XX. 𝐍𝐎𝐒 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐆𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒 (FINAL)

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(Créditos a lilyanimefan76 por la bella imagen ♥)


El año lectivo ya estaba por terminar. Urabe, Kishida, Nakayama, Nishio y Kokoro superaron la muerte de Ai. Trataban de no mencionar su nombre para que no vuelva ese recuerdo de su muerte a sus memorias, pero Kumiko y Nitta eran un caso aparte...

Kumiko lloraba día y noche unos meses atrás. Ahora estaba con la mirada apagada en cualquier lado, pero llorar, solamente lo hacía a la hora de dormir, y en la ducha.

 Ahora estaba con la mirada apagada en cualquier lado, pero llorar, solamente lo hacía a la hora de dormir, y en la ducha

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Nitta, por otra parte, solamente estaba serio. Casi no lloraba, pero miraba a la mismísima nada. Se sentía muy culpable por todo lo que le ocurrió a Ai.

Siempre que ambos se reunían, más que hablar, reírse, e incluso besarse, lloraban abrazados, trataban de consolarse el uno al otro, pero lo cierto es que el dolor de la pérdida de la peliblanca persiste en ambos, y parece que nunca se va a ir

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Siempre que ambos se reunían, más que hablar, reírse, e incluso besarse, lloraban abrazados, trataban de consolarse el uno al otro, pero lo cierto es que el dolor de la pérdida de la peliblanca persiste en ambos, y parece que nunca se va a ir...


Kokoro, por su parte, pudo superar a Ai gracias a la nueva "familia" que formó con Urabe y sus padres. Pasó de vivir en una casa pequeña (aunque ella nunca se quejó del tamaño de su casa), mugrienta y con olor feo, sufriendo las agresiones de su padre, a vivir en una casa promedio (que para ella era como vivir en una mansión), con buena higiene, comida, el amor de los dos padres de Hanji, y poder estar con él veinticuatro siete. Seguía amándolo, pero ahora no eran más que "hermanos", podrían considerarse como tal.

Los dos pudieron superar la pérdida de la peliblanca estando juntos. El simple hecho de vivir juntos fue un cambio radical en sus vidas. Para Urabe, significó tener una compañera de cuarto, y de casa en general, una "hermana", y para Kokoro significó el camino a la libertad.

El día en que Kokoro volvió a su casa luego de ser dada de alta (además de ser agredida por su papá por haber desaparecido por días, y por haberse cortado el cabello sin su permiso), esperó a que fuera de noche para empacar sus cosas más importantes, en silencio absoluto. Le escribió a Urabe para que pasara por su casa en el auto, y poder irse de ahí sin que su padre se diera cuenta. Satoshi, el padre de Hanji, y él, la sacaron de ese infierno.

𝗠𝗜 𝗡𝗢𝗩𝗜𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢 𝟮 ❱ 𝗖𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora