Capitulo XXIV

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Me despierto con el corazón acelerado, busco aire con desespero.

- ¡Hazell abre!

La puerta de mi habitación es golpeada repetidas veces, el sonido lo escucho lejano, al igual que la voz del que grita, quizas sea Lexandrei, o Harrick que vino para darme a entender que iniciara la guerra, y yo aún no se nada.

- ¡Hazell!

Miro a mi al rededor, todo esta roto, las puertas del balcón están destrozadas, hay vidrio por doquier, mi closet esta abierto con la ropa dañada en el suelo. Me levanto del suelo sin poder evitar cortar mis manos. Me tambaleo hacia la puerta, la cabeza me duele, mis pasos son torpes.

Aun asi logro tomar la manilla, la suelto apenas la toco.

Esta ardiendo.

- No... ¡No puedo!

- ¿¡Hazell!?

- ¡Esta ardiendo!

- ¡Lo estas haciendo tú!

No, no era asi. Yo no estaba haciendo nada.

Miro mis brazos, no tienen color, estan relativamente normal.

- No...

- ¡No te dejes dominar!

- ¡Pero yo no...!

- ¡Piensa por ti misma!

- ¡No soy...!

- ¡Has lo que te digo!

¿¡Que hago!? ¡Nada! ¡No soy yo!

Miro con desespero el objeto, hago lo primero que se me ocurre.

Sujeto la manilla, muerdo mis labios al sentir como mi piel se quema. Pongo encima mi otra mano y como puedo giro de la perilla.

Al otro lado de la puerta Lexandrei me mira con miedo, sus ojos bajan a mis manos y confusión invade su mirada.

- El...el nucleo esta colapsando, tu... - Se queda sin aliento - No entiendo...

- ¿Que ocurre? - Menciono esperando que mis manos sanen por si sola, pero esto tarda en pasar.

- No estas manifestada - Dice - No brillas, nada...

- Yo...

- Para que el nucleo colapse es necesario que este liberada una gran parte de energía runiana, pero tu.. - Pasa las manos por su cabello - No lo entiendo, no lo entiendo..

"Permitenos"

- ¿Q-qué?

Dolor.

Un pitido taladra mi cabeza y luego soy halada, mi hombro choca contra la puerta.

-¿¡Hazell!?

"Permitenos"

- Disculpa.

Me alejo de Lex.

Mis pies caminan por si solos, mando señales a mi cerebro para detenerme pero no sucede, acelero mi paso, siento la presion y entonces me vuelven a halar.

- ¡Ah!

Me golpeo contra la pared a mí derecha.

Mi piel comienza a picar, los hematomas aparecen en mis brazos, mas oscuros, más dolorosos. Los pasos de Griggaro se escuchan detrás de mi, corriendo para alcanzarme. Cuando llega me toma del hombro y me gira hacia él.

- ¿Que esta pasando? ¿Te están hablando?

"¡Rapido!"

- No, no..

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