Capítulo 14

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Necesitaba salir urgentemente, no podía estar en la habitación todo el día. Fui al comedor para hacer la tarea de español, una narración sobre algo que nos guste.

Entré al comedor y como no era hora de comer estaba casi solo. Perfecto. Saqué mis apuntes y comencé a hacer la historia.
«Sabido es, por siempre, que he de tener letras hasta el último de mis días.
Yo vivo para ellos, ellos existen para mí, y con placer los disfruto.
Me encuentro aquí rodeada de puros vacíos, y él, sólo él podría llenarlos, pero ¿cómo? Amándome, ¿Cómo más?, pero, es obvio ya no está. Y no es poesía es simpe desahogo.»

Alguien se sentó enfrente de mí y como acto reflejo levanté la vista.

-¡Hola! -dijo Frank.

-Hola.

-¿Tarea?

-Um, sí.

-Y, ¿Cómo te va?

-Muy bien, de hecho. ¿Y a ti cómo te va?

Se quedó en silencio un rato y...

-¡MAL! ¡MUY MAL! No he salido con ninguna chica, y Becca ni me mira, ¡ESTO ESTÁ MAL!

-¿Es enserio? ¿Quieres que Becca te volteé a ver?

-Sí... Es tan sexy.

Se me revolvió el estómago.

-Podría... -comencé a decir- podría hablarle de ti, y quizá, sólo quizá te voltearía a ver.

-¿De verdad? -dijo sonriendo.

-Claro.

Me abrazó por encima de la mesa, demasiado fuerte diría yo.

StartfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora