Abrió los ojos con lentitud a una luz tenue que brillaba a un costado. Estaba rodeado por telas blancas que se agitaba ligeramente por un viento que venían de algún lugar cercano. Se encontraba en una especie de túnel rodeado por paredes móviles.
Del otro lado escucho voces hablando en susurros y ruedas deslizándose sobre el piso, pero toda actividad se llevaba a cabo con cuidado y en el mayor silencio posible.
Un olor intenso le recordó cuando de pequeño se lastimó la rodilla y lo llevaron al doctor del pueblo para sanar la herida. Trató de ponerse de pie sin lograrlo, lo intento de nuevo con fuerza y esta vez se dio cuenta de que no estaba en un túnel, sino dentro de un armazón blanco, con los brazos y las piernas extendidas y abiertas hacia los lados. Jungkook comenzó a angustiarse, pero afortunadamente sus ojos cerraron por el peso de los párpados y se quedó dormido otra vez.
Cuando volvió a abrirlos, se encontró con el rostro de V que lo observaba preocupado.
—¡señorito, ya te despertaste!, con razón el doctor dijo que ya estabas fuera de peligro, pero todavía tienes que cuidarte y por eso... — Jungkook sonrió satisfecho. Ah, el castañito había regresado. A sus oídos llegaba la voz del niño, pero no podía entender la avalancha de palabras. Sintió una pequeña mano se posaba en su frente y soñó que era un pájaro con alas grandes, de plumas blancas que volaban por un cielo azul pero de repente el cielo se volvió gris y un rayo cayó sobre él y lo lanzó hacia el suelo. Gritó asustado.
—no pasa nada, pero no te duermas nuevamente — el castañito le acariciaba suavemente los cabellos — parece que te dan pesadillas ¿no?
V, como siempre adivinando lo que a él le sucedía. Jungkook entrecerró los ojos y le observó con detenimiento, se veía extraño y no se parecía al V que conocía, pero era él con toda seguridad porque su voz sonaba igual.
—¿que me ves? — preguntó V y se contestó a sí mismo —: ¡tu vejez! — como lo hizo aquella ocasión cuando apenas se conocieron.
El castañito rió y Jungkook hizo una mueca. V estaba peinado y tenía el rostro limpio. También vestía ropa diferente, "ropa nueva", pensó el niño. Le hubiese gustado poder agacharse para ver su tenía zapatos nuevos, sin las puntas abiertas.
—¿que paso?, señorito,¿cómo te sientes con tu traje de yeso? —preguntó burlón el castañito
—¿y tú, V? Ahora también te ves como un señorito, con ropa nueva — su voz salió extraña y diferente, como si fuese otra persona la que hablaba.
El castañito se levantó de la silla donde estaba sentado y camino por la habitación, haciendo sonar con fuerza las suelas de sus zapatos.
—¿escuchas? ¡nu-e-ve-ci-tos!, me los compraron como premio, son míos desde la tienda y nadie los ha usado — Jungkook trató de incorporarse para ver los zapatos de charol negro. El esfuerzo lo dejó cansado, apoyó otra vez la cabeza sobre la almohada y cerró los ojos sin decir nada. —¿no te gustan? — V sonó decepcionado — también tengo otros, unos deportivos azules con blanco, con suelas grandotas de caucho — intento presumir —¡si vieras como corro con esos!, pero estos son de señorito, o sea, de modelo... —
Jungkook frunció la frente. Lo dicho por V le hizo recordar la última vez que le vio. —oye, ¿qué pasó con eso de la película y todo eso? —notó que podía hablar con mayor facilidad de antes.
El castañito volvió a sentarse, cruzó las manos sobre las rodillas y suspiró — es toda una historia, cuando estábamos a medio camino al sitio donde me llevaban, me entró un enojo tremendo, también ayudó un poco lo que tu dijiste... — y V se detuvo, le daba vergüenza que los gritos desesperados de Jungkook habían influido en sus actos — bueno, tú me pediste que no me fuera con ellos — susurró — entonces decidí no irme y te lance mi bolso por la ventana con todos mis ahorros y mis cosas esperando que tú lo recogieras, y en una esquina mientras estaba el semaforo en rojo, abrí la puerta de la camioneta y ¡zas! —hizo énfasis en el "zas" — salte y corrí, corri y corri. La tipa gritaba y gritaba insultos y cosas, el hombre se bajó de la camioneta y se puso a perseguirme, pero yo corrí más rápido que él y me escapé.
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Lágrimas de Ángeles «KOOKTAE»
Ficción Generalalguna vez te has preguntado ¿cómo viven los niños de la calle? ¿que si se pueden enamorar? ¿que peligros corren afuera? ADAPTACIÓN Creditos a Edna Iturralde Agosto 2019