𝗠𝗜 𝗡𝗢𝗩𝗜𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢 𝟮 ❱ 𝗖𝗧

X. 𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐓𝐄𝐍𝐒𝐀

Ai estuvo dos semanas sin ir al colegio. Se resguardó en la casa de su difunta tía, porque su casa ya no era suya. Esa casa le traía recuerdos de cuando estaba pasando momentos muy difíciles en su hogar, y Tamie la consolaba y le daba todo lo que sus padres nunca le dieron. Ahora la veía y sentía un enorme vacío, un sentimiento de pérdida, toda la vida sintió eso. Ponía un pie en cualquier habitación de la casa de su tía y era como ver una película teñida de sepia y con una melodía triste. Nunca más volverá a ver la cara de Tamie, que le transmitía muchísima paz, nunca más volverá a tomar su mano, nunca más volverá a abrazarla, nunca más volverá a romper en llanto en su pecho... Nunca más volverá a sonreír.

El director del colegio llamó a la casa de Tamie para preguntar por Ai. Siempre la llamaron a ella, porque los papás de la peliblanca nunca se preocuparon por sus estudios, y como necesitaba de un adulto, sólo podían confiar en la tía de Ai. Esta vez, respondió ella al teléfono. El director le dijo que no podía seguir faltando tanto, o sino perdería el año por faltas, y sus notas no eran muy buenas que digamos. Ella le dijo que al día siguiente iría al colegio a hablar con él personalmente sobre el tema.

Él nunca supo que Ai sufría violencia doméstica en su casa, y ahora lo sabrá.

Ai volvió al colegio, vistiendo una sudadera azul oscura, una minifalda negra, unas calcetas por encima de la rodilla del mismo color, y unos zapatos blancos. Traía unos audífonos, donde escuchaba sus tres canciones favoritas, Washing Machine Heart, Nobody y My love mine all mine, de Mitski, ya que se identificaba con ellas, principalmente con la última. 

Habló con el director un buen rato, le contó todo lo que ha vivido hasta ahora, la muerte de su tía, que ya no tiene tutores responsables a cargo, y él entendió totalmente. Justificará todas las faltas de la peliblanca, y le recomendó que vaya una o dos veces a la semana a hablar con la psicóloga de la escuela para que pueda ir recuperándose de a poco. 

─Lo tendré en cuenta. Arigatogosaimasu─ agradeció, y antes de irse, el director la detuvo con una pregunta:

─¿No tiene más parientes con quién quedarse, Yamabuki-san?

Ella negó con la cabeza.

─O al menos no los conozco.

─¿Quiere que la ayude a encontrar a alguno de ellos? No puede vivir sola a su edad.

─Claro que puedo. Estoy acostumbrada desde hace años a divagar sola por este mundo lleno de oscuridad...

Durante las clases, ella se la pasa viendo su celular, y escuchando música. Los profesores estaban enterados de su situación porque el director se los mencionó, entonces no le dijeron nada. Ella se recuperará a su tiempo, o quizás nunca se recupere...

Sus amigos estaban más que preocupados. La peliblanca ya ni les hablaba, cuando ellos la saludaron, siguió de largo como si nada. Su mirada estaba apagada, tanto que daba miedo verla a los ojos. En los recreos se iba a la biblioteca a escuchar música con sus audífonos, muy alejada de Kokoro, quien a veces iba a leer un libro o terminar un dibujo.