XIX. 𝐃𝐈𝐒𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀

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─Q-quiero... que Kumi-chan y tú sean totalmente felices, porque los dos lo merecen por ser grandes personas, y por favor, olvídenme... para que puedan... vivir... en paz...─ sus ojos fueron cerrándose lentamente.

Todos resollaron por el horror de lo que estaba pasando.

La peliblanca cesó en el regazo de Nitta.

─Ai-chan...

─No puede ser...

─Ai... ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAI!─ gritó Kumiko, histérica del llanto. Se agachó en el piso, apoyó su cara en sus manos, y volvió a romper en llanto.

Kishida y Nakayama la abrazaron para consolarla, pero más que eso, lloraron junto con ella.

─Dios, qué tragedia─ dijo Nishio, igual de devastado que los demás.

Urabe cargaba a Kokoro en sus brazos, y no podía creer todo lo que había pasado.

Shun estaba cabizbajo. Su cabello ocultaba sus ojos.

─N-nitta─ le habló Urabe.

─Llamen a una ambulancia. Kokoro necesita ayuda inmediata. ¡De prisa, antes de que sea demasiado tarde!─ les ordenó, sin siquiera mirarlos.

─Uy, cierto. Nishio, llama a una ambulancia─ le pidió Urabe.

─Enseguida─ sacó su celular y marcó el número "911".

─Resiste, Kokoro. Ya viene la ayuda─ le habló el oji-verde a la rubia─. Cuando despierte, tengo que disculparme con ella...

Kumiko seguía destrozada por este acontecimiento tan cruel. Ai nunca fue mala, fue dominada por su mente dañada. Vivió momentos que cambiaron su concepción de la realidad, cambió su forma de pensar, cambió toda su vida. Las cosas horribles que hizo no las hizo intencionalmente. Fueron producto de una mente quebrada. 

Lo que más rabia le dio fue el hecho de que Ai vivía diciendo que ya no tenía esperanzas en la vida. Ya no creía que podría volver a sonreír, porque todo seguía empeorando más y más. Por más que ella confesara que estando con ellos era muy feliz, realmente no era así. Ella jamás fue feliz. Esa "alegría momentánea" que sentía con ellos, era solamente eso: alegría momentánea; duraba un periodo corto de tiempo, ¿pero y después? Volvía a su casa y tenía que lidiar con el mismo sufrimiento una y otra vez. Un ciclo sin fin: despertaba, soportaba ese infierno, iba al colegio, muy DE VEZ EN CUANDO se divertía con sus amigos, luego hacía tiempo para no ver a su familia, y después regresaba a casa, intentando hacer de cuenta que no existía nadie más que ella en su casa. Ese ciclo no terminaba jamás, hasta el día de hoy, cuando todo terminó de una forma trágica...

Ai pasó los últimos momentos de su vida sufriendo. Eso fue lo que más le dolió a Kumiko.


La ambulancia se llevó a Kokoro al hospital, y también llamaron a la policía para llevarse a Ai. Un oficial interrogó a los seis para entender qué fue lo que ocurrió.

─Entiendo. Lamentamos mucho la pérdida de su amiga, chicos─ se disculpó uno de los policías.

─No se preocupe. Ya estábamos preparados desde hace mucho─ le contestó Nakayama.

─Ella sufría demasiado, y vivía diciendo que su tiempo había terminado─ añadió Kishida.

─Es una gran pena. Muertes así en adolescentes, y en todas las personas, son lamentables, y más para los seres queridos...

─No debe preocuparse por la familia de Ai. Literalmente ella era la última persona en su familia con vida─ dijo Nishio.

─Ya veo. Pobre familia.

𝗠𝗜 𝗡𝗢𝗩𝗜𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡 𝗩𝗔𝗠𝗣𝗜𝗥𝗢 𝟮 ❱ 𝗖𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora