Capítulo 11

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Así pues, cuando me tocó geografía me senté detrás de Nat, pero al parecer no se percató de mi presencia. Actuaba muy natural, distraído. Un chico le saludó, pero eso fue todo, no hablaba con nadie. Cuando llegó el profesor, sacamos la libreta y escribimos algo de la pizarra. En cuanto acabé, saqué la nota por debajo de mi mesa, lo comparé con la letra de Nat...

Pero no. La letra de Nat era más pequeña, casi minúscula. Era ancha, y la de la nota era más larga.

Sólo me quedaba un sospechoso.

En literatura me senté atrás de Ansel. Me miró y me sonrió sin ganas. Ouch. La señorita Paper nos habló sobre Edgar Alan Poe. «Tomen nota», así que estuve atenta a la libreta de Ansel.

Ya sabía todo sobre Poe así que no necesitaba poner tanta atención, sólo fingir que lo hacía.

Casi terminaba la clase y Ansel no había escrito nada.

Al final escribió una cosa:

«Alan Poe, Narraciones Extraordinarias, ¿es bueno?»

Saqué el papel de la nota y rápidamente comparé.

Eran iguales.

Letra larga y mediana.

Ansel me había escrito la nota.

En la comida me senté frente a Lily, quien estaba con otro chico (¿Peter?), quería contarle el descubrimiento pero con Peter ahí no podía.

- ¡Zoey!, él es Peter.

- Hola, Peter.

- Hola Zoey.

Ellos siguieron charlando, la verdad no les puse mucha atención, sólo podía pensar en una cosa: la nota. Miraba nerviosa la entrada del comedor hasta que apareció Ansel. Me miró sin expresión y se dirigió hacia la barra de comida. No podía dejar de verlo. Era algo así como un concurso de miradas, entonces Frank llegó con él y le dio un golpe en la espalda, se puso a charlar con él y el concurso se rompió, pero gané yo. Pude ver un poco de dolor en sus ojos.

¿Cómo sabía Ansel que había acabado en ese instante el libro? ¿Cómo sabía que estaba leyendo ese libro? Entonces llegó Becca a la mesa, traía ojeras y no se había maquillado bien.

- ¿A qué hora despertaste? -pregunté.

- Hace unas... dos horas. Dios, la cabeza me mata.

- ¿Dormiste bien? -dije con malicia.

- Ja. Ja.

- Se supone que el sexo se debe disfrutar -le dije.

- Ese tipo es una bestia. ¡Casi me parte en dos!

-No me interesa saber sobre tus noches pasionales -le dije.

Comenzó a sobar sus sienes y se recostó sobre la mesa. Cuando se levantó miró a Lily y a Peter con el ceño fruncido.

- ¿Quién es él?

- Peter... amigo de Lily.

- Claro, amigo.

Los miré y sonreí. Era lindo ver a dos personas enamoradas, cómo se miran, porque sus miradas lo dicen todo. Me pregunté si algún día yo estaría así con alguien.

Me gustaría.

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