podía enfocar la vista, intentó sujetarse antes de caer en el tronco de un árbol pero nunca llegó a tocar la dura corteza de este. No pudo aguantar su propio peso y cayó, perdiendo la noción de cualquier sentido que le quedaba. Se sumió en una negra pero pacífica tranquilidad.

Cuando abrió los ojos y vio una gran luz cegadora, pensó que por fin todo su sufrimiento había acabado, pero cuando dos cabezas se asomaron y aparecieron en su campo de visión, todo se rompió. No podía abrir bien los ojos, pero eso no le impidió resoplar. Cierta parte de él esperaba haber visto la luz y haber dejado ya ese lugar al cual se estaba encariñando demasiado. TaeHee le sonrió levemente, una sonrisa que le intentaba reconfortar pero a la vez sentía pena. TaeHee sabía por lo que estaba pasando y también deseaba que JongHo pudiese alzar el vuelo de ese endemoniado sitio, pero esa situación le entristecía; no sabía por cuánto más tiempo podía él soportar la situación.

―¿Cómo te encuentras, tío? ―Ahora era WooYoung quien estaba en su campo de visión.

―Me siento un poco raro ―se sinceró JongHo―, como más ligero. Más ligero de lo normal.