XIII. 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐋𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒

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Ai pasó toda una semana sin ir al colegio, por estar con los Kurushinda. Le enseñaron a no tener compasión por sus víctimas, a cómo usar un revólver, qué movimientos hacer al momento de querer golpear a alguien, cómo usar un cuchillo... los tips básicos para darle su merecido a los brabucones.

─Lamentamos la muerte de tu mamá, Ai─ dijo Airi.

─No te preocupes. Un día iba a pasar. Ella fue la que me causó más daño en mi vida, pero me pone mal el hecho de que una vez fue buena conmigo, y era mi madre, o sea... No sé si me explico.

─Claro que te entendemos. Muchos de nosotros pasamos por maltrato maternal y paternal, pero hubo veces en que nuestras familias nos trataban bien. Las circunstancias de la vida los volvieron padres muy tóxicos. 

─Oye, Ai, ¿por qué no matas a cuchillazos al que atropelló a tu madre?─ le preguntó Eriri.

─¿Yo qué sé quién es, Eriri? No lo llegué a ver. A quien quiero matar de verdad es al señor que me insultó esa vez.

─¿Sabes dónde vive?

─No, pero no creo que viva muy lejos de esa zona. Juro que caminaría por todo el mundo hasta encontrar a ese viejo de mierda.

─Yo tengo ganas de cortarle cada parte del cuerpo, pero quiero ver cómo lo matas─ le dijo Eriri.

─Mañana voy a la escuela. Quiero ver si alguien me molesta, para poder anotar a alguien en mi lista de víctimas.

─Tipo Death Note─ rio Godan─. Cuando era pequeño amaba ver ese anime, jeje.

─Algo así, jaja.

─Tú puedes, Ai-chan─ le sonrió Airi.

Ai recordó a Kumiko cuando ella le dijo "Ai-chan". Trató de no sentir desagrado por ese apodo.


La peliblanca quería dormir, pero se encontró con una de las chicas que casi nunca hablaba con nadie.

Karuta.

Una chica de cabello largo y ondulado, color rosa pastel, piel blanca como un huevo (igual que Eriri), y ojos fríos como el hielo.

Una chica de cabello largo y ondulado, color rosa pastel, piel blanca como un huevo (igual que Eriri), y ojos fríos como el hielo

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─Veo que te gusta mucho tocar la guitarra─ le dice Ai a Karuta.

─Sí. Esta guitarra fue muy importante para mí. Me ayudó a salir de mi horrible pasado...

─Sin música, la vida sería un error.

─Comparto tu opinión, Ai-san.

─Yo suelo tocar la flauta. Ahora la tengo en la casa de mi tía muerta...

─Un día quiero escucharte tocar.

─Tengo una melodía que compuse hace mucho tiempo. Cuando pueda te la voy a mostrar.

𝗠𝗜 𝗡𝗢𝗩𝗜𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢 𝟮 ❱ 𝗖𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora