IV. 𝐓𝐎𝐃𝐀 𝐔𝐍𝐀 𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐀

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Ai se quedó con Kokoro para consolarla.

─¿Pasó algo malo como para que te pusieras así?

Kokoro se mantuvo callada.

─No te asustes en decírmelo, como dicen todos, eres nuestra amiga y tenemos el deber de asegurarte de que estés bien.

─Yo... volví a ser amenazada por mi padre...

─¿Qué te dijo?

─...

─Mira, para que te sientas mejor, yo también sufro problemas familiares, tengo a una tía apunto de morirse por el cáncer, una tía a la que siempre acudía cuando ocurrían cosas horribles en mi casa, mis padres viven peleando por la falta de dinero. Papá vive todos los días yendo al bar a beber y a intentar suicidarse. Mi pobre vecino tiene que vivir vigilando que no intente nada. Mamá me vive golpeando por "ser mala hija"... Es todo un tema─ dijo con seriedad.

─Oh, lamento mucho tu situación, Ai, pero ¿por qué me alegraría escuchar eso?

─Digo... para que puedas entrar en confianza con alguien que también sufre. Yo entiendo a la perfección todo esto, porque varias veces me ha sucedido. Ahora ya ni me ponen atención, pero lo he vivido, y sé que es horrible, porque ni puedes dormir.

─Sí...

─Entonces dime, ¿qué te dijo tu padre?

─Mira, yo nunca le avisé que iba a ir a la casa de Urabe, porque si se entera que fui a pasar la tarde con chicos, me mataría. Es capaz.

─Pero estamos Kumiko y yo, no estás sola con cinco hombres.

─Bueno, sí, pero también desconfía en mí y cree que un día voy a pedir ayuda para que ya no me golpee más. Por eso no quiere que tenga amigos...

─Qué hombre más... ¿puedo decirlo?

─Adelante.

─Hijo de puta. ¿Cómo te va a hacer eso?

─Él toma demasiado alcohol, se droga, y ha tenido líos con los vecinos. La policía lo ha llevado a prisión varias veces, solamente por unos meses. Me tenía que quedar con una vecina.

─¿Y tu madre...?

─... no está. Es lo único que te puedo decir.

─Oh... ¿No tienes tíos, abuelos, nada?

La rubia negó con la cabeza.

─Los únicos abuelos con vida que tengo viven en Alemania, y no sé de la existencia de ningún otro familiar.

─Mira, yo te invitaría a vivir en mi casa, pero mi entorno familiar es más o menos como el tuyo, entonces no da...

─Muchas gracias por preocuparte por mí, Ai, enserio─ sonrió levemente.

─De nada. Al fin encuentro a alguien igual a mí. Kumiko es una gran chica, pero tú compartes similitudes conmigo, desde el color de ojos hasta nuestra situación familiar.

─Es cierto, jeje. 

─¿Qué te parece si antes y después de las clases vamos a esa cafetería y comemos dorayakis?

─¿Nosotras dos solas?

─Sí... porque Kumiko y los demás vienen de muy lejos, y no creo que Nitta quiera, además, como está en una relación con Kumiko, no creo que nos dé mucha bola.

─Los dos hacen bonita pareja, ¿no crees?

Ai la miró con total seriedad.

─¿P-pasa algo?

𝗠𝗜 𝗡𝗢𝗩𝗜𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢 𝟮 ❱ 𝗖𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora