My SoulMate

Epilogo

Hola! Aqui vine con el ultimo capitulo de esta historia!

Muchas gracias a todos los que leyeron mi historia! Gracias por sus votos, comentarios y lecturas.... De verdad se les quiere!

Pero ya saben que Yugioh no me pertenece asi que ha leer!

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Epilogo

Habian pasado los años y muchas cosas habian cambiado en ese tiempo, principalmente las leyes a nivel mundial. La primera y mas importante era que habian logrado con mucho trabajo que se prohibiera la caza de los hibridos, y mas prohibidas aun estaban las practicas crueles que antes se hacian. Si bien aun se permitia la tenencia de estos como mascotas en algunos casos, pero no estaba permitido el maltratato hacia ellos y de comprobarse que de hecho habia maltrato podrian incluso encarcelar por años a dicho Beta.

A los que querian se les daban estudios basicos e incluso trabajo donde antes eran obligados a hacerlo, los Alfas eran pagados por cuidar los lugares y los Omegas cuidaban las casas de algunos Beta, sin que pueda haber maltrato de parte de sus patronos. Aunque claro la gran mayoria preferia vivir en la libertad de los bosques y sabanas, ayudando algunas veces a los Betas ya que no vivian con el miedo que antes tenian.

Habia sido mucho trabajo claro el que ese miedo se perdiera en los hibridos, pero gracias al trabajo de centros como el de Seto que liberaban a varios hibridos aptos para vivir libres y con el conocimiento de que ya no serian cazados, se fue corriendo la voz de que podian vivir con traquilidad sin temor a los Betas. Claro hubo uno que otro problema para que llegaran esto, como algunos Betas obtusos que no querian dar su brazo a torcer o hibridos traumatizados que no confiaban para nada en los Betas y entropecian el trabajo que intentaban hacer, pero todo eso poco a poco se soluciono rapidamente.

No quiere decir que no existan los cazadores, pero al estar prohibido eran menos descarados y mas cuidadosos de lo que hacian, ya que el hibrido que los asesinara en defenza propia no eran castigado de ninguna manera y de descubrirlos alguien podria denunciarlos. De alli que muchos de los cazadores hayan renunciado a sus practicas y los que quedaran no contaran con demasiado exito, ni siquiera era rentable hacerlo ya que nadie iba a pagarles por los pobres que secuestraban cuando de querer un hibrido podrian adoptarlo de buena manera.

Los años habian pasado para bien ya que mejor mucho la calidad de vida de los hibridos, con los cambios de leyes y el trabajo de los centros se cambio mucho de la mentalidad cerrada que tenian la mayoria de los Betas. Por otra parte la vida de unos ciertos hibridos podria decirse que no cambio tanto, solo lo suficiente como era lo usual cuando pasaba el tiempo, los seis aun vivian junto a muchos de los cachorros en la reserva ya que cuando los del centro les dieron la oportunidad de ser libres prefirieron quedarse alli.

Ryou y Bakura por que ya estaban demasiado acostumbrados al centro como para buscar otro territorio donde vivir, ademas de que les gustaba el sitio. Ryou tampoco era que queria despedirse de Akefia y el ayudaba en el centro, a veces habian visitas guiadas que se hacian por la reserva y si habia niños el era el primero que iba a jugar con dichos niños junto a algunos de sus cachorros. Bakura no hacia eso pero si se quedaba lejos cuidando de todos y de vez en cuando accedia a regañadientes en dejarse acariciar por algun pequeño curioso.

Sus primeros cinco cachorritos ya tenia 8 añitos, y despues habian tenido una segunda camada con la cantidad increibles de 10 cachorritos los cuales ya tenian 3 años. Yugi y Yami tambien vivian con ellos al no querer separar a la manada que tan unida estaba, de vez en cuando el Omega tricolor se acercaba a donde Ryou jugaba con los niños Betas y se unia al jugo recibiendo muchos mimos al ser un gatito tan bonito. Yami si preferia mantenerse alejado de los niños, la primera vez que de curioso fue con su Omega quedo tan atontado y relajado de tantas caricias que hasta la panza andaba mostrando para que se la acariciaran.... Bakura aun no le dejaba en paz con eso y el aun no podia dejar de morir de verguenza.