Capítulo 10

13 2 0
                                    

Me dormí viendo mis estrellas, me dormí vestida y maquillada. Desperté a las 6:45, iba tarde. Tenía cálculo. Mierda. Me duché, 5 minutos, tiempo récord  y salí.

Llegué segundos antes que el profesor.

— Cuadernos afuera, lápiz y goma para sus errores porque estoy seguro de que los tendrán.

La clase entera hizo lo que él dijo. Nos explicó cosas aburridas de matemáticas. En fin, fueron 2 horas de eso, para mí no era difícil, así que terminé antes y salí antes que todos. Seguía clase social. 

En esta clase no había mesas, sólo sillas. Era un círculo.

La maestra era una señora mayor, de unos 40 años, con el cabello recogido en un moño, sin un pelo fuera de su lugar. Llevaba pantalones de vestir y una blusa blanca igual de vestir. Nos pidió que nos sentáramos y se presentó. «Profesora Collins». Ansel llegó minutos después que ella y no me fijé dónde se sentó, no me sentía con ganas de hablarle ni verlo.

—Muy bien, chicos. Para conocerlos mejor, me van a decir sus nombres y qué les gusta hacer.

Y así, 15 chicos antes de llegar a mí se presentaron y cuando fue mi turno sólo dije:

— Zoey. Leer.

10 antes de llegar a Ansel y lo que él dijo fue:

— Ansel. Pintar.

¿Pintar? ¿Ansel pintaba? ¡Ansel pintaba! Era algo que no sabía.

El resto de la clase la profesora Collins habló sobre la convivencia. Cuando sonó el timbre, tomé mi mochila rápido y salí disparada.

La última clase era biología. Esa la tenía con Frank, quien al verme se sentó a mi lado. Frank desprendía una energía increíble, siempre sonreía y tenía unos dientes muy blancos.

— ¡Hola Zoey!

— ¿Qué hay, Frank?

— Nada, me las arreglo para llevar una vida de papacito.

Reí.

— ¿Y tú, Zo? ¿Qué tal van los vientos?

— Hay unas pequeñas tormentas en mi cielo.

Frank hizo un sonido como «tssss», y asentí.

— ¿A qué se debe?

— Dos problemas.

— Déjame adivinar, uno empieza con «N» y termina con «At», otro empieza con «An» y termina con «Sel».

— ¿Estás enterado?

— Demonios, sí, ayer en la noche pasaron una hora discutiendo. Mierda, tuve que ponerme guisantes en los oídos. «Zoey esto, Zoey lo otro».

— ¿Qué decían?

— Pues Ansel dijo algo así como “No te le acerques” y Nat respondió algo como “No eres nadie para prohibirle que me hable” y yo dije algo como “Mierda, vayan al baño a resolver sus asuntos, ¡Tengo que dormir para seguir hermoso!”

Reí, pero no del todo. Habían discutido. Por mí. Mierda. Pero, ¿para qué me preocupaba? Ya había arreglado las cosas con Ansel, claramente después de esa discusión.

Llegó el maestro y comenzó la clase.

Comí con Lily, Becca estaba con aquél chico Todo-músculos-hiper-cogedor. Lily me contó que en literatura conoció a un chico llamado Peter, y que habían quedado para salir a caminar más tarde, dudé que Becca llegara después de la comida, así que tendría el cuarto para mí sola.

StartfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora